15. Recuerdos imborrables.

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- Diablos - susurre. Aún seguía mareada, no podía si quiera lograr equilibrar mis pasos. ¿Que me habían dado? ¿Con que fin mi hicieron? ¡Vaya uno a saber!

Lo que si era claro, es que ya no podía volver a la escuela, por algo la maestra puso esa droga en mi limonada, quizás me querían secuestrar, y el ayudar a mis amigos me salvó.

Rápidamente empeze a mirar todo mi cuerpo, quería ver si tenía alguna marca, herida o raspón... No sabía si ese hombre que merodeaba el bosque me había hecho algo.

Suspiré al ver que nada raro había en mi.

Luego una preocupación inmensa invadió mi pecho... ¿Dónde estaba Onur? ¿Que le habrán hecho? ¿Seguía con vida? Necesitaba encontrarlo, sin el, el porcentaje de efectividad para vencer a los oscuros disminuía cada vez más.

Entonces recordé a Arián, debía ir a su casa y ver qué estaba bien, claramente si me quisieron atrapar a mi, es más que seguro que a él también lo quieran atrapar.

Corrí con todas mis fuerzas por aquel maldito bosque, de día era uno y de noche era otro, la energía del lugar cambiaba, se sentía en el aire.

Se decía que quien entraba aquí, era muy difícil que pueda salir ya que la similitudes de lugares te confundía hasta la locura.

Por suerte, a lo lejos podía escuchar el ruido del agua, era el lago, justamente el lago que estaba al frente de la casa de Arián.

Corrí con más fuerza aún, las gotas de sudor corrían mi frente, cayéndose luego en la tierra seca de aquel lugar, y el sonido de los cuervos que deambulaban sin cesar buscando un cadáver de algún animal con el cual alimentarse.

Al llegar al lago, seguí corriendo costeando la orilla. Fue a lo lejos que pude observar la casa de Arián.

Al acercarme, empeze a gritar - ¡Arián! ¡Arián! - Pero nadie salía de aquella casa.

Fue sangre seca pegada en un tronco que estaba en el lugar donde yo estaba, que me llamo la atención.

¿Quien había estado allí? Justo al frente de la casa de Arián.

Unos gritos que venían del otro lado me trajeron nuevamente a la realidad. Eran personas encapuchadas vestidos de negro quienes llevaban a Arián y lo metieron a la fuerza en una camioneta negra.

Rápidamente me escondí, no sabía si me habían visto, era obvio, nos querían eliminar.

Rápidamente salí salí de allí, seguí corriendo sin rumbo, llore de angustia, de dolor. Estaba sola, sin amigos, sin mamá, sin papá, con una tía que era cómplice de todo el horror de Esmeralda.

- ¿A dónde iré? - me preguntaba yo misma.

No tenía a dónde ir, a quien recurrir.

Mientras aún seguía caminando por el bosque, se escucha a mis espaldas
- !Galine! - muy deprisa me voltee, era Ibrain.

- ¡Ibrain! - Exclamé, rápidamente corrí a abrazarlo, era mi única esperanza en este pueblo.

- Se lo llevaron a Arián - dije, mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.

- Lo sé - dijo - Yo estaba dentro de la casa, pero tus gritos llamando a Arián me hicieron salir, oportunamente a lo lejos pude ver qué se acercaban, no alcancé a avisarle a Arián, por eso me oculte detrás de la casa.

- Onur también está desaparecido - Susurré.

- Si, me entere por los diarios.

- Se están adelantando a nuestro plan - dije con un suspiro - No sé cómo supieron.

ARIAN | Un Secreto, Un Misterio Y Una Sola Verdad ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora