Capitulo 75

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- Tu asiento es aquí, junto al mío -Luisillo señaló los asientos que había a la derecha del pasillo-

- ¿Por qué me castigan de esa forma...?  -Dije mirándole con una sonrisa-

- Considerate afortunada. No todos tienen el privilegio, de sentarse al lado de Luis Luisillo

- ... ¿Es en serio? -Respondí riéndome. Me miró haciéndose el indignado esperando a que pasara- 

- Cómo te sigas burlando, no te dejo que te sientes al lado de la ventana -Lo miré riéndome mientras pasaba a sentarme antes de que se arrepintiera- 

Cuándo al fin nos sentamos, observé por la ventana cómo preparaban todo fuera para salir. Me quedé con la mirada perdida intentando adivinar lo que podría encontrarme al regresar a México. A pesar de haberme ido solamente tres días a este maravilloso lugar, el miedo por no saber lo que encontraría a la vuelta estaba presente. Sobre todo después de encontrarme las fotos de Christopher con su nueva novia a mi regreso de Italia. Y otra vez volvía a aparecer él en mi mente. Sacudí la cabeza, apartando la vista de la ventana. Miré a Luisillo que cómo era costumbre, estaba pegado a su celular mandándole un mensaje a alguien. Suspiré acomodándome sobre el asiento.

- ¿Todo bien? -Luisillo preguntó al escucharme suspirar. Giré la cabeza mirándole para luego negar con un suave movimiento de cuello- 

- La verdad no... -Dije volviendo a mirar al frente- Pero  es personal, no te preocupes... -Agaché la cabeza observando mis manos entrelazadas entre sí-

- ¿Cuánto tiempo más vas a necesitar para darte cuenta que aquí el amigo Uckermann, sólo tiene ojos para tí? -No pude evitar girar la cabeza rápidamente al escucharle decir aquello. Luisillo lo había dicho en un tono lo suficientemente bajo para que solamente nos enterásemos el y yo- 

- ¿Cómo dices? -Fue lo único que pude decir sin quitar los ojos de mi alrededor nerviosa, por si alguien le había escuchado decir aquello. Luisillo miró al igual que yo a su alrededor comprobando que nadie nos escuchaba-

- Digo... Que es hora de que os dejéis de tanta tarugada

Una de las azafatas, se acercó a nosotros cortando aquella conversación ofreciéndonos algo de tomar. Después de aquello, Luisillo sólo me hizo un breve gesto con la cabeza para que pensara en lo que me había dicho minutos antes. El resto del vuelo no fui capaz de decirle nada más, lo único que hice fue checar los mensajes y las fotos de los fans sobre mi breve estancia en Cancún. Al llegar al Df por fin, me despedí de Luisillo antes de agarrar un taxi para que me dejara en mi casa. Necesitaba bañarme, ver a mis papas, a mis hermanas, a mi sobrina... Necesitaba descansar un poco.

[...]

Aproveché mis días de libertad para poner el árbol de navidad con mi mamá, para salir a divertirme con Mau, Nacho, Arturo, Alejandra. Había decidido centrar mi vida únicamente en amistad y trabajo.

Terminé de arreglarme para poder reunirme con los demás en el restaurante dónde habíamos quedado para comer. Era casi de los primeros en llegar. Mau me recibió con un abrazo, invitándome a entrar para esperar dentro a los demás. Nos colocamos al lado de una chimenea portátil que tenía el restaurante para combatir el frío. Ambos empezamos a hablar de nuestras cosas cuándo nos interrumpió su celular con alguien a quien conocía muy bien. Minutos después, cuándo Mau colgó, me miró disculpándose.

Y En El Medio Tu (Vondy)Where stories live. Discover now