A través del vínculo de una guerrera y su segundo, se desarrolla una historia no contada del pasado.
Anya Kom Trikru nos cuenta los primeros años de vida de la Comandante Lexa.
Desde la joven guerrera de los bosques de Trikru, su ascenso al trono de...
Muchas guerras en nuestro pasado se habían librado por el control de lo que llamamos La Llama, el Espíritu del Comandante. La introducción del cónclave, sin importar lo bárbaro que pareciera, mantuvo el orden entre los clanes.
La fuerza de cada participante se pondría a prueba hasta sus límites, una batalla a muerte hasta que solo quedara un guerrero.
Ese día la arena se llenó de espectadores de todas partes del país. Los líderes de cada clan asistieron, pero fue un día especialmente conmovedor para aquellos clanes que tenían a un natblida. El ejército de Polis permaneció siempre atento a los clanes rivales que ahora ocupaban el mismo espacio.
Incluyendo a Lexa, había nueve guerreros sangre nocturna luchando ese día, todos con edades comprendidas entre los dieciséis y los dieciocho, todos preparados para luchar hasta la muerte. Lexa ganó su primera ronda contra un chico del Clan del Acantilado Azul. Fue una batalla limpia y una muerte rápida. Su segunda ronda vino con cierta controversia. Ella se enfrentaría a Luna Kom Floukru, pero después de que Luna mató a su hermano Aten en su primera ronda, se sintió abrumada por el dolor y huyó del cónclave. Luna fue tildada de traidora y marcada para la muerte, no todos los que llevan la sangre sagrada están preparados para matar por ella.
Lexa enfrentó dos rondas más, una chica de Rockline que luchó duro pero finalmente se convirtió en la segunda natblida en caer por la espada de Lexas. La ronda final del combate vio a Lexa enfrentarse a Oshawa, el sobrino de la reina Nia de Azgeda. Debido a muchos años de rivalidad entre Trikru y Azgeda, las tensiones ardieron en esa arena.
Ambos sangre de la noche habían luchado duro y habían sufrido heridas en rondas anteriores, pero ese día no habría descanso. Un guerrero siempre debe luchar contra el dolor y la fatiga hasta que la muerte se lo lleve o salga victorioso.
De pie, esperando para luchar contra Lexa y Oshawa se enfrentaron a su destino. Azgeda pidió la cabeza de Lexa, Trikru pidió el cadáver de Oshawa. Observé en silencio mientras ambos guerreros bloqueaban la política de sus clanes y se concentraban en una cosa, el impulso de ser el último en pie.
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Titus se puso de pie y preparó a los guerreros sangre nocturna para su batalla final. La tensión no se parecía a nada que hubiera sentido antes. Ambos se pararon orgullosos sin mostrar miedo ni una sola vez.
Cuando sonó el cuerno de batalla, la multitud rugió como un trueno. Oshawa no perdió el tiempo atacando. Lexa mantuvo su enfoque y desvió cada golpe de su espada. Ella pareció ganar ventaja después de estrellar la empuñadura de su espada contra su rostro. Su nariz estaba rota, su visión estaba borrosa, pero un lapso momentáneo en la concentración de Lexa, vio a Oshawa blandir su espada, cortando su carne. Ella se tambaleó hacia atrás cuando la sangre negra fluyó del corte a través de su cuerpo.
Oshawa se abalanzó sobre la guerrera Trikru, todo el peso de su cuerpo los envió a ambos al suelo.
Hizo inmovilizar a Lexa y comenzó una avalancha de golpes brutales. Sangre nocturna salpicó la arena mientras la multitud gritaba pidiendo que le quitaran una vida. Mi corazón se hundió mientras veía a Lexa recibir una paliza, todo el tiempo pensando que esta sería la última vez que vería a mi guerrera Trikru con vida.
Cuando la fatiga comenzó a instalarse, el ataque de Oshawa se ralentizó. Fue en este momento cuando su puño se estrelló contra la cara de Lexa, ella lo agarró deteniendo la colisión.
A través de la sangre que parecía cubrir su rostro, vi un brillo en sus ojos, una mirada que me dijo que había tenido el control todo el tiempo. Oshawa había sido llevado a una falsa sensación de seguridad. Ella devolvió el ataque, dando un golpe debilitante a la garganta de Oshawa. Cayó del cuerpo de Lexa, jadeando por aire.
Se puso de pie y caminó lentamente hacia su espada. Haciendo una pausa sobre su oponente, pronunció las palabras que decimos cuando una vida está a punto de terminar, "¡Yu gonplei ste odon!"
Lexa deslizó su espada a través de su cuerpo. A medida que la hoja avanzaba más, se dejó caer sobre una rodilla y atrajo al guerrero Azgeda hacia ella. Lexa lo abrazó y su vida se desvaneció, una señal de respeto por su compañera sangre nocturna. Su pelea había terminado. Lexa Kom Trikru se había ganado el derecho a convertirse en Heda. El legado de Becca Pramheda ahora reside con mi guerrera del bosque.
