Capituló 6

9 1 3
                                    

Mmm...
No quiero ir con mis abuelos, pero me tendré que aguantar. La última vez que fui, las cosas no salieron nada bien, todo se fue a la mierda en un día.
Un pequeño resumen: mi tío y mi abuela estaban hablando muy mal de mi, yo, que claramente estaba incómoda, me quería ir y me fui.
Y mi ida le "provocó" una hemorragia en el ojo a mi abuela, disque por el estrés.
Desde qué pasó eso, ya no voy con ellos o si, pero con menos frecuencia que antes.
Y aquí estoy de nuevo, camino a la casa de mis abuelos. Para esta ocasión decidí ponerme un pants súper cómodo- que me queda enorme, por cierto- para ir con ellos.
Media hora más tarde, nos encontramos tocando la puerta de la casa de mis abuelos.
- ¡Hasta que se aparecen!- exclama mi abuelo.
- La gasolina está muy cara- le digo yo.
Él solo se ríe.
-Pasen, pasen- dice.
¿Y si me quedo afuera?
Pero no creo que sea una opción muy favorable para mi, la verdad y cómo es obvio, pasamos.
-¿Cómo has estando papá?- pregunta mamá.
-Bien hija, solo algo triste por lo qué pasa con tu hermano.
Y... ya sacan de nuevo el problema con mi tío, él, simplemente, es un asco de persona, que no hace más que arruinar a la familia.
-No hablemos de eso- dice mi mamá, que le incomoda que hablemos de eso, porque como a cualquier persona con un sano juicio, se enoja porque por culpa de una persona, toda su familia se esté yendo a la basura.
Mi abuelo solo asiente y nos manda al cuarto de mi abuela, donde está.
Yo la saludo con un abrazo.
-Hola abuela, ¿Cómo estás?
-Bien amor, gracias, solo algo cansada.
-Entiendo- digo, porque no me interesan los detalles-.
Y proceden a hacer los saludos normales.
Todo iba bien, platicando y habiendo preguntas tontas, hasta que mi abuela dice en un tino demasiado fuerte, lo siguiente:
-Oye, niña, estás demasiado delgada, parece que te vas a morir de hambre, ¿Acaso son pobres y no te dan de comer?- preguntó-.
Me quedo callada y hago el intento de mirar mi cuerpo.
Inhala, exhala, relájate, con gritarle no vas a ganar nada.
Así que digo:
-Ayyy abuelita, tú tan delicada como siempre, pero fíjate que no, no somos pobres, me dan de comer muy bien, ¿sabes lo qué pasa? Que yo cuido mi alimentación y hago ejercicio para estar bien con mi cuerpo- le digo-.
-Pues parece que no, porque pareces una desnutrida, come más, come cómo comías antes, cuando estabas gorda.
-Como lo que es necesario y no pienso comer como cuando estaba gordita, porque si me alimento de esa manera, terminara internada en distintos hospitales por infecciones el estómago y te recuerdo, es MÍ cuerpo, yo hago lo que se me da la gana y tu opinión de como me mire, me viene importando muy poco, la verdad. Así que ahórrate tus malditos comentarios.
Todos se me quedan viendo.
Mierda.
-Nos vamos- dice mi papá que me toma del brazo.
-Adiós- les dijo a mis abuelos con la sonrisa más falsa que puedo hacer.
Ya en el carro, papá respira profundamente y dice:
-Te pasaste respondiéndole así a tu abuela.
-¿Que querías que hiciera? ¿Que me siguiera tratando mal?
-No, pero...- se calla de golpe cuando lo interrumpo.
-No papá, sabes que mi carácter es muy fuerte y no me dejo tratar mal por nadie ni aunque se tratase de Obama o que sé yo, ella no tenía ningún derecho de hablarme así.
-Tienes razón hija, estuvo bien que te defendieras- me apoya mamá.
-Yo sé hija, pero no usaste las palabras correctas, lo podrías haber dicho más tranquila, más calmada, así como eres siempre.
Ahora si que me enoje.
- ¿Cómo soy siempre? ¿Y tú tienes la más mínima idea de cómo soy siempre? No, no la tienes ¿y sabes porque? Porque nunca estás en casa, nunca me pones atención, nunca miras si estoy bien o no, pones tu trabajo primero y de segundo a mi, cuando debería ser al revés, ¿piensas que con regalos y permisos para salir voy a estar feliz y que no necesito nada más? Pues te informo que no, porque necesito amor y atención de tu parte, NO SE LO PUEDES DEJAR TODO A MAMÁ, y luego te preguntas que porque soy distante contigo.
Y estoy llorando de la rabia, llevaba tiempo guardando varias lágrimas y ahora, por fin, solo lloro.
Pero los dos se quedan callados.
Creo que me pase
¿Me pase diciendo lo que siento?
Mamá solo me mira de reojo y con esa mirada, sé que todo estará bien.
Papá solo prende el carro y lo pone en marcha.

Mi propia destrucciónWhere stories live. Discover now