fifteen

8.7K 999 362
                                    

Nahoya sintió una respiración caliente en su oído

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nahoya sintió una respiración caliente en su oído. Si esto no hubiera pasado por lo menos 2 veces por semana desde hace más de 1 año, le habría provocado un maldito infarto, por lo que solo se removió incómodo al verse envuelto en los fuertes brazos de su novio.

— Lindura, es hora de despertarse—. Ran le murmuró con voz ronca al oído, haciendo que Nahoya soltara un quejido fastidiado.

Al ver que su novio no hacía ni el más mínimo intento de levantarse, Ran comenzó a besar el lóbulo de su oreja. En otros tiempos, Ran probablemente lo habría acompañado en su sueño, pero llevaba más de 3 horas desde que se había ido a acostar con Nahoya y este se encontraba dormido, y se sentía un poco ignorado por el pelinaranja.

Necesitaba la atención de su pelusita naranja.

Pasados unos minutos, al ver que no podía volver a conciliar el sueño, Nahoya restregó sus ojos abriéndolos levemente para mirar con fastidio a la causa de su despertar, quien lo veía con una sonrisa traviesa al por fin cumplir su cometido.

— ¿Cuando se supone que llegaste?—. Preguntó Nahoya con voz levemente ronca debido a su reciente despertar.

Ran peino sus suaves y esponjosos cabellos, mientras llevaba la cabeza de Nahoya hasta que estuviera recostada sobre su pecho. Le dió un beso en la frente, y siguió peinando los rizos que tanto amaba.

— Tu mamá me abrió la puerta cuando regreso de dejar a Sou a la escuela, te ví todo dormido, todo bonito y no me resistí a dormir contigo.

Para la señora Kawata ya era costumbre ver a Ran tan temprano por las mañanas, por lo que lo dejaba pasar sin hacer muchas preguntas, haciendo insinuaciones sobre no querer escuchar ningún sonido raro proveniente de la habitación de su hijo mayor, lo que hacía que la punta de las orejas de Ran se pusieran rojizas ante lo dicho por su suegra.

No es que fueran unos santos ni nada. Llevaban casi 5 años de relación, lo que se traducía a bastante y buen sexo, pero eso no quiere decir que lo anduviera divulgando por ahí, o que quisiera que los padres de Nahoya o los suyos se enteraran.

— ¿Y qué hora es?—. Murmuró entre un bostezo el pelinaranja, sintiendo como los largos dedos de Ran trazaban sus cervicales.

— Son las 10:30, aún falta para que los niños salgan de la escuela.

Nahoya se encontraba un poco recompuesto después de la jornada diabólica que tuvo en sus prácticas, había cortado tantos vegetales que incluso sentía ampollas en sus manos por sostener el cuchillo tanto tiempo. Trato de volver a dormir, al escuchar el sonido rítmico del corazón de Ran en su oído, pero lamentablemente su estómago no quería que volviera a dormir, le exigía comida.

Con tristeza y pereza, Nahoya se sentó en la cama, mirando a Ran, le dijo— Voy a hacer algo de desayunar, ¿vienes? Me muero de hambre.

De hecho Ran, también tenía un poco de hambre, había llegado a la casa se los Kawata en cuanto dejo a Rindou en la primaria. Rindou se había dormido tarde, y al otro día también se levantó tarde para la escuela, así que Ran decidió que lo más rápido sería llevarlo en moto, el pobre Haitani menor casi muere de un infarto ante la velocidad con la que manejaba su hermano.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 29, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hermanos menores «Ranley & Ringry»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora