𓏲࣪ . capítulo 11☆

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YoonGi secó sus manos en el pañuelo que siempre estaba guardado en su mandil y fue seguidamente a apilar las bandejas en una torre, preparadas para ser ingresadas a la cocina y ser lavadas.

El clima fuera del local era irritablemente caluroso a pesar de ser ya casi las cinco de la tarde. El doncel tan solo deseaba darse una fría ducha y dormir por el resto del día. Sin embargo, sabía que eso era algo que no iba a pasar ni de broma.

── YoonGi, cubrirás el puesto de Yeeun por hoy. ── avisó su jefe saliendo del pasillo izquierdo hasta colocarse a su lado. Notando también -y siendo demasiado tarde- que la chica antes mencionada, no había llegado a la cafetería ese día.

El doncel quería replicar. Decirle que era casi imposible que fuera de mesero y luego a encargarse de la caja muy a pesar de tener otro compañero que, por si fuera poco, había sido contratado hace poco y prácticamente era un novato en ese ámbito de presión.

── Señor, disculpe pero...

── Solo será por hoy, YoonGi. Ella tuvo una emergencia y te pagaré por cubrirla.

El pelimorado mordió su labio inferior.  Al parecer no sólo él sabía lo mucho que necesitaba ese dinero extra y entonces, solo terminó por asentir. Por más que llegara exhausto a casa, estaba seguro que valía la pena.

Su jefe se retiró del local a atender una llamada y entonces el estrés para YoonGi comenzó nuevamente. Los viernes eran de los días más difíciles, y ni qué decir de los sábados y domingos. Muchos decían amar los fines de semana, pero ese no era el caso del doncel.

Durante lo que pareció una eternidad,  estuvo caminando de un lado al otro sin parar, su mente grabando cada palabra recitaba por la clientela y las manos ocupadas e inquietas por el ajetreo constante.

No fue hasta que un gran grupo de jóvenes decidió irse que, el lugar terminó medianamente vacío. YoonGi soltó un suspiro cansino, recogiendo las cosas de las respectivas mesas y entregándolas a su compañero.

Seguido de ello, el doncel se encaminó hacia la caja de recepción, dándole un vistazo al antiguo reloj circular de la pared. Aún faltaban al menos tres horas, pero confiaba en que el tiempo pasara rápido. Llegando a casa, sabía que no debía de olvidar el par de tareas de la universidad que tenía por hacer, no sin antes arropar a su bebé para que fuera a dormir luego de la cena.

YoonGi sonrió al pensar en el pequeño rostro de su hijo. Mas luego soltó un hondo suspiro que no fue precisamente a causa del cansancio.

Había transcurrido más de una semana desde lo sucedido, desde que se dio cuenta que aquello que pasó... Simplemente pareció haber sido un efímero sueño.

Y que la peor parte de un lindo sueño era despertar. YoonGi lo estaba comprobando.

Él no quería admitir que había esperado ansiosamente que su celular sonara, que al hacerlo y responder a la llamada, fuera la voz de quien realmente estuvo anhelando escuchar. No, él no tenía pensado decir en voz alta que guardó un tipo de esperanza, misma que se desvaneció luego del tercer día.

Era claro.

JiMin no iba a llamarlo.

Y YoonGi sabía que no tenía por qué esperarlo.

Pero entonces, su mente creaba un enredo de pensamientos confusos. Preguntándose cada madrugada la razón de todo ello. ¿Por qué JiMin volvió a entrar a su desequilibrada vida?

Oh. Sí. 

Jisung era la respuesta personificada.

Porque sin su bebé, todo seguiría el mismo transcurso. Porque Jisung solo es un niño que necesita de su otro padre y él nunca pensó profundamente en aquello. Porque quizás nunca fue suficiente para su hijo, pero tampoco esperó que algún día JiMin llegara a saberlo y que eso desencadenara un tipo de sensaciones que el doncel se había obligado a enterrar.

papá por sorpresa ✶ jimsuWhere stories live. Discover now