XXIV

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–Será él de verdad? –Dudó una voz femenina volviendo lentamente de la inconsciencia.

No... aun estaba muy cansado.

–Los guardias dicen que si –Respondió otra mujer sonando algo líquido escurrirse cerca mia.

Estaba... Muy cerca...

–Da igual que sea o que no, termina rápido o volverá el guardia –Se quejó una tercera mujer muchísimo más lejos que las otras dos.

Y algo húmedo y frío tocó mi herida haciéndome despertad de golpe con dolor por la presión.

Una mujer estaba a mi lado al separándonos solo unos barrotes, era la que sostenía un cachorro de tela empapado sobre mi herida.

–Despertó el príncipe –Comentó sin quitar la mano de mi herida.

Era una mujer con el pelo castaño oscuro y la cara llena de pecas por todas partes, pero lo que más llamaba la atención era su pelo por estar cortado mal, estaba muy corto, pero tenía trasquilones y no estaba igualado, su ropa se notaba sucia y algo rota, creo que la tela con la que estaba sobre mi herida era un cachorro del bajo den su pantalón.

–Eso duele –Me quejé retorciéndome.

–Si no se limpia se infecta, y estoy segura de que no te apetece perder la pierna –Respondió la voz de la primera mujer.

Pero no estaba aquí, no la veía.

–No grites sino los guardias vienen –Se quejó la tercera mujer en la lejanía.

Estaba... en una pequeña prisión, era de piedra maciza y no se filtraba la luz del día por ningún recoveco, solo había la luz del pasillo que entraba por unos barrotes de una puerta de madera.

Me habían atrapado... sabían que era el príncipe.

Pero perdí la consciencia al darme un golpe en la cabeza.

–Donde estamos? –Dudé una vez la mujer quitó el paño de mi herida.

–La cárcel de palacio –Contestó metiendo el pañó en el pequeño vaso con agua–. El lugar donde esperas a tu juicio de muerte.

–Que? –Dudé aún con dolor llevando la mano a la herida.

No tenía nada para taparla y había sido profunda, ya no sangraba tanto como antes pero no era una tontería.

Joder...

–Lo que oyes, en algún momento vendrán a buscarte para que tengas una reunión con el rey y decretarán de que forma matarte –Suspiró sentándose mejor con la espalda apoyada en la pared–. De verdad eres el príncipe menor de Hewa?

–Si –Afirmé suspirando con pesadez–. Como lo sabes?

–Todos lo saben –Respondió la voz de la mujer más lejana.

Su voz venía de mi izquierda, pero ahí había un muro de piedra maciza, no barrotes.

–Como conseguiste entrar? Todas las fronteras están cerradas –Preguntó la mujer de mi lado.

–Llevamos años intentando huir –Murmuró la voz de la primera mujer que debía de venir de la celda de en frente.

–Perseverancia, un disparo en el hombro y un dios, ojalá poder deciros algo más de ayuda.

Pero estaba tan perdido como ellas, si no fuera por Pure habría muerto seguramente intentando entrar a Aurum.

–Que dios te ayudó? –Dudó la mujer lejana de mi izquierda.

Monarca (Yaoi/BL) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora