El chico del gym 2

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Llegamos a su auto en media conversación y se recostó sobre la puerta de conductor mientras terminaba con su helado. Me paré frente a él. Él incómodo silencio volvió a invadirnos. Estaba tan cerca, sus labios estaban a menos de un metro de mí y sentía unas enormes ganas de besarlo.

Terminado su helado llevó sus manos a sus bolsillos delanteros y me miró con una sonrisa en sus labios.

– ¿Quieres subir? – preguntó de pronto.

Sabía a lo que se refería, sus labios entreabiertos en una sonrisa ladina, sus cejas levantadas, su mirada recorriendo mi cuerpo de pies a cabeza. Era perfectamente consciente de lo que implicaba su proposición cuando dije.

– Sí.

Logré percibir un ápice de sorpresa en sus pupilas, yo también estaba sorprendida. No era dada al sexo casual, pero obviamente haría una excepción por él. Camine hasta el asiento de copiloto con él a mis espaldas. Abrió la puerta y subí en el auto.

Lo vi dar la vuelta y en pocos segundos estaba sentado a mi lado. Agradecí infinitamente que hubiera estacionado su BMW en una de las esquinas más alejadas del parking. No había vehículo cerca de nosotros y mucho menos personas.

– Las locuras y el riesgo le dan sentido a la vida – pensé. No dude y llevé mi mano a su mejilla. Sentí su piel en mi palma y giro su rostro en mi dirección. Nuestros ojos se encontraron, acaricié lentamente su mejilla mientras acercaba mi rostro al suyo. Él comenzó a hacer los mismo. Y antes de que me diera cuenta podía sentir su fresca respiración en mi piel. Lo miré por ultima vez a los ojos y sentí su mano en mi cuello. Me acercó bruscamente y sentí sus suaves labios sobre los míos. Comenzamos a besarnos con desesperación. Enrede mis dedos en su cabello mientras su mano izquierda apretaba mi cuello y la derecha descansaba en una de mis piernas. Su lengua se encontró con la mía, sentí su aliento, su tacto. Besaba increíblemente bien. Su mano se escabulló por mis piernas y rosó mi entrepierna. La pequeña falda que me había puesto al salir del gym estaba siendo subida por sus manos. En un rápido movimiento sujeto mi muslo izquierdo y tiro de mí hasta que quedé sentada a horcajadas sobre él. Su mano abandonó mi cuello y sentí como el asiento retrocedía dándome suficiente espacio para poder moverme de atrás adelante sobre él. Sentí sus manos en mi trasero y jadee sobre sus labios. Sentí su sonrisa sobre mi boca mientras estrujaba mi ahora desnudo trasero.

– Te mueves tan bien – dijo sobre mi sensible piel.

Sonreí en respuesta y seguí con el delicioso ir y venir sobre él, mientras nos comíamos la boca.

Bajé mis manos hasta el seguro de sus jeans, desabotoné y bajé el cierre. Corrí un poco sus pantalones junto sus boxers hasta que su excitado amigo fue liberado. No podía verlo, pero cuando lo tuve en mi mano , sabía que era enorme. Este encuentro sería increíble.

Sus manos se escabulleron hasta mis bragas y las bajó por mis muslos lo suficiente para poder acariciarme con descaro. Rompió el beso y llevo sus irritados labios a mi cuello, mordía y chupaba mi piel mientras sus dedos me torturaban por abajo. No pude evitar gemir sobre su hombro. Se sentía tan bien.

– Quiero sentirte dentro – jadee – ¿tienes preservativos?

Dejé de sentir el calor de su aliento y sus verdes ojos se encontraron con los míos. Una ladina sonrisa decoró su rostro.

– No te creí tan divertida – comentó – pensé que correrías como el viernes – quise responder, pero dos de sus dedos me penetraron y tuve que arquear mi espalda por el placer acumulado – eres hermosa – susurro cerca de mi oído.

Sus dedos dejaron de tortúrame y sentí como inclinó su cuerpo hacia la derecha para buscar el plateado sobre en uno de los compartimentos de su auto. El plateado envoltorio apareció ante mis ojos y los rasgo con sus dientes y su mirada sobre la mía. Elevé un poco mi cuerpo sobre mis rodillas para darle suficiente espacio. El látex envolvió su amigo y sus manos se dirigieron a mis caderas.

– ¿Lista?

– Sí.

Conduzco su amigo a mi entrada y me dejo caer sobre él. Lo escucho jadear y no puedo evitar gemir. Me llena por completo, se amolda perfectamente a mí.

– Eres tan estrecha – jadea mientras estruja mi trasero incrementado el placer – muévete – ordena.

Sus manos están en mi trasero acariciándolo mientras yo llevo el ritmo. Nuestras respiraciones son un desastre y a cada segundo sus jadeos son más fuertes.

– Lo haces tan bien – jadea y sonrío en respuesta.

Comienzo a agilizar el movimiento y siento como su dedos se clavan en la piel de mis muslos y me éxito aún más.

Brinco descontroladamente sobre él, entro y salgo sin parar. El sonido del choque de nuestros cuerpos, sus jadeos y mis gemidos inundan su auto. De arriba abajo. Moviendo mis trasero de atrás adelante. Siento su mano en mi cabeza y estruja mi cabello intentado controlar su cuerpo. Sus caderas de elevan y profundizan más. Estoy en el cielo, gimo descontroladamente con mi mirada pérdida en la suya mientras el placer en mí comienza a crecer.

– No pares – jadea y me besa.

Sé que está por correrse, a cada segundo se pone más duro.

Intento seguirle el beso mientras continuo con mi movimiento. Entro y salgo, brinco una y otra vez. Su boca sobre la mía, sus manos en mi piel.

Siento el orgasmo formarse y agilizo aun más el movimiento descontrolada por el libido entre los dos.

– Joder, Emma, ya voy a llegar.

Esconde su rostro en mi cuello y sus respiraciones aceleradas son escuchadas tan cerca de mi oído que me éxito aún más.

Brinco, me muevo, muerdo mi labio y verdaderamente siento como toco el cielo. Mis paredes se contraen, y de mi garganta sale un gemido ahogado y siento su cuerpo retorcerse bajo el mío. Se corrió. Ambos nos corrimos a la vez.

Me muevo lentamente con el dentro de mí una ultima más vez intentando alargar el magnífico orgasmo.

– Eso... – respira con dificultad – fue increíble.

Sonrío en respuesta y salgo de él. Vuelvo a tomar asiento en el lugar de copiloto y acomodo mis bragas.

– ¿Mes puedes dar tu número? – pregunta con una hermosa sonrisa en sus labios.

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⏰ Última actualización: May 05, 2022 ⏰

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