⌁ CATORCE

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– Pensé que era broma eso de que podías comer carbonara sin tomar leche o por lo menos agua — la profesora rió, llevando el pañuelo a su nariz para sonarla, haciendo reír a su omega, que sostenía un peluche de un metro. La miró — pero gracias, es muy lindo este peluche, aunque parece que fue trampa lo que hiciste, en tu propio juego...

– ¿Oh, me estás retando? — Dahyun alzó sus hombros, apretando la mano libre que tenía entrelazada con su alfa, y esta ríe, señalando un juego — si tiro 5 botellas puedo ganar un peluche más grande...

—Déjaselo a tus alumnos, porque una adulta que gane en todos los juegos sólo para darle el premio a su omega es algo que no es común ver en un festival escolar.

Sonríe grande, viéndola a los ojos, y sólo niega, caminando.

Ahí estaba ese aleteo. Lo siguiente que le seguía a su corazón acelerado, a los sonrojos involuntarios, era un aleteo en su estómago que pensaba que las mariposas que veía a Mina dibuja habían volado hasta dentro de ella.

Dahyun se pegó más a ella, entrelazando su brazo, y sonrió, acurrucada.

Era el mejor día, la lluvia que había persistido durante meses ese día decidió no salir para nada, era un día soleado, lleno de color, era un día donde veía adolescentes y niños divertirse, junto a adultos.

La menor sólo abrazó más fuerte el brazo que tenía entrelazado con su alfa, y la vio. Habló.

— Este día definitivamente está en mi lista de los mejores días de mi vida, encabezándola.

Y al ver la sonrisa de la pelinegra, el sentir todo, el revoloteo, sonrojo y latidos, supo.

— Fue más que fue un día soleado, me gustan esos días y son mis favoritos, pero, Mina me hizo amarlo más — ver la sonrisa llena de satisfacción de la doctora, que ella igual sonrió, llevando un mechón a su oreja y comenzó a jugar con el pájaro de juguete que tenía en el escritorio.

La pelinegra habló — hace dos días llovió, ¿Cómo te fue ese día? ¿Hiciste lo que te receté?

— Sí, ese día Mina se tomó una taza de café mientras me acompañaba en silencio a ver la lluvia — lo anota en su libreta que en la pasta tenía el nombre de su paciente, asintiendo — y supongo que fue mejor verla bajo un techo seguro, que uno lleno de goteras que papá no podía arreglar por trabajar.

— Ha llegado momento de hablar sobre ellos, Hyun, poco a poco tienes que soltarlo más, me hablaste de tu madre la otra vez, ahora intenta hablar sobre tu padre y si quieres, de ya sabes quién.

Notó que se tensó al verla abrazarse, y sólo asintió, acercándose a la ventana, siguiendo con su dedo una que otra gota que caía. La escuchó suspirar, con dolor, y lo dejó escapar en esa salida de aliento.

— Él trabajaba arreglando carros en el taller que estaba a 10 minutos de la casa, por eso olía a aceite y siempre estaba manchado, sólo se bañaba en la noche, y por alguna razón tenía su traje hasta dentro de la casa, apestándola, él vivió con nosotros porque perdió su casa por gastar su dinero en cerveza y apuestas, se quedó de forma permanente después del abandono de mamá — dijo seca, y antes de que hablara la doctora Park, ella interrumpió — él... él era malo, su aroma era ajo, con eso se da una idea, y él, él no quería que me-me acercara a o-o-otros alfas porque decía qu-que... les roba-ba-ba a su... pe-pequeña niña.

— Ya no hables más, lo hiciste genial, Hyun, es la primera vez que puedes hablar tanto de él y es un gran avance — dijo de forma abalanzada al notar que la menor se cubrió la boca, como si fuera a vomitar, y le cedió un bote, pero ella negó.

Dahyun tragó agua que estaba ahí, de forma casi violenta.

Él, él, era él. Comenzó a rascar su propia uña consumida en los nervios mientras aceptaba más agua por parte de la doctora Jihyo, que le cedía una pequeña sonrisa.

No quería hablar, no quería pensarlo, como tampoco quería insultarlo, porque si lo hacía, lo estaba recordando.

Estaba recordando cómo la acorralaba para oler su pelo y rogar que le llamara de esa forma, estaba recordando cómo la sentaba en su pierna para ver su serie favorita que desde ese día comenzó a sentir asco por verla, lo estaba recordando en si.

Estaba recordando cómo la abrazaba después de pedirle que haga la cena, de esa forma, y cómo se acercaba a su oreja.

Dahyun comenzó a negar y a respirar de forma pesada, ahogándose, como si sintiera que estaba siendo arrastrada, pero el olor a ajo fue remplazado por el agradable olor a menta, esas manos ásperas ahora eran suaves y nadie había lamido su cuello.

Volteó a ver a Mina que la veía preocupada, y se acurrucó contra ella, escuchando.

— Fue una pesadilla, Hyun, ya estoy aquí, aquí estás a salvo, fue una pesadilla — acarició su cabeza de forma repetida, besó su frente, y entrelazó sus piernas, escuchando cómo la omega comenzó a calmar su respiración.

Le cedió un vaso de agua que una temblorosa mano aceptó, tomando. Tragó saliva al verla, y tomó esa mano.

— Todo está bien, Hyun, ¿Soñaste feo de nuevo? — un asentir de la otra, que respiró de forma calmada, y se acurrucó en el hombro de la pelinegra.

— Minari, ¿Puedo dormir contigo desde ahora? — no dijo nada más y la cargó de una forma suave a su cuarto, depositándola de una forma suave en la cama, junto a ella. De forma inmediata se acercó a abrazarla, enterrándose en su cuello, y suspiró.

— Si quieres puedes decirme qué soñaste.

Tragó saliva, relamió sus labios, y sólo dijo lo necesario, lo que ella creía —  hablé con unas cosas con la doctora Park y revivió una memoria que mi mente quiso borrar tirándola hasta atrás.

— Entonces hagamos que ese recuerdo feo sea olvidado haciendo uno más lindo — asintió, sintiendo las manos de la alfa que evitaban tocarla, y salió de su cuello, viéndola fija.

— Minari, ¿Puedes abrazarme? — se volvió a acurrucar una vez que escuchó a la otra decir un bajo 'si', y en cuanto sintió sus brazos rodear su cintura, ella se acurrucó más en el pecho de la otra, justo en su lado izquierdo, donde sentía un latido constante, rápido. Acarició el hombro de la mayor, riendo — puedo sentir tu corazón latir.

Comentario que hizo las mejillas entintarse color cereza, las de ambas, y una habló apresurada.

— Bu-bueno... es porque...

— Si te acomodas mejor también podrías sentir el mío latir igual que el tuyo.

Mina rió, acariciando levemente con su pulgar, acercándose a dejar un beso en la frente de la otra, susurrando.

— Buenas noches, Hyun, descansa.

Al instante recibió una respuesta adormilada.

— Buenas noches, Minari, también descansa.

Y tenía razón. En un leve movimiento que hizo sintió el corazón palpitar de forma apresurada, haciendo a la alfa sonreír inconsciente, acariciando la cabeza de su omega.



Hola! ¿Qué tal? Les comento que trataré de subir más capítulos en estos días, pronto comienzan mis clases y ps, tengo que aprovechar ahora.
Espero que les guste el capítulo.

When This Rains Stops ↝ MihyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora