20 | двадцать

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Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso las horas y el tiempo pasan

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Ocurra lo que ocurra, aún en el día más borrascoso las horas y el tiempo pasan.








El sol comenzó a ser una molestia para su pesado y tranquilo sueño. Alicia frunció el entrecejo mientras se aferraba a la frazada que le cubría. Pronto, la parte despierta de su cerebro le hizo caer en cuenta de un enorme y gran detalle.

Nunca le daba el sol en la cara.

Abrió los ojos al instante que aquel pensamiento apareció en su conciencia. Observó a la inmensa ventana de cristales con unas cortinas corridas. Observó todo a su alrededor y nada de lo que veía le parecía conocido. Sintió como algo se movía a sus espaldas con suavidad, ella se giró para ver qué era lo que había detrás. Estalló en un grito de susto mientras trataba de alejarse, pronto el colchón se acabó y como consecuencia cayó al piso con fuerza.

—Почему ты кричишь? Pochemu ty krichish'? (¿Por qué gritas?) —su voz ronca y terciopelada sonó molesta mientras se trataba de sentar en la cama. Sostuvo su cabeza entre su mano mientras trataba de eliminar la somnolencia de su cara. Miró el suelo a un lado de la cama y notó a Alicia sobando su codo entre su mano derecha con dolor. —Ты в порядке? Ty v poryadke? (¿Estás bien?)

Pronto la puerta fue abierta de un solo golpe seco, los ojos de Alicia y Rusia se fijaron en el cuerpo de una chica de cabello celeste, ojos bicolores, llevaba un sol al lado derecho que rodeaba su ojo celeste.

—¡Qué pasó! —preguntó con un tono preocupado. Vio a Alicia con un rostro pálido y confundido mientras sobaba su codo.

—¿Puedo saber cómo mierda terminé acá? —cuestionó ligeramente desconcertada y alterada mientras se alejaba de la cama donde Rusia aún estaba sentado con unos ojos soñolientos. Soltó un perezoso bostezo para luego estirar sus brazos por encima de su cabeza.

—No sabía dónde tenías tus llaves, así que antes de tocarte sin permiso, te traje aquí. —le respondió con una voz terciopelada y somnolencia.

Alicia frunció el ceño notoriamente confundida. No recordaba prácticamente nada de anoche y no estaba segura de querer saberlo o mejor dejarlo en el olvido. Sin embargo, entre sus pensamientos vagos y borrosos de la noche anterior se dio cuenta que hoy era lunes, por lo tanto, tenía que entrar a trabajar. Su corazón dio un vuelco dentro de su pecho y su nerviosismo se disparó casi al instante. Buscó con la mirada su teléfono celular hasta que lo halló encima de una cómoda enfrente a la cama. Intentó prenderlo, pero este no respondía, supuso que no tenía batería.

—Apagué tu celular, estaba sonando demasiado y no me dejaba dormir. —le comentó mientras volvía a recostar su cuerpo sobre el colchón y se cubría con la manta. Alicia le miró pálida.

V1RU5 D3TEC7EDWhere stories live. Discover now