1. Comienzó.

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- Te extrañaremos.

- Si lo harán ¿Por qué me hacen esto? - respondí.

- Porqué somos tus padres, y te amamos.

- Prometan que vendrán a buscarme cuando se cumplan los tres meses.

- Es una promesa - Respondieron papá y mamá a una sola voz.

Y allí me quedé yo, en una nueva ciudad, a unos cuantos kilómetros de mi hogar, deje atrás amigas, mi vida.

Mientras veía como se iban mis padres en su auto, mi tía Josefa me susurro al oído - Entremos, no es bueno que estés sola afuera.

¿No es bueno? Si en Jeams, mi ciudad, andaba por cada lugar sola. ¿Dónde me había metido?

- Está bien tía - Respondí.

Mi tía Josefa, era prima de mi padre Look.
Y por un mal comportamiento, según los directores de mi antigua escuela, me enviaron aquí, era esto, o la expulsión total de la escuela.

Entonces ellos, en conjunto conmigo decidimos que vendria por tres meses a la escuela de aquí la cual tiene convenio con ellos, y a este pueblo, supuestamente esto ayudaría mucho en mi comportamiento y asi poder solucionar problemas de mi vida personal.

A Esmeralda se le decía ciudad, pero más que ciudad parecía un pueblo de aquellos que se ven en las películas de terror.

Muy poca gente transitaba las calles, tenía un bosque enorme, y por lo que ví al llegar, la nieblina no te deja ver con claridad.

A su vez pude escuchar ruido de agua, seguramente hay un lago cerca.

Fue la voz de mi tía Josefa quien me trajo a la realidad - ¡Vamos almuerza! Se hace tarde para la escuela.

- ¿Escuela? - Pregunté.

- Claro - Respondió ella con una mirada intimidante - ¿O pensabas venir de vacaciones?.

- No, no. Se a que vine. Solo que creí que iba a descansar por lo menos hoy por el viaje.

- Uno descansa cuando muere. - Respondió.

La tía Josefa siempre tenía esas palabras tan frías y oscuras, pobre, nose que le habrá pasado en su vida para ser así.

Entonces almorze rápido una comida que hizo, lo cual nose que era pero estaba rico.

Me puse un uniforme colores verde y blanco y salí afuera donde el autobús pasaría por mi.

30 minutos después.

- No creo que vengan. - dije.

- Si, lo harán. - Respondió mi tía.

Y en aquel momento, se veía venir aquel autobús escolar, con unos colores naranjas fuertes y líneas blancas.

Freno justo al frente de mi, por poco me choca.

Se abrieron aquellas puertas, con un ruido insoportable.

Y mi tía Josefa exclamó - Aquí está la rebelde.

Mi cara era un tomate, no sabía que hacer, ya seguramente todos sabían el motivo por el cual estaba aquí.

Subí y me senté sola en el fondo, las chicas me miraban muy mal, y los chicos se murmuraban entre ellos, me miraban y reían.

¡Que horror!

Ya quería llegar, maldición.

Mientras íbamos viajando aún hasta la escuela, en un momento todos los chicos se apoyan de un lado de la ventana.

¿Que les sucede? Me preguntaba yo misma por dentro.

Mire de reojo, y era una casa, parecía abandonada. Todos murmuraban, y para colmo el autobús frena en la puerta de esta.

!Que miedo daba aquella casa! Se veía tan tenebrosa, seguramente estaba abandonada (pensé).

Pero mi sorpresa fue cuando aquella puerta se abrió y un chico pelirrojo salió de allí, su tono de piel era blanca como la leche, sus ojos azules como el océano, y unas pecas marrones que llenaban su cara.

- Llegó la porquería - empezaron todos a decir.

Lo agredían verbalmente, y este chico lo único que hizo fue sentarse.

Mi instinto de protectora ya quería resurgir, fue por ese motivo que me castigaron en mi escuela anterior, por haberle dado su merecido a los abusadores.

Así qué opte por ir a sentarme con el.

Este al verme, se asusto.

- Tranquilo - Le dije - Yo no te haré dañó.

- Vete - Dijo con un tono enojado.

- Pero.. (interrumpe)

- Vete, por favor.

Seguramente a este le gustaba estar solo. Así que volví a mi lugar.

¿Quien era este chico? ¿Por qué no se defendía? ¿Por qué vivía allí y en esas condiciones?

Todo eso tendría una respuesta al llegar a la escuela.

Continuará...

ARIAN | Un Secreto, Un Misterio Y Una Sola Verdad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora