Veintiuno: El conejo y el lobo, parte dos.

1.1K 129 73
                                    

—Estoy nervioso —murmura JungKook, tiene el teléfono casi adherido a la oreja mientras se echa otro vistazo en el espejo.

—¿Por qué? —quiere saber SeokJin, JungKook lo escucha ordenar botellas al otro lado de la línea, lo llamó hace unos minutos—. No es la gran cosa, tú, yo, tus amigos, YoonGi, los seis solos en la misma casa, no es nada nuevo.

—¡Claro que es nuevo! —contradice el rubio, jugando con la esponjosa colita en su espalda baja.

—Bueno, sí. Sí lo es, pero ya han estado aquí antes.

—¡Pero antes ni siquiera hablábamos!

—Y tampoco lo hacemos ahora, ¿cuál es la gran diferencia?

—¿Estás jugando conmigo? No seas tonto.

—Aprendí de ti.

JungKook pretende reír—. Muy gracioso.

—De acuerdo. Sí entiendo tu punto, pero saldrá bien. ¿Qué podría salir mal en realidad, JungKook?

SeokJin no es el adecuado para realizar esa pregunta.

—Sí, supongo que tienes razón —suspira, evitando las ganas de pasar una mano por su cabello: trae orejitas—. ¿No han llegado?

—¿Tú crees que estaríamos hablando por teléfono si alguien hubiese llegado?

—Cierto, cierto. Ves, es porque estoy nervioso, no pienso.

—Ya, corazón, relájate. Piénsalo como... una junta de viejitas, vamos a charlar, beber, comer y ojalá jugar Mario Kart.

—Ni se te ocurra ganarme en Mario Kart, SeokJin —amenaza—, vas a arruinar mi reputación.

—Eso no es mi problema. Debes mejorar tus habilidades y aprender a perder.

—Te voy a-

—¡NamJoon! Eres un interesante...

—Soy un jugador de baloncesto —explica el muchacho. Fue recibido en la sala por HoSeok.

—NamJoon llegó —avisa JungKook—, debo irme, nos vemos luego.

—Muy bien, conejito, nos vemos.

Luego de presionar el botón en la pantalla se guarda el móvil en el bolsillo y sale de su habitación. NamJoon usa un traje diferente al de la última vez, está guapo.

—Hey, ¿quién eres? ¿Michael Jordan? —le molesta, NamJoon niega.

—Prefiero a Pippen, en realidad.

—¡También yo! —concuerda HoSeok con una sonrisa.

—Nunca me avisas de tus disfraces —se queja JungKook—, con otra polera de baloncesto, yo sería Lola Bunny.

—¿No prefieres a Bugs?

—No, Lola es linda, Bugs es tonto.

—Es cierto... ¡Pasemos a mi casa! —ofrece entusiasmado—. Compré otra polera para el disfraz, pero no me había gustado, de seguro a ti sí, ¡anda, Jeon, vamos! —le toma el brazo al muchacho, sacudiéndolo con un puchero.

—Pero vamos a llegar tarde...

—¡Da igual, que nos esperen! Vamos, vamos, quiero que estemos combinados.

JungKook le sonríe—. Sí, está bien.

Camino a tomar un taxi, NamJoon pronunció las palabras que JungKook esperaba dejar de escuchar:

—Desearía que HoSeok pudiera venir.

—¿Para qué?

—Ya te lo he dicho. Él es lindo, yo soy lindo. Nos gusta el mismo basquetbolista, él respira, yo igual. Seríamos una pareja de ensueño.

Incidente. | JinKook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora