Capitulo 3 Parte 1

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Luego de unas horas dónde los Olímpicos originales, y los arqueros gemelos se pusieran al día con su respectiva progenitora, —donde tanto Artemisa y Hestia fueron abordadas por sus respectivas madres obtener información ya sea de su futuro yerno o mejor aún, sus futuros nietos— se decidió reanudar la lectura del libro cortesía de Lou Ellen, la hija de Hécate.

Con un ligero carraspeó de garganta la hija de la magia comenzó con el siguiente capítulo:

Capítulo 3: Feeling Good

Clarisse junto a Hestia me enseñaron unos cuantos sitios más. Pero el que más me interesaba en estos era el taller de los hijos de Hefestos, en donde aproveché la situación y le pedí a Charles si podía convertir el cuerno de Minotauro en una daga.

El mencionado tarareo ligeramente mientras en su mente comenzaba a idear diferentes diseños para la daga que se mencionó en el libro, a su vez que Leo había sacado una libreta y lápiz de su confiable cinturón, con el fin de hacer sus propios diseños para que el y su hermano pudiesen discutir el diseño final del arma blanca.

Obviamente le tuve que prometer que le pagaría por ello ya que no tenía dracmas en este momento, y los únicos dólares que llevaba encima, si no mal recuerdo, tuve que dárselos al perdedor de Gabe.

El rostro de Grover se torció en una ligera mueca de disgusto ante la mención del antiguo padrastro de su amigo.

Nico por otro lado parpadeo unas cuantas veces teniendo un vago presentimiento de haber escuchado ese nombre en algún lugar.

Del cual me iba a encargar personalmente una vez que recupere a mi madre, después de todo, tengo que descargar mi furia con alguien.

-Maldita sea- Leo silbo. -No quisiera ser ese tipo en estos momentos. – si las historias que habían escuchado el y sus amigos sobre el hijo de Poseidón eran ciertas entonces solo significa que este tal Gabe está más que jodido.

-Tienes razón, nadie en el campamento quiere ser el saco de boxeo de Percy cuando está realmente furioso. – un hijo de Hermes estuvo de acuerdo con su primo recordando como se desenvolvió el dios de la esgrima durante la batalla de Manhattan.

Por último, regresamos a la playa, donde un sendero conducía de vuelta a las cabañas. Cambio de posición a Hestia, de mis hombros, a mi cintura, con sus brazos rodeando mi cuello y sus piernitas alrededor de mi abdomen.

-Aww eso es adorable- Reah chillo mientras abrazaba a su hija mayor haciendo caso omiso a sus protestas.

-Madre!- la diosa del hogar se quejó mientras se ruborizaba por la vergüenza.

-No tienes que avergonzarte solo porque tú esposo te cargue de esa manera cariño. – la titanide beso la mejilla de su hija. -No tienes idea de lo afortunada que eres de tener un esposo tan cariñoso... Incluso si es tu propia sobrino, pero quién soy yo para juzgar. – la madre de los dioses olímpicos originales sonrió alegremente.

-MADRE!- por segunda vez Hestia chillo mientras su cara se tornaba de un intenso color rojo deseando poder ocultar su rostro en las llamadas de su chimenea.

Tras unos minutos de silencio, decidí romperlo. Solo para continuar mi fachada de novato que recién llega.

-Así que los monstruos no pueden entrar aquí? – Tia meneó tiernamente la cabeza, despeinándose en consecuencia.

-No a menos que se los utilice intencionadamente para surtir los bosques o sean invocados por alguien de dentro- me respondió esta vez Clar.

𝑳𝒆𝒚𝒆𝒏𝒅𝒐: 𝑻𝒊𝒎𝒆 𝑰𝒔 𝑶𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒊𝒅𝒆| 𝐏𝐞𝐫𝐜𝐲 𝐉𝐚𝐜𝐤𝐬𝐨𝐧 Where stories live. Discover now