⌁ TRES

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Todo debe estar limpio, pulcro.

Toda la ropa debe estar sin ninguna arruga, debes colgarlas de forma que quede perfecta.

La cocina debe estar sin ninguna mancha, la estufa debe estar reluciente, y para eso se tiene que pasar aceite de bebé en un hisopo o gaza.

Mina tiene estrictas reglas que se repite día con día y estaba tan acostumbrada, que algo fuera de la rutina la altera, la pone de nervios.
Que su cocina no esté limpia la llena de repulsión, que comienza a lavar cada rincón aunque sólo era una mancha lo que la hacía ver sucia.

Todo en la vida de Mina debe ser perfecto, y lo es, menos Dahyun. O eso es lo que piensa la omega.

Por eso tenía miedo hasta dos semanas después. Era una versión limpia de su padre, parecía.

Sustituía el alcohol por una cajetilla de cigarros que sólo aparece en las noches, son alfas, estrictos, pero sólo uno no le levantó la voz a Dahyun, y muchos menos la mano.

Dahyun se permitió llorar cuando se dio cuenta de eso, en su cuarto, escondida de Mina.
Un mundo perfecto, limpio, pulcro, que fue interrumpido por la omega llena de cicatrices, que llora cada cosa que pasa y que es olvidadiza.

Pero a Mina no le parece imperfecta. Hay veces que llega de forma silenciosa a casa y sólo ve a Dahyun en la cocina, preparando lo que parezca rico en su libro de recetas, y puede que saca una pequeña sonrisa en ella al ver a la omega contar con sus dedos lo que sacó para volver a guardarlo y limpiarlo, cuando tiene una toalla en su hombro para limpiar cualquier desastre y el aceite de bebé al lado, junto a una caja de hisopos.

Y le parece lindo, sonríe boba, una sonrisita muda al ver a la omega.

Trato de todo, realmente, de todo para que sienta cómoda con ella. Hasta trata de no limpiar después de que la otra uso la cocina para que no se sienta mal de que la usó mal o no limpió bien.

¿Ganaba lo suficiente para mantener a dos personas? Sí, más de eso. Ganaba lo suficiente, hasta para que Dahyun pueda tener otro tipo de apoyo, un apoyo profesional.

Porque cuando se refería a que las feromonas de Mina eran lo equivalente a tranquilizadores, se refería a los recetados por la doctora Park, que siempre le sonríe al verla y tiene de sus dulces favoritos para ella.

Cada dos semanas, una cita con ella donde Mina esperaba afuera haciendo quien sabe qué.
Supo lo que hacía porque la doctora le dijo.

—Ayudo a mi asistente a limpiar y ordenar el escritorio, no sé qué limpiará hoy — y ríe, haciendo a Dahyun lanzar una risita muda. Un pequeño avance. La pelinegra la ve, mordiendo su pulgar— cuéntame cómo es Mina contigo.

—¿Conmigo? Pues...ella es buena, se puede decir que confió un poco en ella, no es como los demás alfas, es limpia, no usa su voz conmigo, es linda, hace meses cuando nos conocimos, le dije que me gustaba un té y ella al día de hoy lo sigue trayendo a casa, es buena.

—Parece que el té te parece un hecho muy lindo, es un bonito detalle de ella— Dahyun asiente, sonriendo, abrazándose a si misma mientras la pelinegra relamía sus labios— también me contaste de tu mejor amigo, Christopher.

—¡Sí! Él es el mejor, me dejaba quedarme con él cuando no quería volver a casa con ya sabe quién, también me compra cosas, de hecho, este suéter me lo regalo él, hablar con él es hablar de maravillas porque es tan buena persona, es inteligente, juega muy bien futbol, de hecho, él fue el que nos conociéramos Mina y yo...

—¿En la fiesta de año nuevo? —asiente la menor—¿Qué cosas tienen en común Christopher y Mina?

La otra hizo un mohín, viendo el suelo, pensando en su respuesta. Sólo la vio— los dos son alfas...los os son buenos conmigo, huelen rico.

—Y se puede decir que confías más en Christopher ¿verdad? —la omega asintió—¿Y también en Mina? — volvió a asentir— pero no tanto como en Christopher.

—Eso, sí— la pelinegra sonrió, viéndola, escribiendo en su libreta.

—Puedes hacer un nido con sus cosas, y puedes ir ahí cada que los recuerdos de 'ya sabes quién' te atormenten, o cada que te sientas traite, ¿sabes? — el rostro confundido de la menor la hizo sonreír, y comenzó a explicar— un nido puede ser una habitación o un rincón donde pones cosas de alfas o hasta betas, son cosas que tienen su olor y un significado, y ahí puedes pasar los días que te sientas triste, enojada, o hasta el celo, se asemeja mucho a las feromonas, pero aquí es un lugar para pasar el rato.

¿Mina estará bien con eso? Dahyun sólo comenzó a asentir mientras aceptaba la hoja recién arrancada de la libreta de la doctora Park, hizo una reverencia, y se marchó, por la puerta que la pelinegra recién le abrió, saliendo con ella.

Hizo un mohín, haciendo que la pelinegra la vea, curiosa.

—¿Pasa algo? ¿Te disgusta algo?

—¿Cómo puedo hacer un nido? La doctora Park me dijo que lo hiciera, supongo que debo usar ropa que usas mucho pero si la usas mucho es porque te gusta— la pelinegra sonrió, por el simple hecho de que esa ha sido la frase más larga que le dijo Dahyun en todo un mes, y la vio.

—Puede ser esta camisa, la sudadera de ayer, y el suéter salmón.

—¿Si puedes? Llegando a casa quiero comenzar a hacerlo, nunca supe de un nido, supongo que será divertido hacerlo.

A casa. Mina sonrió desviando su mirada del tráfico para ver a Dahyun y asintió, planeando, el vaciar la habitación junto al cuarto de Dahyun para poder hacer el nido, el nido más grande y más cómodo, el más lindo, sólo para ella.

Sonrió de nuevo al imaginar la sonrisa muda que la omega le podría dar, y tragó saliva, tanteando con sus dedos el volante sobre su debería por lo menos acariciar el hombro de Dahyun para que se sienta apoyada

En lugar de eso, su mano se dirigió a la contraria, la acarició con su pulgar, y sonriendo. Dijo lo que Dahyun sabía, pero necesitaba escuchar.

—Todo está bien.

Y lo está, perfecto, El meñique de la menor hizo que la mano no se despegara hasta que llegaran a casa.



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When This Rains Stops ↝ MihyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora