✨Eros Holmes, el detective del amor✨

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Narra Eros:

Decidí ir al campo para evitar pensar en Mark, mí ex novio. No teníamos una relación normal, más bien todo se centraba en el poliamor. Yo estaba con todos los chicos que quería y él por su parte hacia lo mismo. Al final del día nos encontrábamos y nos amábamos como si no hubiera un mañana. Me dolió verlo regresar de su viaje a Europa casado con un Inglés.

Lo que más me dolió fue que no halla terminado formalmente nuestra relación. Me enteré que no estábamos más juntos cuando entró a la fiesta aniversario del club de Polo acompañado con un imponente chico que no hablaba ni una palabra español, gritando a los cuatro vientos que era su esposo.

Nuestro amor no había sido la gran cosa. Era más de lo mismo que con los otros chicos. Solo estábamos juntos porque ambos pertenecíamos a familias de alta sociedad. Sin embargo me dolió en lo más profundo su humillación.

Mí mejor amigo Julián me propuso ir al campo para que lo ayudara a pasar tiempo con su familia. El pobre chico se había enamorado de una de las sirvientas y no se atrevía a dar el paso. En vez de luchar por la chica decidió tener una novia rica para contentar a sus padres. Me llevó casi a rastras para que evitara hacer una locura. Y al final hizo una. Le doy gracias a Dios que decidió comprarle una joya a la sirvienta y pedirme que se la entregara. Si no hubiera entrado a la cocina en ese momento quizás jamás hubiera conocido aquel hermoso chico que la acompañaba.

Al verlo mí mundo dió vueltas y Mark se hundió en el pasado. Había una cosa en aquel muchacho que me llamaba. Lo quería poseer, de eso no tenía ninguna duda, pero quería más.

Tal fue mí atracción por él, que sin conocerlo me vi tentado a seguirle. Lo vi pasar rumbo al campo esa noche dónde Dennis no paraba de hablarme de la infinita cantidad de zapatos y sombreros que iba a comprar cuando fuera a Londres. Le dí cualquier excusa y salí hacia afuera dispuesto a seguirlo.

Al principio mí idea era fingir que me perdí para hablar un poco con él, pero al llegar a ese especie de oasis en medio de la pampa me oculté detrás de un árbol para verlo mejor. Creí que se daría un baño nocturno, el morbo me pudo y deseé verlo desnudo, bañándose a la luz de la luna. Lo que sucedió me dejó más sorprendido y excitado que verlo bañarse sin nada puesto. Comenzó a bailar al lado de la laguna. Bailaba como los dioses.

Una vez dije que para conquistarme, los hombres debían ser buenos en la cama y saber cocinar. ¡Como me equivoqué!. Ese maldito sirviente, sin siquiera pensarlo, me conquistó bailando. Caí rendido a sus pies al verlo dar un paso tras otro.

Admito que me comporte como un patán al aplaudir e interrumpir su juego. Me pudo la situación, necesitaba actuar, necesitaba que me notara.

Desde esa noche no aparté mis ojos de él. Lo seguí a todas partes y siempre busqué una escusa para hablarle. Casi asesino a Dennis cuando lo arrojó intencionalmente al chiquero de los cerdos. Corrí a hablarle, a demostrarle que estaba preocupado por él.

Días más tarde lo invite al estanque para pintarlo. Otra escusa más para estar a solas con él. Lo había dibujado desde que lo ví la primera vez bailando, incluso hice retratos mientras lo observaba tender ropa o dar de comer a los animales desde mí ventana.

Esa noche me pudo la tentación y use todo mí encanto seductor para poder tocarlo. Me dejó hacerle lo que quería. Me dejó explorarlo y di rienda suelta a mis más bajos instintos. Si Julián no hubiera interrumpido lo hubiera hecho mío allí mismo.

Había una cosa que andaba mal con Quillén. Podía sentirla en toda la casa. Le pregunté a Julián sobre el chico y me contó más o menos lo que sabía: lo encontró Luly, una de las sirvientas, en campo abierto cuando era un recién nacido. La mujer se hizo cargo de él hasta que fuera mayor de edad.

Algo no cuadraba en la historia. Si la mujer se apiadó de él y lo "adoptó”, ¿por qué lo trataba tan mal?. ¿Por qué todos lo trataban como si fuera algo peor que un esclavo?.

Las respuestas comenzaron a llegar a mí gracias a mí instinto de chusma. Una tarde decidí ir a buscarlo para pasar el rato junto a él. No me importaba si tenía que verlo lavar o algo por el estilo, quería estar a su lado y punto. Cuándo pasé por la habitación de Juleika, una discusión me detuvo.

Solo oí este fragmento:

- señora, necesito una semana libre, ¡mí hermana se encuentra muy mal!- dijo la sirvienta.

- ¡imposible!- respondió su patrona- te necesito aquí para que me ayudes a llevar la casa en orden. Tengo planeada una reunión importante y es necesario que todo salga bien.

- señora, es cuestión de vida o muerte- suplicó Luly.

- tendrá que esperar para el mes que viene- dijo sin dar brazo a torcer juleika.

- sabe que no me gusta usar ese asunto para sacar ventaja- dijo la mujer. Me pegué más a la puerta para escuchar mejor- pero el chico está grande y puede enterarse de la verdad.

- ¡no metas a Quillén en esto!- dijo la  madre de Julián con pánico en la voz- ¡nunca debe enterarse que pasó esa noche!.

- ¡usted sabe cuáles son mis lealtades!- respondió solemne la sirvienta- y jamás revelaré lo que sucedió aquel día y mucho menos aquella trágica verdad.

- te doy una semana- accedió a duras penas juleika- y no hables más del tema que me das dolor de cabeza. ¡Ahora fuera!- antes que me vieran de chusma salí corriendo hacia mí habitación.

Allí me di cuenta que los Martínez Avellaneda ocultaban algo y eso tenía que ver con los padres desaparecidos de Quillén.

Decidí no meterme en cosas que no eran de mí incumbencia. Quillén estaba a punto de ser mayor de edad y pronto sería libre de aquella familia. Quizás los Martínez Avellaneda conocían a sus padres y no se lo habían dicho para tenerlo como sirviente o Quillén nunca quiso conocerlos.

Cuándo ayudé a Quillén con las compras me dí cuenta de dos cosas: la primera, Quillén sufría. La segunda, que era mí deber ayudarlo.

Mí mente no pudo concebir que una persona tan pura y buena sufra. No él. No aquel chico que me robaba una sonrisa sin esforzarse. Aquél bailarín que me vio por lo que soy y no por lo que tengo.

Debía hacer algo. Estaba dispuesto a sacarlo de ese infierno y llevarlo conmigo a dónde sea. Darle todo y que nunca le faltara nada.

Quillén me gustaba más que cualquier otro chico. Nunca había sentido tantas emociones juntas con solo tenerlo cerca. No iba a permitir que lo lastimen. Iba a encontrar la forma de descubrir la verdad y salvar a Quillén de cualquier mal.

✨Un Vals en las estrellas ✨ (Yaoi) (En Correción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora