Capítulo 56: Atrapado

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La soledad es peligrosa por el único motivo de que es adictiva, pero cuando alguien irrumpe en ella es mucho más tenebrosa, porque te das cuenta de que ya no quieres regresar




Bajo hacia la playa para ayudar a Keila a llevar unas cajas ya que quieren hacer una barbacoa cerca de la piscina, el elevador frente a mí se abre, pero esta vez no hay nadie dentro.

Por un momento dudo en entrar, al final me adentro en este y marco el botón de la primera planta. Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando las puertas se cierran y una pequeña melodía se hace presencia en la estancia. 

Respiro hondo, o por lo menos hasta que la luz que alumbraba el elevador se apagó y descendió a una gran velocidad, haciéndome soltar las cajas y sujetarme de las paredes.

Se detuvo en seco y todo quedó en silencio y a oscuras, mi respiración comenzó a volverse irregular mientras trataba de no cundir ante el pánico.

Pov Adara

Estaba en la habitación mientras recogía algunas cosas para la barbacoa y las pongo en una caja, hace unos minutos hubo un pequeño fallo de energía pero se solucionó rápido.

< ¿Cómo rayos Keila trajo todo esto? > Me pregunto.

Salgo y llego al elevador marcando el botón para que suba pero parece detenido, frunzo mi ceño ante esto.

— ¿Estás esperando el elevador? —pregunta una mujer que acaba de subir por las escaleras y asiento con la cabeza—. Está dañado, hay alguien atrapado en él y en el quinto piso, están abriendo para sacarlo.

— Muchas gracias —agradezco.

< Bueno, por las escaleras se ha dicho. >

Mi teléfono suena en mi bolsillo trasero y dejo la caja en el suelo tomando la llamada.

— Keila, ya voy con...

— ¿Has visto a Zarek? —pregunta interrumpiendo mis palabras.

— ¿No? Salió hace unos minutos.

— No ha llegado aquí.

< No. No puede ser. > Pienso alarmada y cuelgo.

Corro escaleras abajo de dos en dos y llego al quinto piso con mi respiración agitada. Veo a cinco técnicos vestidos con sus uniformes y me acerco a uno.

— ¿Qué ha pasado? —pregunto.

< Por favor, que no sea él. > Pido para mis adentros.

— Ha habido una falla y el elevador quedó entre pisos, logramos bajarlo un poco pero los cables que sostienen el ascensor están trabados, hay un hombre adentro, pero creo que tiene un ataque, hemos llamado a...

No lo dejo terminar de hablar y aparto a las personas mientras escucho que no puedo pasar y tratan de detenerme.

Veo el agujero que ha quedado entre las puertas del elevador y el piso y paso por este con rapidez, antes de que lograsen sujetarme, caigo en el suelo y el elevador se mueve por un momento. Enciendo la linterna de mi teléfono y veo a Zarek, está en una esquina del elevador, sentado en el suelo y abrazando sus piernas.

Su rostro entre sus brazos, su cuerpo tiembla, siento mi corazón despedazarse ante esta escena.

— Zarek —Lo llamo acercándome y me arrodillo frente a él dejando el teléfono con la linterna hacia arriba, sujetando sus hombros, su respiración es agitada y está sudando frío—. Zarek, mírame —exijo pero no se mueve—. ¡Zarek! —exclamo, y al parecer lo saco de su trance.

Zarek. Mi Dios Griego personalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora