chocolate & un cigarro (experiencia rd)

LXXII. Llévatelo o te lo mando.

⚠️ Acoso sexual e intento de abuso sexual.
No tiene escenas sexuales explicitas, pero, se menciona el toque de genitales.
Si eres sensible a estos temas, no leas este capítulo, y si has pasado por algo parecido, quiero que sepas que mi chat está abierto 24/7, puedes hablar conmigo, no te voy a juzgar, no te pediré pruebas, y no te voy a tratar mal, te voy a apoyar y si quieres hacer justicia, lo haré contigo, no estás sola/o/e.

Hola hola hola calabacitas
¿Cómo están?

Yo estoy...
bueno, estoy.

Sé que no es viernes, pero, quería escribir este capítulo hoy.

Les cuento.

Era lunes y estaba con Remus acostados en su cuarto.

-Ya son las cinco y diez.—Me dijo.
—Mmm—Comencé.—Me tengo que ir.

-Lo sé, pétalo.
—Adiós, te veo al rato.—Le di un piquito y salí de su cuarto.

Ya era un poco tarde para ver a Lucius, pero no tenía muchas ganas de verlo, entonces, no me importó.

Cuando llegué a la biblioteca no encontré a Lucius hasta que fui muy al fondo en la biblioteca, estaba bien escondido.

Pendejo

—Perdón por la tardanza, Malfoy—Le dije tratando de poner mi mejor jeta mientras me sentaba a su lado y acomodaba todas mis chacharas en la mesa.—¿Te parece si empezamos con la poción?
-¿Dejarías a Lupin para estar conmigo?

No dejé a Lupin, ni por James, ni por Regulus, ni por Lily, por ti menos, wey.

—¿Perdón?—Le dije súper extrañada.
-¿Lo harías?—Preguntó.

—Mierda—Comencé.—No, estás loco.
-Yo haría lo que fuera.

Ay caray

—No wey, ya déjame.
-Te daría lo que fuera.

—Ya lo tengo todo con él, Lucius.
-Conmigo tendrías más.

Miré hacia arriba.

—Llévatelo o te lo mando.—Le dije a mi preciado universo, quien obviamente no lo quería ahí arriba, y me lo dejó.

-Ni siquiera entiendo español—Me dijo.—Yo te haría tan feliz, te complacería.

Él comenzó a tocar mi pierna.

—¿Qué mierda haces?—Le pregunté tratando de quitar su pesada mano de mi muslo.

Ay no, no, no, no.

¿Lo peor? Nadie podía vernos ahí.

-Silencio.—Me dijo tapándome la boca y comenzando a subir su mano hasta mi ropa interior.

Comencé a llorar, y a tratar de gritar, pero su mano en mi boca eran tan pesada, que apenas se escuchaban mis gritos.

Mi mente estaba nublada, no sabía que hacer, trataba de golpearlo, pero, parecía no moverle ni un cabello.

Mientras él ponía mi mano en su miembro yo solamente lloraba desesperada y esperaba que alguien viniera para poder verlo y que me dejara en paz.

Hasta que por fin, se me vino una idea a la cabeza y me sentí tan estúpida por no haberlo pensado antes.

Le mordí la mano, tan fuerte como pude, incluso le saqué sangre, y creo que el día de hoy esa cicatriz sigue marcada en su mano, espero que sí, para que cada que la vea recuerde el miserable ser humano que es.

-Perra.—Me dijo soltándome, y tomándose la mano para sobarla.

Yo suspiré y ni siquiera pude limpiar mis lágrimas, estaba en shock (o eso creo), no dije nada, no me moví, solamente cerré las piernas y me sentí ¿aliviada?