Capitulo 11

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Llevaba dos días en el hospital, mis heridas ya estaban mejorando, el dolor ya no era tan fuerte, y sólo me quedaban algunos moretones por lo que hoy mismo me darían el alta.

Yo no quería irme, no quería volver a mi triste realidad, sabía que Arnold volvería a golpearme y quién sabe que otras cosas estaría planeando, quería contarle todo a la enfermera, quería pedirle ayuda, pues sentía que podía confiar en ella, pero por otro lado no quería involucrarla, temía que Arnold le hiciera daño.

_ Buen día Ana -saludó la enfermera amable

_ Buen día señorita -dije amable igual

_ veo que has mejorado mucho, y rápido, tus heridas sellan muy bien pequeña, ya sabes que hoy te irás a casita a descansar

_ sí casita -dije sin entusiasmo

_ umm, no pareces muy motivada, aún te sientes mal? -preguntó preocupada

Miré a Arnold que se encontraba sentado detrás de la enfermera, me lanzó una mirada amenazante y de inmediato me repuse

_ no, no, estoy bien ya quiero irme, es sólo que me siento cansada, -dije fingiendo una sonrisa

_ entiendo, pues en un rato vuelvo a quitarte el suero bien?

_ ok -le sonreí

_ muy bien Anita, -celebró Arnold una vez que la enfermera salió, lo haz hecho excelente

_ algún día tendrá su merecido sabe? -dije con ira

Él se acercó a la cama y ubicándose frente a mi dijo

_ para cuando ese día llegue, ya habré barrido el piso contigo Anita, -dijo sonriendo

Mis ojos empezaron a arder por las lágrimas que se aproximaban, no lloraba por ser débil, lloraba por lo impotente que me sentía, porque no veía una salida y eso me frustraba, lloraba porque aquel imbécil se estaba saliendo con la suya, lloraba por la rabia que se acumulaba dentro de mi.

*******

Dos horas más tarde ya estaba en casa, Arnold me hizo entrar mis cosas aún con lo débil que estaba, a él no le importaba en lo más mínimo.

Acomodé mis cosas en mi habitación, aún me sentía algo dolorida pero igual nadie me ayudaría.

_ ni una palabra de esto._escuché detrás de mi, era Arnold

Lo miré desafiante ante su amenaza y respondí

_ los moretones son muy obvios señor Arnold, no cree usted que en la escuela lo notaran?

_ no me importa, inventa algo pero que ni se te ocurra abrir tu boquita dulzura. _dijo apretando mi barbilla y acercando su rostro al mío, para luego tirarme con fuerza hasta Caer en la cama

Cerró de un portazo y se marchó, de inmediato me quebré y sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a correr mis mejillas sin control

Al día siguiente en la escuela, me vestí lo más cubierta posible para evitar que se notaran los moretones que tenía, intenté pasar lo más desapercibida que pude y hacer el menor ruido posible.

La primera hora de clase, tenía historia, la maestra hablaba mucho por lo que tenía un aburrimiento de perros y mis párpados comenzaron a cerrarse casi solos.
De repente unos golpes en mi butaca hicieron que me espantara de mi sueño

_ así que mi clase le parece muy aburrida no?!_me gritoneó la maestra loca que tenía en frente

_ lo siento maestra._me disculpé,

_ ¡preste atención o larguese de mi clase! _gritó una vez más, mientras todos los alumnos permanecían expectantes y uno que otro soltando pequeñas risitas.

_ de acuerdo._dije calmada

La clase por fin terminó era hora del almuerzo pero yo no tenía hambre, sólo quería irme a algún lado tranquilo donde pudiese escribir en mi diario, era lo único que tenía como desahogo.

_ ¡hey Ana!, _gritó Chris

_ si? _dije volviéndome hacia él

_ no piensas comer conmigo hoy?

_ no tengo hambre, ve sin mi._dije girándome para seguir mi camino.

_ ¡espera!, iré contigo _dijo agarrando mi brazo, justo donde tenía un moretón

_aaah!.-gemí

_ qué sucede?.-preguntó soltándome

_ nada. _mentí, reponiéndome de nuevo

Intenté convencerlo de que se fuera al comedor pero él insistió en ir conmigo. Llegamos al patio bajo la sombra de un árbol bastante acogedor

Chris se sentó frente a mi mirándome con los ojos entrecerrados, como sí estuviera calculando algo

_ qué me ves? _rompí el silencio

_ Ana.-hizo un silencio-, y luego siguió. _no entiendo por qué usas ese abrigo si hace un calor asfixiante.

Temía que preguntara eso, _pues soy friolenta. _mentí

_ entiendo, _dijo no muy convencido. _y qué tienes en el brazo?

_ qué?, nada, nada por?

_ por como gritaste cuando te toqué. _dijo aún mirándome con los ojos entreabiertos, como sí supiera que escondo algo

_ no es nada. _puedes dejarme sola un rato?, _dije antes de que hiciera más preguntas

_ está bien. _dijo sin refutar y se fue.

*******

Arnold me recogió inesperadamente para ir a casa en el auto. Durante el trayecto no me atreví a decirle ni media palabra.

_ No te sorprende que te viniera a recoger?. -preguntó. _yo permanecí en silencio, entonces me tomó del pelo con fuerza. _¡te he hecho una pregunta zorra!. _llevé mis manos junto con las de él a mi cabello intentando safarme

_ ¡suélteme por favor! Le he oído -grité. _él estacionó el auto a un lado y ahora sostenía mi cabello con ambas manos

_ ¡¿cuando te hable, me respondes entiendes?!. -dijo sacudiendo mi cabeza. _asentí llorando

Decidí darle a Carla un tiempo, ella ya no estará en casa, así que ahora tu te encargarás de sus tareas, cocinarás, y limpiarás para mi, me servirás en todo lo que pida, _¡¿entendiste?!

_ pero yo no se hacer nada de eso, -dije aún con lágrimas en mis ojos

_ ya aprenderás pequeña. -dijo está vez colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja

_ ¡¡¡no quiero hacerlo, no lo haré!!! -grité

_ sí lo harás, y será mejor que no te me pongas difícil mi amor, ahora me perteneces, vives sólo para complacerme a mi, y sí te niegas entonces te torturaré pequeña, y no quieres eso verdad? -dijo sereno, volviendo a halar de mi cabello

Comencé a llorar por sus palabras, este hombre me volvería loca, estaba completamente asustada, qué podía hacer contra él?, en este momento me sentía tan impotente

_ oh no llores Anita, ya veras que te acostumbrarás y lo amarás. -dijo chocando contra mis labios ferozmente y atravesando su lengua casi hasta mi garganta

La esclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora