Capítulo XXVIII

264 49 7
                                    

ALEKSEI

Unos nudillos llaman a la puerta de mi despacho unos minutos después de marcharse Caterina. Abro la puerta deseando encontrarme con Samantha, sin embargo, no es ella.

—Hola, jefe!!

— Hombre, Estela!! ¿Qué tal? ¿Qué haces aquí?

—Ya estoy de vuelta.

—¿Y tú madre?

—Le acaban de dar el alta ahora mismo, así que Estela Return!!

Un retortijón estruja mi estómago. Que vuelva Estela a las cocinas implica directamente que yo deje de pasar tanto tiempo con Samy, y eso no me gusta. Pero en todo caso me alegro mucho de que la pelirrosa vuelva. Su alegría es contagiosa y me encanta el buen ambiente que crea sólo con su presencia.

—Genial, pues bienvenida de nuevo.

Después de agradecerme que hubiese sido tan comprensivo con ella por haber faltado estas dos semanas, y haberla cubierto en su puesto, Estela me da un abrazo espontáneo y se marcha a la cocina para ayudar con la comida.

La vuelta de Estela me permite que me quede en el despacho analizando mi vida. Tengo mucho en lo que pensar. Después de una hora de recrearme recordando en lo que ha pasado hace escasas horas en ese sofá, y de valorar mi relación a igual, creo tenerlo todo claro. A pesar de que me falta una seria conversación con Samantha para saber exactamente qué es lo que siente por mi y si quiere un futuro conmigo, lo que tengo claro es que mi relación con Caterina tiene que terminar.

El sonido de mi móvil me anuncia una llamada y sonrío cuando veo que es Charly el que llama.

—Ya me estás explicando en qué movida estás metido—dice en cuanto descuelgo.

Y eso precisamente es lo que hago. Le cuento como ha ido esta última semana, lo mucho que ha cambiado nuestra relación desde que mi hermano está aquí, y le he dicho que cuando le hemos llamado la segunda vez era porque nos habíamos puesto algo cariñosos y justo ha aparecido Caterina.

—¿¡Os ha pillado follando?!

—Qué dices, bruto!! Además, te crees que si Caterina nos pilla, ¿seguiríamos vivos?

—Es verdad. Como poco te faltaría un cacho de carne entre las piernas—se ríe el solo por su gracia y cuando recobra la compostura vuelve al ataque—Y si no estabais follando, ¿qué quieres decir con poneros cariñosos?

—No pienso contarte eso.

—Jo, pues al menos cuéntame si te ha gustado.

—Con ella, siempre.

—Puff, lo tuyo con Samantha es digno de estudio. ¿Has pensado que quizá ella te haya hecho algún tipo de Brujería Gala? Es que no es normal que después de más de seis años sigas así de colgado por ella. Lo tuyo es un continuo viaje al pasado.

Resoplo sin decir nada porque sé que tiene toda la razón. No sé si fue porque cuando estábamos empezando la relación, cuando todo son fuegos artificiales y pasión, pasó lo del Embajador y la tuve que dejar para evitar que fuese a la cárcel. Sacrifiqué nuestra felicidad por su libertad. O fue porque cuando nos reencontramos ella huyó de mi. O simplemente porque era la jodida mujer de mi vida. No se porqué pero La pelirroja se me había grabado a fuego en el corazón y sería mi debilidad por siempre.

—¿Sabes lo que no entiendo?—contraatacó Charly tras unos segundos de silencio.

—Sorpréndeme.

—Me cuesta entender el motivo que te llevó a presentarte en Lisboa.

—Charly, precisamente tú sabes perfectamente lo que siempre he sentido por ella.

Chef en Lisboa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora