5 |La propuesta

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Sue

Suspiré hondo y salí de la universidad.

Y lo vi.

Sentí diferentes sensaciones dentro de mí.

No podía ser ahora. No podía verlo. No podía hacerle frente a todo de una vez.

¿Por qué no me dejaba en paz?

Rogué que no se diera cuenta en cuanto me escabullí a la salida y me fui al parque más cercano de la universidad.

Con la duda de si me vio.

Desvié esos pensamientos de mi mente en cuanto lo vi a Mike, puesto que había acordado que me vería con él allí para terminar de definir nuestra relación.

Al principio solo éramos amigos, pero luego... él comenzó a sentir algo por mí y me lo hizo saber. Yo creía que era una locura, algo imposible, pero después... algo cambió.

Con el tiempo comencé a conocerlo más y me di cuenta de que era muy tierno, divertido y... especial.

Al principio Mike podía transmitir ese aire de chico malo, pero lo que la gente no sabía era que esa era solo una fachada que se ponía para no salir herido. Él en realidad era todo lo contrario.

Y eso me gustaba.

Además... él conocía ciertas facetas de mí que no mostraba muy fácilmente.

Llegué al parque y él estaba sentado sobre una manta en el césped.

—Hola —él volteó y me regaló una sonrisa cálida.

—Hola —se acercó hacia mí y me dio un casto beso en los labios.

Mi corazón latió aceleradamente cuando dejó su mano en mi cintura.

—¿Quieres... comer?

—Claro.

Ambos nos sentamos sobre la manta y él sacó dos emparedados de una canastista. Me lo entregó y di una mordida con gusto.

El silencio era acogedor. Con Mike no existían silencios incómodos. Realmente me sentía muy a gusto a su lado.

—Sue... —carraspeó y se pasó una mano por el pelo. Lucía nervioso—. ¿Estás lista para... hablar de lo nuestro? —me relamí los labios—. O, bueno, no de lo nuestro, sino de nuestro tipo de relación, ya sabes...

—Mike —lo corté—. Está bien, en serio, no tienes por qué estar nervioso.

—Pero lo estoy —suspiró—. Mira, Sue... yo te quiero, ¿de acuerdo? Para mí eres más que solo una simple chica. Eres divertida y única y... quiero saber si estás dispuesta a ser más que amigos.

—No lo sé Mike, yo...

No pude decir nada más porque Mike puso su mano en mi mejilla y la acarició de forma muy suave.

—Dejemos de hablar por un momento, ¿de acuerdo?

Asentí y él inclinó su cabeza y me dio un largo y profundo beso en los labios.

Yo profundicé el beso, agarrándolo de la nuca, mientras nuestras respiraciones estaban entremezcladas y sentía cómo mi corazón latía a mil por hora.

Chupé y mordí su labio inferior, mientras él con sus manos en mi cintura me atrajo más hacia él.

Era delicioso poder sentir su calor y colonia de hombre.

Una mano de Mike pasó de estar en mi cintura a rozar un poco mi busto, pero lo detuve enseguida.

—Mike —dije, separando un poco su boca de la mía—. No debemos...

—Shh —Mike volvió a callarme de un beso y cuando hizo un ademán de subirse encima de mí, lo detuve.

—Mike, estamos en público.

—Sí, perdón.

La realidad era que casi no había nadie a nuestro alrededor, pero lo hice porque sino no íbamos a terminar de hablar.

Él volvió a sentarse y se pasó una mano por el pelo revuelto.

—Te tengo una propuesta —dije y él me miró con atención.

—Te escucho.

—¿Te gustaría...? Mhm, ¿ser amigos con derecho?

Mike tragó saliva y se relamió los labios.

—¿Amigos con derecho?

—Sí, bueno... si tengo que ser sincera, tú me gustas, ¿de acuerdo? Pero no quiero nada serio por ahora.

—Ya —suspiró y me miró fijamente a los ojos—. Pero quiero que me digas algo —ahora yo lo miré, tragando grueso—, ¿prometes que solo serás para mí?, ¿me prometes que no te voy a compartir?

La verdad era que no tenía intención de besar a otro chico.

La propuesta que le hice a Mike era porque no quería dejar de estar con él, pero tampoco quería estar atada.

—Te lo prometo —dije y él me sonrió.

—Y... como somos amigos con derecho, ¿cómo continúa todo?

—Bueno, vivimos en la misma residencia que tu hermano y nuestros amigos.

—Podemos hacerlo en tu cuarto si prometes no gemir muy fuerte —me regaló una sonrisa pícara.

—¿Cuándo vamos a decirles que salimos, Mike?

—No lo sé —suspiró—. Es difícil. Cambiaría todo.

—Lo sé —susurré.

Los dos habíamos estado saliendo y no le dijimos nada a los chicos. No porque no confiáramos en ellos, pero el que él y yo saliéramos... cambiaría todo.

Ya me lo veía venir: miradas y silencios incómodos, secretos...

No era lo mismo ver cómo era la relación de Jen y Jack o Will y Naya a la nuestra.

—No pensemos en eso —lo miré fijamente—. Lo resolveremos, créeme.

—Bien.

—Por ahora lo que hay que hacer es... relajarnos y... divertirnos un poco.

Ambos nos sonreímos y volvimos a besarnos. El beso esta vez fue más apasionado que antes, nuestras lenguas se movían en sintonía y me gustaba sentir sus abdominales a través de la tela.

Lo detuve nuevamente cuando sentí que me iba a apretar el trasero.

—Mike.

—Mhm...

—No debes pasarte en lugares públicos —le recordé.

—Ya —se apartó—. Bueno, hay que arreglar eso, porque no podré estar tanto tiempo sin tocarte, Sue.

—Lo sé —dije en un hilito de voz—. Pensaremos en algo.

Mike me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja.

—Eres hermosa, Sue.

—Gracias, Mike —le sonreí.

Y ambos nos quedamos abrazados, sobre la manta.

Hasta que nos quedamos dormidos. Y era maravilloso estar envuelta en sus brazos.

Solo que no sabía que ese momento de comodidad duraría poco.

Y eso me enseñó algo: cuida de tus momentos felices.

No siempre suelen durar.

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Holaa, hasta aquí el quinto capítulo :)

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Gracias por leer💖

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