Y si...

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Vamos allá. agüita.
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-Vamos – susurró antes de tirar de ella de forma sutil y ambas comenzaron a andar hasta la habitación en medio de besos y caricias cada vez más deseosas.

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Durante aquellos siete días, no se habían visto tanto como a la publicista le hubiera gustado y es que entre los horarios de grabaciones de Amelia y su propio trabajo a penas habían podido coincidir. Eso sí, las llamadas se habían convertido en algo rutinario en esa semana y no habían dejado pasar ni un solo día sin hablarse.

Luisita era consciente del “peligro” que entrañaba aquella relación “sin ataduras”. Sabía lo que significaba y también intuía el dolor que podría llegar a ocasionar si salía mal, pero también sabía que, sin entender muy bien aún las razones, era lo único que en esos momentos la actriz podía ofrecerle en esos momentos, por mucho que a ella le gustara que las cosas fueran de otra manera.

En uno de los descansos del rodaje, Amelia hablaba con tranquilidad con Natalia mientras daban cuenta de un par de cafés. Tenían una mañana larga y una tarde aún más larga y ese era el único hueco libre que iban a tener ese día.

-Así que teneis una relación abierta -  comentó una vez Amelia le había explicado en qué punto estaba su “relación” con Luisita.

-No tenemos una relación - contestó apresurada.

-Pues ya me dirás qué es – pidió sin entender.

-Pues eso – dijo como si fuera obvio – no estamos conociendo y nos gustamos pero no tenemos una relación como tal.

-Ya, vamos que lo que sois es “follaamigas” – soltó para sorpresa de una Amelia que le miró con una ceja alzada.

-Te das cuenta de lo mal que suena eso, ¿Verdad? - soltó con gesto de desagrado.

-Ya, pero es lo que sois ¿no? – continuó mostrando la evidencia - Dos amigas que se acuestan cuando les da la gana sin querer ir más allá, sin tener la exclusividad y que pueden estar con otras personas cuando quieran. Conclusión “follaamigas” – reiteró.

-Deja de repetir esa palabra – protestó una Amelia que no sabía qué le sentaba peor si la palabra o la definición - es horrible. Y no, tampoco somos eso. Ni siquiera nos hemos acostado.

-Ah ¿no? - se sorprendió pues no esperaba algo como eso viniendo de Amelia.

-Pues no - contestó con seriedad.

-¿Por qué no quieres? ¿ella no quiere? ¿O…

-Porque no ha surgido, Natalia - atajó en el mismo tono anterior - y deja ya de preguntarme por mi vida sexual.

-Vale, vale - elevó las manos -  entonces, a ver, para resumir - Amelia suspiró cansada de aquella conversación - digamos que tenéis una relación abierta, pero no os habéis acostado - ignoró el gesto de la actriz - pero no quiere decir que ella no se haya acostado con nadie más.

-¿Qué? – la voz de Amelia sonó una octava más alta de lo normal, Natalia sonrió para sus adentros.

-A ver, no digo que la chica lo haya hecho – dijo para explicarse - pero podría hacerlo, está en su derecho, si tenéis una relación sin ataduras quiere decir que es una mujer soltera – Amelia la miró de soslayo - al igual que tú – apuntó y la morena desvió de nuevo la mirada – de eso se trata, ¿No?

-Ehh… sí - contestó tras un pequeño carraspeo - claro que sí, ella puede hacer lo que quiera.

-Ya - volvió a sonreír en su fuero interno porque estaba claro que Amelia no sabía hasta qué punto le gustaba Luisita - Bueno, mientras tengáis claro ese punto supongo que no tendréis problemas – afirmó - y además, es lo que tú siempre has querido: tener a alguien que no te llegue a conocer de verdad, quedar solo para pasar el rato, echar un polvo - volvió a ignorar el gesto de desagrado de Amelia - y tan amigas vio el rostro de la morena y volvió a sonreír internamente - estarás contenta.