Capítulo 13.

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Al amanecer, volvimos al Viajero del Alba, pero tras el inconveniente climático, pasamos 14 días perdidos con una tormenta acompañandonos, el barco estaba inundado en agua y con baldes sacabamos lo que podíamos aunque era inútil. Casi no había visto a Caspian en esos días, él estaba ocupado en el navío y yo en proteger a mis hermanos de la tormenta.

Caspian tomo mi mano y me adentro al salón principal del barco, donde por fin nos refugiamos de la lluvia torrencial. Caspian se sento agotado en el sofa, Edmund y yo nos quedamos de pie junto a Drinian que comenzó a hablar.

—Estamos varados aquí, con media ración, el agua y comida se acabaran en dos semanas. Hay que regresar antes de que sea muy tarde majestades, no hay seguridad de que exista una estrella azul, al menos no en esta tormenta. Tratar de encontrarla es imposible, caeremos antes de lograrlo.

—¿Y nos devorará la serpiente?— dijo Edmund con ironía, le di un pisotón en el pie para que se cayara y este se quejo, en estos momentos lo que menos necesitaban Caspian y Drinian eran comentarios innecesarios.— No hagas eso, __.

—Los hombres se estan poniendo nerviosos—continuo Drinian—.  Estas son aguas desconocidas, nunca recorrí estos lugares.

—Y supongo capitán que usted se ofrecerá a decirle al señor Rhince que ya no buscaremos a su familia.— dijo Caspian poniendose de pie y hablando firme.

—Seguiremos adelante.— contesto Drinian con sequedad, y luego salio del salón, Edmund le siguió.

Caspian volvio a sentarse y cubrió su rostro con sus manos.

—Necesitas descansar, Caspian.

—Estoy bien.

—No, no es así, estas cansado y...

—¡Dije que estoy bien!—él me miro con un toque de preocupación al notar su volumen de voz, ninguno de los dos hablo en los próximos 10 minutos—. Lo siento...

—No estas bien. Iré a ver como esta Lucy.

—Espera...lo siento, tienes razón, no he dormido ni comido en días, y estoy cansado, te necesito cariño.

Asentí y tome la mano de Caspian, él apoyo su frente con la mía y soltó un largo suspiro. Bajamos hacía dónde dormían los chicos, era la primera vez que bajaba allí, Caspian se recosto en una de las hamacas y se acomodó para darme un espacio.

—No va a aguantar el peso de ambos, me asegúrare de que te duermas y me iré.

—Eso no es justo, y si nos aguantará, así que sube.

Me acosté junto a Caspian pero era realmente incómodo, me acosté sobre él y lo escuche reír, pocos minutos después sentía como su pecho subía y bajaba con suma lentitud y su respiración volvía a ser calma, no tarde en dormirme también, perdí la noción del tiempo pero me desperté tras unos balbuceos.

—Padre...padre no.

—¿Caspian? Hey, estas soñando—Sentí como se desenvainaba una espada a mi lado y me giré—. Edmund, ¿estas bien?

Lucy entró y Caspian se despertó sobresaltado.

—No puedo dormir.—dijo Lucy.

—No me digas, pesadillas ¿verdad?—contesto Edmund—. Estamos perdiendo la cabeza, o algo esta afectando nuestras mentes.

Lucy se acosto con Edmund, y Caspian trato de volver a relajarse, pero no volvió a dormir.

—¿Cuál es tu mayor miedo?—me preguntó en susurros.

—Perderlos...—dije mirando a Edmund y Lucy que ya estaban durmiendo—. Perder a Peter, a Susan, y me asusta todo lo que en ellos cuatro respecta.

—Eres una gran hermana, una hermosa influencia para ellos.

—Aún tengo mucho que mejorar, mucho que enseñarles.

—Eso es un poco responsabilidad de tus padres, ¿no?

—¿Mis padres? Susan, Peter y yo estamos con nuestro padre a miles de kilómetros de Edmund, Lucy y nuestra madre, y ellos se están quedando con los padres de Eustace, no es lo mejor.

Caspian se rió en tono bajo para luego asentir.

—Mi miedo es decepcionar a mi padre.

—Tu padre estaría realmente orgulloso de ti, Caspian.

Él sonrió miré por detrás de él y mi rostro cambio a una gran seriedad al ver a Peter allí.

—Hola hermanita— sabía que era producto de mi mente pero aún así no podía dejar de verlo—. Hoy papá dijo que no eras lo suficiente, que no eras...como yo, es curioso siendo que somos gemelos.

—No estás aquí.

—Oh, claro que sí, ¿Que no me oyes? Nunca serás como yo __, yo soy el Gran Rey, y si llegaste a ser reina de Narnia fue por mi.

—¡Ya cállate!

—Hey, ¡Hey!— Caspian me sacudía con fuerza y reaccioné—. ¿Estás bien?

—Voy a volverme loca.

—Estaremos bien.

Podía oír como la tormenta cesaba cada vez más, y la mirada de Caspian ahora transmitía esa seguridad y confianza que le caracteriza, mis ojos inevitablemente se llenaron de lágrimas, Caspian acarició mi cabello y apoyo mi cabeza en su hombro, sus manos recorrían delicadamente mi cuerpo para tranquilizarme, y lo logró.

—Debería ir a ver si me necesitan.— dijo Caspian.

—Te acompaño.

Ambos nos levantamos y salimos, el sol estaba comenzando a salir y me alegre de que la tormenta finalmente allá llegado a su fin, me acerque al borde del barco y pude ver los delfines que nadaban con esmeró. Sentí unas manos sujetarme de las caderas.

—Si te pones tan al borde podrías resbalar, y yo tendría que saltar tras de ti para salvarte.

—Sé nadar, Caspian.

—Pero si te salvas a ti misma no sería interesante— me reí y me gire para quedar frente a él—. Ve a comer algo.

Asentí y baje a la despensa, allí me di cuenta de lo que nos había comentado Drinian, el agua que quedaba era escasa y tendríamos que reemplazarla por vino si no conseguíamos más, y solo quedaban algunas frutas y verduras para comer, lo que no satisfaría a la tripulación, tomé una manzana y subí dándole un mordisco, no se lo mencioné a Caspian probablemente él ya lo sabría.

—Majestad, lamento molestarla pero no he podido evitar ver qué está temblando de frío— me dijo Ripichip de pronto—. Creí que sería divertido enfrentarnos con las espadas para entrar en calor.

Me reí y asentí rápidamente, Caspian me prestó su espada con una sonrisa y Ríp se puso en posición, él tenía un gran manejo de la espada y yo no sabía muy bien como siquiera tomar la espada.

—Debes tomarla con más seguridad— aconsejo Caspian.

Con esa simple frase recordé las lecciones que me había dado Peter en caso de que las necesitará, una corriente paso por mi espalda haciendo que me sintiera más segura y comencé a luchar contra el guerrero, tras unos movimientos Rípichip lanzó la espada de Caspian a varios metros de mi, dando por finalizado el duelo.

—Perdiste contra una rata parlante.— dijo Eustace.

—Lo hice mejor de lo que podrías hacer tú.— respondí.

Tomé la espada y se la devolví a Caspian, el relamio sus labios con una pequeña sonrisa ladeada.

—Tienes potencial, solo que Ríp está entrenado hace años— dijo él y yo sonreí—. ¿Aún tienes frío?

Asentí riéndome y Caspian me siguió, se sacó el abrigo que llevaba puesto y lo puso sobre mis hombros dejando un beso en mi mejilla, agradecí y lo ví darme una mirada de arriba a bajo y luego sonreír mordiendo ligeramente su labio.

—Que desagradable— dijo Eustace—. Estas saliendo con un pirata antihigiénico y engreído que cree estar en un cuento de hadas. Esto es una pesadilla.

—Tú eres una pesadilla.— respondí.

Entre Espadas y Dagas. [Príncipe Caspian y tú]Where stories live. Discover now