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El día del baile de fin de año por fin había llegado.

Jimin y Jungkook, habían pasado desapercibido su casi beso en la habitación de Jungkook. El día siguiente del inesperado acontecimiento, fue como si aquel momento entre ambos no hubiera ocurrido y ninguno de los dos tuvo problemas para no hablar sobre ello, tampoco en actuar como si aquello nunca hubiera pasado. Su amistad, por otra parte, seguía siendo la misma de siempre. Seguían siendo igual de cariñosos en el instituto y Jungkook había dejado de lado el tema de temer la reacción de Jimin sobre su gusto por los chicos. En los últimos días de clases, Jungkook había entendido que Jimin era su mejor amigo y que tenía un amor incondicional reservado para él, tenía claro ahora que no importaba si sus sentimientos eran mutuos o no, Jungkook sabía que Jimin sabría cómo manejarlo y no sé alejaría en caso de no corresponderle.

Jungkook se levantó la mañana del baile sintiéndose nostálgico. No podía creer que, oficialmente, ese sería el último evento al que asistiría al instituto siendo un alumno de ahí. Era increíble cuán rápido había pasado el tiempo, recordaba su primer año como si hubiera sido hace apenas unos meses y recordaba como, para aquel entonces, deseaba graduarse cuanto antes. Sin embargo, ahora que estaba ahí, preparándose para asistir a su último baile escolar, Jungkook deseaba volver a su primer año. No porque amara el instituto, sino porque le aterraba un poco estar cada vez más cerca de convertirse en adulto.

Miró su teléfono tirado en la cama revisando si tenía algún mensaje de Jimin, y como si estuvieran conectados, la pantalla se iluminó al instante mostrando un mensaje de texto de su mejor amigo diciéndole lo emocionado que estaba por el baile. Resultaba algo irónico para Jungkook leerlo, pues al iniciar el año Jimin era el menos animado en cuanto al baile, sin embargo, ahora parecía ser quien tenía las expectativas más altas para el evento.

Al llegar la noche, Jungkook se preparó, se colocó su traje negro y su madre le ayudó a anudarse una corbata roja. A su lado, su hermana vestía un vestido que lucía del mismo color que un zafiro, haciendo resaltar su piel pálida y su cabello negro. La cosa con Heejin era, que su último baile estaba siendo un poco dramático. Había terminado con su novio dos semanas antes del baile y por ende, se había quedado sin pareja del baile. Jungkook y sus amigos habían decidido ir en grupo, por lo cual, cuando oyeron la noticia de Heejin, no dudaron en unirla. Sin embargo, Heejin quería una experiencia más tradicional, quería ir con un chico, como una cita, por lo cual, declinó la oferta del grupo. Aunque, terminó haciendo otra completamente repentina.

Vamos, que tan repentina tampoco fue. Después de todo, Heejin quería a Jimin más de lo que demostraba y aunque siempre estuvieran discutiendo por alguna tontería, su amistad era la cosa más real del mundo entero. Quedó demostrado cuando Jimin, quién se negaba rotundamente a ir en una cita al baile, aceptó sin siquiera dudar la petición de Heejin, pues sabía que la experiencia era importante para la chica. Al comienzo, Jungkook se sintió un poco extraño en la ecuación, sobre todo porque Win no dejaba de hacer comentarios fuera de lugar sobre cómo, al final, Jimin se quedaría con Heejin y no con él. Jungkook sabía que Win solo quería molestar y aunque al principio le incomodó un poco, la verdad era que Jungkook no tenía problema alguno con que su hermana y su mejor amigo fueran al baile juntos, ya que, después de todo, también eran amigos. De hecho, en el fondo Jungkook apreciaba que Jimin no haya dejado sola a Heejin.

Minutos después de que la señora Jeon le tomara alrededor de una centena de fotos a los mellizos, el timbre sonó sacándolos de su burbuja. Jungkook se apresuró a abrir la puerta, pues sabía que era Jimin quién había llegado. Heejin, aguardó en silencio, recostada del sofá en la sala principal, sospechando que ambos chicos tenían que tener su momento privado antes de que Jimin dedicara su noche a ella.

Jungkook se detuvo unos segundos antes de abrir la puerta, arreglando su cabello de manera nerviosa, aunque ya estaba arreglado. Tomó aire en sus pulmones y luego abrió la puerta, observando la figura de Jimin de pie frente a él: traje negro, zapatos del mismo color —que no podrían ser más elegantes— y detalles plateados. A diferencia de Jungkook, su pecho dejaba ver una camisa de botones blanca debajo del traje en lugar de una negra y su corbata no era roja, sino azul, perfectamente combinada con el vestido de Heejin. Jimin también llevaba su cabello oscuro perfectamente peinado detrás de sus orejas y en las manos, llevaba un ramo de rosas blancas. Jimin sonrió, apenas sus ojos se encontraron.

PROM NIGHT 本 KOOKMIN MINI FICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora