Cometiendo errores • Draken

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«Mejoras "para bien"»

Siete años atrás.

— Es lindo ¿No? — preguntó a su grupo de amigas una pelirroja de apenas catorce años recién cumplidos.

— ¿El nuevo de la clase avanzada? — preguntó una de ellas sonriendo levemente. La pelirroja asintió.

— Debo admitir que si es lindo — comentó otra de sus amigas, encogiéndose de hombros.

— Lindo se queda corto jaja~ ese chico es perfecto — empezó a hablar la última de ellas — es alto, guapo, reservado, misterioso, inteligente, interesante y la lista sigue y sigue — soltó una leve risa.

— Hablando del rey de Roma — murmuró Mei, señalando una dirección no muy lejana disimuladamente.

Caminaba a paso calmado con su almuerzo en la mano, siendo acompañada por su hermano mayor y su mejor amigo; Jasha y Norman. Estos dos estando un grado por encima de ella.

— No paran de verme, es incómodo — murmuró, escondiéndose detrás de su hermano.

— Si yo fuera una chica, también te miraría todo el día — comentó el de ojos azules, riendo por cómo su hermana se había sonrojado levemente.

— ¿Por que no usas el uniforme femenino, (N)? — preguntó el más bajito.

— No le gustan sus piernas largas y dice que la falda no se le verá bien. Estupidez~ yo pienso que se vería hermosa — respondió su hermano por ella, dándole un enorme bocado a su almuerzo.

— No comas como animal, idiota. Al menos espera llegar a una mesa — le dió un sape en la nuca — y no, no es solo por eso... En realidad... Es porque prefiero que piensen que soy un chico a que me pongan apodos por ser tan alta — murmuró con la cabeza baja.

— (N), ya habíamos hablado de esto... Alta te ves increíble, a eso súmale que eres muy hermosa — le sonrió con cariño, abrazándola por la cintura y recostando la cabeza en su pecho — deberías sacarle provecho a eso, estoy seguro de que tu grupo de admiradores crecerá —.

— No quiero llamar la atención, Norman — le correspondió el abrazo, apoyando la mejilla en el lacio cabello negro de su bajito amigo.

— Nunca me ha gustado interrumpir sus demostraciones de afecto... Pero los están viendo raro — dijo Jasha en voz baja, para que solo ellos escucharán. Entendiendo la situación, se separaron en silencio y siguieron con su camino hacia el patio de la escuela, donde comerían su almuerzo.

Ese día las miradas no se detuvieron, sobre todo de las chicas, quienes incluso se acercaban a preguntar su nombre o pedir su teléfono. Era gracioso para Norman, molesto para Jasha por sus celos de hermano mayor e incómodo para (N). Pero se logró terminar la jornada estudiantil sin ningún problema.

•••

Dos días más tarde, en el ingreso a los clubes.

— ¿Que hace aquí? — susurró una de las chicas, mirando adentró de un salón de clases — las clases ya terminaron ¿No debería estar yendo a su casa o alguno de los clubes? —.

— No lo sé, pero ésta es mi oportunidad de hablar con él — dijo otra, bastante decidida.

— Ja! En tus sueños — dijo Mei, apartando a su amiga del camino para acercarse como un depredador a su presa.