Capítulo 15: Bajo la luna de París

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-¿Qué tal te ha salido el examen?-Carmen y yo nos metemos en el ascensor y suspiro.

-Creo que bien, aunque sin duda alguna ha sido el que peor de me ha salido de todos-tuerzo el morro y compruebo que mi aspecto sea medianamente decente.

-Que cabrona eres, seguro que luego sacas más de siete-rueda los ojos y yo me río.

-Sí obvio, pero para un diez no está-le resto importancia y me despido de la única chica que me cae medianamente bien del grado que curso.

Tengo un diez en los tres primeros exámenes que hice y todo mi entorno no para de bromear con eso. Soy aplicada cuando quiero y realmente yo sí estoy disfrutando de lo que estoy estudiando. Ha coincidido que en este cuatri las asignaturas me gustan y cuando algo me gusta le dedico el máximo esfuerzo.

Camino vagamente mientras Nicolás intenta explicarme donde coño tienen el coche. Viernes veintiocho de enero, podría ser un día cualquiera en la vida de una universitaria que acaba de terminar los exámenes del primer cuatrimestre de su segundo año de carrera, pero no. De aquí a un par de horas estaré volando hacia París junto a mi familia. El único motivo de esta escapada es la boda de mi tía Loreto y aquí viene la bomba y es que se va a casar, nada más y nada menos que con el futbolista del Paris Saint Germain, Julian Draxler. Nadie sabía nada, ni siquiera éramos conocedores de su relación con el alemán, pero al parecer llevan dos años saliendo y son muy felices. Lo típico vaya, te llaman con una semana de antelación diciéndote que se casan en siete días y tú tienes que hacer el esfuerzo de ir a la capital francesa. Boda de improviso, así lo ha catalogado Loreto, pero sinceramente es una boda de última hora, se casan de penalti porque ella está embarazada de trece semanas. Mi madre siempre dijo que Loreto era un culo inquieto y lo sigue siendo. Se fue a París a vivir la vida y al final ha acabado enganchada en manos de un alemán, un alemán que juega de centrocampista en el PSG. Desde luego que tonta mi tía no es.

-Hola-saludo en cuanto entro en el coche.

Mi madre me tiende la mano y me asomo por el hueco para que le dé un beso en la mejilla. Las manos de mi hermanastro se posan en mi culo y yo ruedo los ojos. Le doy otro beso a Fran y me siento detrás de mi madre. Nico me mira y yo me encojo de hombros. Dejo el bolso en el asiento de en medio y me echo hacia atrás. Sonrío maliciosamente y miro de nuevo a Nicolás. Está molesto porque no le he dado un beso y él no trata de ocultar su descontento. Me desabrocho el cinturón y tras dejar el bolso en mi asiento, me deslizo hasta quedar a su lado. Mi mano se posa en su cuello y le beso la mejilla. No me gusta ir en el centro, pero por estar cerca de Nicolás hago cualquier cosa.

-Celoso que eres-me apoyo en su hombro y él besa mi cabeza.

-Siempre que se trate de tí sí. Me has dejado abandonado-dramariza.

-Está mañana te has ido sin decirme nada-me excuso de mi falta de afecto por mi parte hacia su persona.

-Tenía prisa y estabas en el aseo Nikki, lo siento, pero es que...-se está agobiando.

-Que es broma Nico-lo miro a los ojos y dejo que sus labios se posen sobre los míos.

Cierro los ojos y disfruto del contacto de su cuerpo sobre el mío. Hoy ha sido un día de mierda, me he levantado con el pie torcido sin duda alguna y para colmo el examen me ha salido regular. Abro los ojos y me separo de Nico, hoy me decían si me admitían para el próximo curso en la universidad de Nueva York, en la Universidad de Columbia. Aprovecho que Nico se ha puesto a hablar con Pablo por WhatsApp y lo miro. El corazón me va a mil, abro el e-mail y cierro los ojos mientras pincho. Respiro hondo un par de veces y abro los ojos para ver el resultado.

Admitida

Me muerdo los labios nerviosa y no puedo evitar reprimir una sonrisa. Desde luego que ganas de llorar no me faltan. Le muestro el móvil a mi madre y está sonríe como si fuera lo mejor que nos ha pasado en la vida. Vuelvo a apoyar la espalda en el respaldo del asiento del coche del 4x4 de Fran e intento reprimir la emoción que siento. Mis ojos van directos a mirar a Nico y automáticamente esa sensación de alegría desaparece. El corazón me va a mil y sabe perfectamente que le queda poco tiempo para volver a sufrir. Me muerdo los labios nerviosa. Tengo que decírselo, pero no me atrevo y ni de lejos quiero arruinar la estancia en París. Él sabe que aplicamos para ciertas universidades, aunque yo siempre tuve claro que quería ir a Columbia. Todavía no tengo claro si cambiar drásticamente la carrera o hacer algo similar allí. Nico fue el único que me dio animos y supo desde el minuto uno que me iban a coger y encima con beca. Él siempre confió en mí o más bien fue conocedor de todo lo que yo me esforzaba día a día para sacar buenas notas y acabar yéndome al lugar de mis sueños a estudiar.

Cuenta atrás ▪︎ NICO GONZÁLEZTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang