"El programa X"

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Luego de que Lalisa ganará el combate contra Wallace, le indicaron que fuera a descansar, para después explicarle de qué trataría el programa para el que fue seleccionada, miles de ideas cruzaron por su cabeza: "A lo mejor  seré  promovida de rango", "¿Seré parte de algún experimento raro del gobierno"?, "¿Seré una súper  soldada?", "¿Me enviaran a una misión ultra secreta?". Y así fue divagando mientras se encontraba recostada en la litera que compartía con otro soldado, al final decidió no acongojarse por sus ideas, y prefirió tomar ese momento para poner su mente en blanco,  cerrar sus hermosos ojos color chocolate y tener un poco de paz.

Pero su bello momento fue interrumpido, por un hombre que estaba hirviendo de rabia, entró a el área de dormitorios donde se encontraba descansando la tailandesa, empujó violentamente las dos puertas que resguardaban aquella gran habitación, localizó en donde se encontraba la rubia y fue en dirección a ella, tomándola por su camiseta de tirantes blanca, la despertó de su ensoñación, ella ante esta acción abrió los ojos y como acto reflejo lo empujo violentamente, provocando que el tipo cayera de "sentón" al suelo húmedo del dormitorio, sus pantalones quedaron manchados por una sustancia pegajosa y blanca que se encontraba ahí. Porque si había que decirlo las instalaciones de aquel campamento militar no eran las más higiénicas, si acaso hacían el aseo una vez cada 3 o 4 meses. El americano al percatarse de esto, su cara se puso tan roja por la rabia que se asemejaba a un tomate.

—¡Tu, maldita tailandesa de mierda!— rápidamente se incorporó de nuevo, dispuesto a atacar de nuevo a la rubia, pero su plan fue interrumpido por una voz muy familiar para los dos.

—¡Ustedes dos!, ¿se puede saber que carajos están haciendo?—inquirió aquella con tono imperativo y demandante. Rápidamente los dos se giraron hacia el lugar proveniente del sonido, tomando su posición de firmes y saludando con sus dedos colocados en la sien.

 —Señor.—dijeron los dos al mismo tiempo.

—Les hice una pregunta soldados.—dijo el mayor con un tono de voz irritado.

—General Namjoon si me permite yo le pude explicar lo sucedido.—habló Wallace dirigiéndose a Namjoon, el solo asintió otorgándole la palabra.

—Señor solo se trato de un juego, estabamos bromeando, ya sabe nada personal, usted mas que nadie me conoce y sabe que me gustar bromear con los compañeros.—dijo mostrando una sonrisa de lo mas falsa y posando su brazo en el hombro de Lalisa.

—Señor eso no fue lo que...

—Ya "Monoban", no te preocupes ya le explique lo sucedió al general Namjoon, no hay por que molestarse en decir cosas de más.—interrumpió Wallace la explicación de la tailandesa.

—Soldado Wilson deje que la soldado "Minoban", explique su versión de los hechos.—"Dios, que nadie puede decir mi apellido bien" pensó Lalisa, "vamos no es tan difícil o ¿sí?" .

—Pero señor...

—¿Pero?, ¿acaso tiene 7 años?—se burló un poco Namjoon.—deje de usar su frases de niño mimado y empiece a comportarse como un hombre.—habló en un tono autoritario, a lo que el solo asintió con la cabeza, notándose algo enfadado por el regaño se su superior.—continúe usted "Miniban".—"¿Enserio otra vez?". 

—Gracias señor, lo que sucedió fue que aquí este energúmeno.—dijo apuntando al americano.—entró furioso al dormitorio y me sujetó por mi camiseta, yo lo empujé y él cayó al suelo, se levantó de nuevo dispuesto a atacarme otra vez, y ahí fue cuando entró usted señor.—concluyó la rubia su relato.—si me lo pregunta creo que el motivo de este altercado es que sigue molesto por la pelea de hace unos minutos.—habló de nuevo Lalisa.

Ódiame / JENLISAWhere stories live. Discover now