Capítulo 20: Zona Pelágica

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Zona Pelágica

Brawly soltó un largo suspiro mientras las olas arrastraban su tabla de surfear. Las nubes cubrían la luna, apenas haciendo que pudiera vez más allá de su nariz, a excepción del faro a la distancia, guiando cada barco que se acercaba a Azuliza. Corría el riesgo de ser embestido por uno de ellos en un descubierto, pero nada que le quitase el sueño.

Sonrió un poco ante el pensamiento. Algunos otros líderes podrían decir que invitaba con demasiada frecuencia al peligro al actuar con imprudencia, en especial Roxanne, que saltaría a su cuello si se enteraba de lo que estaba haciendo ahora. Seguro, no estaba montando olas ni nada por el estilo, pero dejarse arrastrar por el mar en la noche no era la actividad más segura.

Pensando en seguridad, no fue capaz de evitar el ceño fruncido la recordar la última reunión. O, más precisamente, una pequeña llamada grupal hecha por Roxanne. Un ataque terrorista, de todas las cosas, ocurrió en Férrica. Esto puso una alarma en todos los Líderes, en especial porque la Asociación terminó tapando el incidente como los ocurridos en Kanto y Johto. Como tal, ahora estaban con trabajo hasta el cuello para mantener la seguridad, solo porque sus titulares no querían que el público se enterase todo.

Al menos, en su caso, no estaba tan atareado con la seguridad. Su Gimnasio estaba en una de las tantas islas de Hoenn, así que no tenía muchos Entrenadores pasando por aquí. Podia relajarse y disfrutar de su bello pasatiempo: montar olas hasta el anochecer. Lo lamentaba por Roxanne, y también por Wattson; ambos estaban en las ciudades más grandes y con mayor tráfico de toda la región. Les compraría un regalo la próxima vez que se reunieran, o los invitaría a la ciudad para que se relajasen.

Sacudió la cabeza y volvió al pensamiento anterior. Lo único que encontró sobre el grupo fue un símbolo y nombre: «Equipo Aqua». Sin ningún tipo de intención que ellos pudieran inferir, al menos más allá de robar al dueño de la corporación encargada de brindar energía eléctrica a todo Hoenn. Eran, en esencia, un misterio. Y a la Asociación no le gustaron los misterios.

Las alegaciones no tardaron en volar y, como siempre, apuntaron a sus detractores más vocales. Brawly, sinceramente, desconectó esa parte de la reunión. No le estaban pagando por especular. Si algo sucedía, lo detendría o evitaría, pero era poco más lo que podría hacer. Descubrir al cerebro detrás del grupo era el trabajo de Inteligencia.

Bueno, al final, no importaba, ¿o sí? Solo tendrán que hacer por lo que los contrataron de entre tantos Entrenadores... A menos que el Alto Mando —o Elite Cuatro— decida hacer algo por una vez. Seguro, los tipos eran realmente buenos; había un abismo entre los Líderes y el cuarteto, pero siempre estaban holgazaneando. Nunca los había atrapado haciendo algo productivo.

Brawly gritó sorprendido cuando el agua junto a él, literalmente, explotó. Cayó de su tabla, pero su reacción rápida le impidió perderla mientras hacía todo lo posible para estabilizar una flote. Por supuesto, los oleajes subsiguientes no ayudaron en su tarea, pero fue una bendición no terminar en el fondo del mar.

Frunciendo el ceño por angustia, dirigió una mirada maliciosa al pokemon que de seguro lo asustó hasta la muerte. Solo para quedar boquiabierto ante lo que estaba flotando frente a él. Decir que no lo esperaba era quedarse corto, por lo que hizo una doble toma, además de limpiar sus ojos, solo por si algo de agua salada entró.

Meciéndose sobre las olas había una esfera plateada, que reconoció como una cápsula de escape, o por lo menos un equivalente. El cristal azulado impedía una vista clara del interior, pero no podía tener el tamaño como para almacenar algo más que una sola persona. La cosa estaba un poco maltrecha y desgastada, pero no había filtraciones obvias.

Pokémon: Zafiro Oxidado Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin