Capítulo 46 ¡Tom!

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Llegué a Santa Clara a eso de las una de la madrugada Claudia me había prestado algo de dinero y me entregó las llaves de su casa pues ya no era correcto quedarme en el hospital, tomé un taxi y di la dirección que Clau me había dado de su casa, una vez dentro me sentí cansada y sin pensarlo dos veces me lancé sobre la cama y allí dormí hasta el día siguiente.

Desperté con dolor muscular y los ojos hinchados por la sal de mis lágrimas la noche anterior, miro el reloj, las 9:30 a.m. Caminé hacia el baño como un zombi y casi me da un infarto al verme en el espejo, estaba horrible, los ojos como dos bombillos, mi cabello alborotado, la cara roja y llena de lagañas era un desastre.

Me duché y arreglé lo mejor que pude, me hice una cola y vestí con una blusa sencilla y un pantalón junto a unos zapaticos cerrados cómodos, no tenía hambre así que no pensé en desayunar sólo salí directo al hospital cuando me sentí satisfecha con mi imagen.

Yo sabía cual era la habitación de Tom así que no debía detenerme a preguntar, sólo seguí mi camino y por supuesto todo el que me conocía me miraba con sorpresa pues sabían que el grupo no venía sino hasta mañana, sin embargo, agradecí que nadie se me acercó a preguntar y simplemente los ignoré

Me detuve frente a la puerta de la habitación de Tom y me preparé mentalmente para lo que iba a ver ~tranquila Ana~ me dije a mi misma. ~se fuerte por Tom~ volví a repetirme y entonces giré despacio el pomo de la puerta con el corazón acelerado y los nervios a flor de piel. Cuando por fin me decidí a abrir la puerta quedé choqueada con lo que vi, Tom estaba recostado en la cama no tenía un sólo cabello en su cabeza, tampoco tenía cejas, tenía Ojeras profundas, los labios partidos y resecos, una expresión de agonía en su rostro, estaba pálido falto de cuidado, se le veía la muerte en la cara.

Una sensación de culpa reprimió mi pecho, cubrí mi boca y comencé a llorar, por más que intenté ser fuerte no pude, él estaba dormido por lo que reprimí mi llanto a sollozos para evitar despertarlo pero igual fue inútil porque en ese momento mi celular sonó, salté del susto y lo descolgué rápido para que Tom no despertara pero igual sus ojos se abrieron despacio e hicieron contacto con los míos, fue ahí cuando sus ojos se abrieron como bombillos y de los nervios colgué la llamada y dejé caer el celular al piso.

_¡¿ANA?! _su voz se oía débil. _¿qué haces aquí? _pregunta sorprendido

Yo me acerqué despacio a la cama y tomé su mano entre las mías

_¿por qué no me dijiste que estabas tan mal? _dije débil sin evitar las lágrimas, Tom desvió la mirada

_se suponía que vendrían mañana. _ignora mi pregunta

_Tom._digo

_¿El resto vino contigo?

_Tom. _insisto

_¿qué? _responde por fin mirándome a los ojos. _no quería preocuparte. _dijo en respuesta a mi pregunta rendido

_pero Tom...

_Voy a morir Ana, _me interrumpe con tono débil. _inevitablemente me resta menos de lo que crees, no quería molestarte es mejor sí sólo te acostumbras a no tenerme cerca. _las lágrimas empapaban mis mejillas

Acaricie su rostro y tomé asiento junto a el pués aún permanecía de pie, entrelacé mis manos con las suyas y lo miré fijamente a los ojos

_se fuerte, puedes hacerlo. _dije sollozando. _Tom esbozó una débil sonrisa y colocó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja

_¿por qué no te conocí antes?_acaricia mi mejilla. _Te amo Ana. _dijo mirándome a los ojos

mi corazón dio un brinco y no pude responder lo mismo sólo pude inclinar la cabeza por la culpa pues ¿cómo podía decirle que lo amaba luego de lo que le hice con Chris? En todo el rato no había podido cesar de llorar, Tom levantó mi rostro con delicadeza y volvió a sonreír

La esclavaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora