Capitulo 102

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Hogar dulce hogar.

Una vez en México, tocaba dejar atrás aquellos maravillosos días en Italia. Sonreí al ver a Rodrigo esperándome en el estacionamiento del aeropuerto. Los días que estuvimos juntos en Italia habían logrado arreglar las cosas entre los dos. Sentía que volvíamos a ser los mismos de hace un par de años cuándo empezábamos a salir. Él me había demostrado pacientemente que siempre podría contar con su cariño, me había dado hasta la oportunidad de acercarme a Christopher para poder demostrarme a mi misma cosas. Al llegar junto a él, se incorporó separándose unos centímetros del auto, colocando una de sus manos sobre mi cara para besarme. Sonreí respondiéndole a aquel tierno beso acariciando su mano. Al separarnos, agarró mi equipaje después de abrirme la puerta del coche para que le esperara dentro. Una vez terminé de acomodarme en mi asiento, lo observé a través del retrovisor. Cómo me gustaría que algún día Rodrigo provocara en mí todo lo que Christopher hacía con un simple apretón de manos. Suspiré sacudiendo rápidamente la cabeza al sentir la puerta cerrarse.

- Bueno, ¿a donde quieres que te lleve? -Preguntó dedicándome una amplia sonrisa mientras encendía el motor-

- Me gustaría saludar a mis papás primero

- ¿A tu casa entonces? -Asentí con una breve sonrisa antes de volver a sentir sus labios sobre los míos-

- Si por favor

- ¿Te apetece que vayamos luego a cenar? A sí me cuentas que tal tus días en Italia sin mí

- Me encantaría -Le dediqué una amplia sonrisa, notando cómo sus dedos se entrelazaban con los míos-

- ¡Perfecto!

Bajé rápidamente las escaleras observando la hora que marcaba mi celular. Al abrir la puerta de la casa, me choqué de frente con mi mamá que venía de pasear con Fran. Agarré la puerta para evitar que se les cerrara, bajo sus miradas interesadas al verme con tanta prisa.

Perdón, no os vi -Me disculpé retrocediendo varios pasos-

- ¿A dónde vas con tanta prisa?

- A ver a Dulce, pero... llego tarde así qué, ¿necesitan algo?

- ¿A Dulce? -Asentí sin poder ocultar la sonrisa-

- Sí. Acaba de llegar de Italia. Me apetece verla, no sé, saber cómo se lo había pasado... Platicar un rato nada más

- Bueno, en ese caso, ¡diviértete!

- ¡Gracias! ¿No necesitan nada entonces?

- Nada cielo, estamos bien. Vete antes de que se te escape

- Nos vemos al ratito -Besé la mejilla de mi mamá después de apretar la mano de Fran sonriente-

- ¡Suerte!

La voz de mi madre deseándome suerte fue lo último que escuché antes de meterme a toda prisa en el coche. Sabía que no me daba tiempo a buscarla en el aeropuerto, así que puse dirección a su casa para ver si tenía más suerte. Desde que Luis me avisó de que llegaba de su viaje hoy, no había pasado ni un sólo día que no pensara que decirle cuándo la viera. Sabía que había estado en Italia con Rodrigo, el mismo Luis me lo confirmó, pero eso no borraban mis ganas de verla, de platicar con ella. Cuándo estaba llegando, vi delante mía un mini de color blanco, estacionando en la misma puerta. Me paré frente la puerta de su casa para poder ver quién había llegado. Una vez apagué el motor bajé del coche, comprobando que era Dulce la que bajaba de aquel coche con aquella hermosa sonrisa. Suspiré nervioso al verla dirigirse hacia la parte de atrás del coche para sacar seguramente sus maletas. Desvié un momento la mirada hacia uno de los espejos laterales del coche para ver que estuviera bien peinado antes de acercarme. Crucé con cuidado la carretera mirando a ambos lados, avanzando con decisión. Alcé de nuevo la mirada al escuchar la risa de Dulce a lo lejos.

Y En El Medio Tu (Vondy)Where stories live. Discover now