🍼 Epílogo

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- No te estoy abandonando aquí, ¿está bien?, solo son unas pocas horas y luego volveré por ti.

El pequeño asintió ante las palabras que decía su papi mientras éste desabrochaba el cinturón que lo tenía preso en su sillita, ayudándolo luego a bajarse del auto.

Frente a ello se encontraba una edificación llena de colores y niños corriendo a su alrededor, unos tanto aferrándose a las piernas de sus padres otros llorando desconsoladamente, aquello no le daba buena espina, aferrado a su mano hecha puño a el pantalón de su padre quién bajó su mirada al sentir el tirón.

Gun sabía que a veces estas cosas pasaban, los niños podía asustarse al mirar su nuevo entorno, uno al que debían enfrentarse sin la compañía de sus padres; sonrió hacia su hijo llevando una de sus manos para acariciar su cabeza, apartando algunos mechones de su sedoso cabello, no quería admitir que también sentía algo de removiéndose en su pecho, sería la primera vez que lo dejarían en un lugar solo, pero sabía que era necesario y que si demostraba tanto sentimentalismo su pequeño iba a llenarse de nervios. Chimon había crecido y él tenía que afrontar esa realidad, siempre sería su bebé, pero debía empezar a soltarlo un poco.

- No estés nervioso. – Intento calmar, buscando algunas palabras que sirvieran para la ocasión. – Como te dije solo serán algunas horas, conocerás nuevos amiguitos, ¿no te gusta la idea?

Chimon negó, el omega sin embargo sonrió, sabía que eso no era del todo cierto. Con el pasar del tiempo su hijo había aprendido tantas cosas, siempre pensó que sería de esos niños que no paraban de hablar ni por un segundo, así como él lo había sido, pero resultó ser lo contrario, Chimon era bastante calmado para su edad, sin embargo, no dejaba su lado infantil, hacía amigos cada vez que salían un rato al parque o cuando se pasaban por el supermercado, sabía que en el preescolar no sería diferente.

- ¡Chimoniieeee!

Antes de que Gun pudiera decirle alguna otra cosa al cachorro escucharon como una dulce vocecita gritaba el nombre del menor y como unos pasitos apresurados corrían hacía el lugar donde estaban, pronto otro cachorro se aferraba a un abrazo el cuerpo de Chimon, que solo se mantuvo quieto con ganas de empujar al otro.

- ¡Pluem! No corras así. – Un agitado omega llegó también a pasos apresurados, cargando a un bebé sonriente ante la situación en el canguro colgado en su pecho.

Pluem solo se rió y pronto fue empujado por las manitas de Chimon, pero eso no lo detuvo, empezando a mostrarle su linda mochila de conejito al mayor.

- Creo que Pluemie está feliz de ver a Chimon. – Señaló Gun. – Y Pim parece que esta feliz de verte correr detrás de él.

Krist bajó la mirada para ver al bebé divirtiéndose por la carrera que tuvo que pegar detrás de su cachorro mayor.

- Incluso se levantó temprano de lo ansioso que estaba por venir. – Comentó Krist.

Mientras tanto Chimon era obligado a escuchar como Pluem alardeaba sobre su mochila que su padre le había traído de un país Pattaya, o por los menos eso era lo que decía el otro niño había dicho.

- ¿No te gusta? – Le pregunto el menor con ilusión.

Chimon la detalló, no estaba mal pero su mochila con forma de un adorable pollito le parecía más bonita.

- Umm, sí. – Finalmente contestó y esta simple respuesta hizo feliz al otro, quién volvió a abrazarlo de forma invasiva. – Estas aplastándome, tonto.

El tiempo pasaba, pero para él la bola de grasa seguía siendo insoportable.

- ¿Qué tal si se toman una foto juntos? – Sugirió Gun, mirando la adorable escena, que no se resistió a sacar su teléfono para dejarla inmortalizada con una foto. – Sonríe Chim Chim.

Baby Thoughts ~ OffGunWhere stories live. Discover now