*** Narra Yaiza ***

Estaba sumamente agotada, cada musculo de mis piernas me suplicaba que me detuviera porque estaban agotados y ardían. Pero simplemente no podía detenerme, necesitaba llegar a la casa de mis padres biológicos para encontrar a Jeannette, necesito su apoyo, su seguridad, que me diga que no he hecho mal. 

Necesito consuelo. 

A lo lejos, veo la que era mi casa en los primeros años de mi vida y entro sin dudarlo ni un solo segundo, todo está igual que la última vez que vine acompañada de Meritxell.  

Al entrar por la puerta principal rechina la vieja madera de modo estruendoroso y con ciertos matices terroríficos, me adentro en la casa y es cuando veo a Jeannette dormida o inconsciente envuelta en ramas que la dejan inmóvil y además tiene la boca atada también.  

Me acerco y empiezo a cortar las ramas con fuerza, ella se desploma sobre el suelo, pero por suerte alcanzo a sujetar su cabeza antes de que impacte y rebote contra el firme azulejo lleno de polvo.

-¿Jeannette? -susurro con lágrimas en los ojos -Por favor, despierta 

Pero no responde, puedo darme cuenta de que tiene pulso y que está respirando, simplemente pareciera que está en un sueño muy profundo.

-Por favor, Jeannette, te necesito -y no puedo contenerme más porque empiezo a llorar -Por favor, perdóname...

Sollozo mientras las lágrimas humedecen mis mejillas, una detrás de la otra sin parar. 

-Tú me advertiste, estaba tan ciega, yo estaba furiosa porque me habían escondido quien era realmente, siempre me has protegido y yo no pude hacer lo mismo por ti, por favor, despierta, no me dejes -la sacudo con cuidado -Por favor, despierta, te necesito más que nunca, no me abandones, no tú 

Me recuesto a su lado sin dejar de llorar, mientras la abrazo y me aferro a una de sus mano con miedo de que ella no vuelva a despertar. 

Los minutos eternos comienzan a pasar y es entonces cuando siento que alguien está acariciando mi cabello, no me hace falta levantar la mirada para saber que es Jeannette quien lo está haciendo, es entonces cuando el recuerdo de cuando era pequeña y hacía alguna travesura y mis padres me castigaban, siempre corría en las noches a que ella me consolara después de admitir que me había equivocado y que lo sentía mucho. 

También hizo lo mismo cuando un chico me rompió el corazón por primera vez, cuando me dijo que no era suficiente para él, que no era su tipo y que alguien como él jamás saldría con alguien como yo. 

-Lo siento -susurro apenas audible por el nudo en mi garganta que me quitaba el aliento -Perdóname por favor, lo siento muchísimo, he hecho mucho daño con mis acciones, le fue tan fácil engañarme, jamás le importe, yo... yo deje a todos ustedes por ella 

Jeannette solo me escucha en silencio mientras acaricia mi cabello. 

-La puse por encima de ti, estaba tan cegada por su poder que no pude reconocer la mala persona que es -susurro -Me arrepiento mucho de haberla conocido 

-No puedes cambiar el pasado -dice Jeannette 

-¿Puedes perdonarme?

-Sabes que sí, no importa cuantas veces te equivoques, yo siempre estaré ahí a tu lado para ayudarte a ponerte de pie y seguir adelante, eres una persona maravillosa Yaiza, incapaz de poder ver las cosas malas de las personas, nunca desconfías y crees que todos los corazones tienen bondad

-Meritxell... 

-No hablemos de ella 

-Tenemos que hacerlo 

-¿Por qué?

-Porque hicimos un conjuro 

-¿Qué? 

-Trajimos a la vida a Varsha, en carne y hueso, sin poseer un cuerpo, es su autentica presencia 

Jeannette se levanta a toda prisa y sale de la casa corriendo, me pongo rapidamente de pie y salgo corriendo detrás de ella. 

-¡JEANNETTE ESPERA! ¡POR FAVOR DETENTE! 

Pero no me escuchaba, sus piernas iban a toda velocidad. Me esforcé por seguirle el paso, sin importar a donde estuviéramos yendo, solo tenía claro una cosa, a ella la seguiría hasta el fin del mundo. 

***

Llegamos a la que era hasta hace poco tiempo nuestra casa, mis papás estaban reunidos con otros hombres y otras mujeres que parecían enojados mientras discutían algo entre ellos. 

-Mamá, papá -los llamo Jeannette e inmediatamente ellos se giraron hacia nosotras 

-¿Niñas? ¿Qué hacen aquí? Se supone que estaban en el extranjero -dice la madre de Jeannette confundida mientras corre a abrazarnos a ambas 

Mi papá hace exactamente lo mismo. 

Pero yo no correspondí sus abrazos, por mucho que lo deseara, no pude corresponderlo porque sabía que sus mentes estaban alteradas y yo no podría aprovéchame de eso. 

-¿Qué ocurre? -dice mi madre mientras acuna mi rostro entre sus manos 

Las lágrimas ruedan por mis mejillas y se me escapa un sollozo. 

Ella me abraza y mi firmeza flaquea, no lo soporto y termino abrazándola mientras lloro como jamás lo habría hecho.

-Perdón, perdón, perdón -susurro apenas audible -Estaba furiosa porque mataron a mis verdaderos padres, yo solo, estaba asustada, con problemas de mi verdadera identidad, todo fue yendo demasiado rápido, me abrumaron las cosas y no supe como manejarlo, sé que traer a Varsha a la vida es la peor forma de desquitarme de ustedes, pero te juro que yo no sabía que eso era lo que estaba planeando, me deje engañar, ya no se que está bien o que está mal

-Shhh, tranquila Yaiza -dice con tranquilidad mientras acaricia mi cabello con una mano y con la otra mi espalda -Tranquila mi pequeña niña indefensa, resolveremos todo 

-¿Recuerdas todo? -le pregunto impactada mientras me separo de ella

-No entendí nada -dice sincera -Pero lo solucionaremos como familia 

-¿Familia? Pero no soy tu hija 

-Que no crecieras en mi vientre no significa que no seas mi hija, yo he cuidado todos estos años de ti, te amo igual que amo a Jeannette, no sé como te enteraste de la verdad de tu origen pero déjame explicarte las cosas 

Asiento con la cabeza y ella vuelve a abrazarme.

La cercanía del amor de madre que me estaba brindando era algo que extrañaba muy dentro de mi y ahora que estaba a mi alcance, no podía hacer otra cosa que no fuera aferrarme a ella. 

-Tenemos que hacer un ritual, necesitamos tus recuerdos Jeannette -le dice su padre y luego me mira a mi con ternura y paciencia -También los tuyos pequeña, ¿Puedes?

Asiento con la cabeza y su sonrisa me llena el alma de tranquilidad, esa sonrisa de que todo iba a estar bien, que se encargaría de todo como siempre.

El demonio de pétalos de rosaWhere stories live. Discover now