La otra serpiente

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Harry no esperaba mucho del Señor Oscuro serpiente con identidad disociativa. Al principio había sido extraño y confuso. Harry sentía que hablaba con dos serpientes diferentes hasta que por fin entendió que eso era exactamente lo que pasaba. Aprendió entonces que si los ojos eran amarillos, Nagini tenía el control, y en cambio, si eran rojos, era Voldemort con quién hablaba.

Cuando Harry preguntó, ni Nagini ni Voldemort se dignaron a explicar y Tom no estaba muy seguro de qué había pasado. Lo único que sabía, que Voldemort había obligado a Harry explicar, era lo sucedido esa noche de Halloween en que Voldemort pidió dulce o truco en el Valle de Godric. Así fue como Harry también aprendió la otra versión de los hechos, ya que hasta ese momento solo sabía lo que Hagrid y el mundo mágico querían creer. Fue decepcionante que el mago oscuro no tuviera una explicación clara de qué fue lo que pasó, solo varias teorías que tenían que ver con profecías y destinos.

Harry creía que eso era basura.

—¿Sí te das cuenta que fueron tus acciones las que tuvieron consecuencias, no? —Tom dijo lentamente con el entrecejo fruncido —No creíamos en el destino cuando eramos niños, y yo aun no lo creo a los dieciseis. ¿Cuándo te volviste tan ingenuo?

Harry contuvo una risa. Por el rostro de Voldemort supuso que terminaría muerto -o muy lastimado- si se atrevía a burlarse del anciano. Además de que seguramente escondería el diario en algún lado y se negaría a hablar con él, dejándolo solo con los nervios de los Malfoy a una semana de regresar a Hogwarts.

Por el momento, estaban dentro del diaio, y Voldemort usaba la esencia extra de su magia impregnada en las hojas para crearse un cuerpo. Una ilusión bastante aterradora. A Tom parecía disgustarle en qué se había convertido su yo futuro a pesar de que la excusa del mayor era que no quería verse como su inútil padre.

A Tom no podía importarle menos. Al parecer, durante Hogwarts, su imagen le ayudó mucho a engañar a otros y aprovecharse de ellos. Prometió enseñarle a Harry después de estudiarlo con la mirada. Harry hizo gesto de asco que hizo reir all adolescente. Voldemort no estaba contento con ellos.

—Entonces —dijo con un aplauso que recuperó la atención de los más jovenes —el heroe del mundo mágico terminó en Slytherin.

—Uy, yo quiero ver el recuerdo —Tom sonrió —no me imagino la cara de Dumbledore.

Voldemort no pudo evitar su propia sonrisa, aunque más pequeña.

—Sí, sí, de seguro eso no iba con sus planes —murmuró el señor oscuro —Quirrel no servía mucho de espía, aunque era verdad que los demás no esperaban mucho de él.

—¿Quirrel? —Harry frunció el ceño —¿Mi profesor de Defensa? ¿El que murió?

—¿Alguien murió? —Tom preguntó con interés —¿Y no me habías contado?

Harry se encogió de hombros.

—Lo único que hacemos es quejarnos de las tradiciones y burlarnos de los sangre pura —explicó sin darle mucha importancia para luego mira a Voldemort —¿Qué tiene que ver Quirrel?

Voldemort lo miró de reojo pero centró su atención en Tom para explicar.

—Poseí a Quirrel como he estado haciendo con Nagini para conseguir la piedra filosofal —suspiró —sin embargo no era tan fuerte, o hábil. No logró pasar la última prueba para llegar a la piedra y su cuerpo finalmente se rindió. Supongo que lo único que lo mantenía con una ilusión de vida era yo, ya que cuando me expulsó, él mismo cayó muerto casi al instante. Sin un cuerpo no podía ni intentar conseguir la piedra, y sigo siendo poco menos que un fantasma —terminó con asco.

—Que bajo caen los grandes —Tom suspiró con preocupación fingida.

—Es lo que te pasará a ti —gruñó Voldemort.

—Es lo que te pasó a ti —recalcó Tom.

—Sí se menciona la posibilidad de que los horrocrux además de dividir el alma quiebren la psique —dijo Harry con tono pensativo, caminando discretamente hasta quedar un poco detrás de Tom —No por nada se le conoce a Herpo el Loco como tal, ya saben, un mago que, es bien sabido, creó un horrocrux.

—Y un basilisco —sonrió Tom.

—Primero el basilisco y luego el horrocrux —asintió Harry como si eso provara que antes del horrocrux Herpo fuera un genio —el mismo basislisco era su horrocrux.

—Un horrocrux vivente —gruñó Voldemort —un horrocrux, algo que es casi imposible de destruir, usando un basilisco, una de las criaturas más peligrosas de cualquier mundo, y aún así, Herpo está muerto.

—Y se le conoce como el Loco —añadió Harry sin importancia —Tal vez por eso creíste que sería buena idea ir en busca de un bebé de un año que estaba profetizado para destruirte.

Harry esquivó el rayo de luz púrpura y se paró justo detrás de Tom. El adolescente era por mucho más alto que Harry y servía como buen escudo. Un escudo que se estaba burlando de él y miraba fijamente a su creador original con una mirada penetrante.

—Yo no haría eso si fuera tu —dijo el chico —quizá tiene razón, ¿sabes? Además, es tan importante como yo lo soy para ti. O al menos eso creo, aún no lo confirmo pero mis sospechas están ahí. Si fuera tú, o mi yo original, me concentraría en buscar una forma de conseguir un cuerpo de vuelta. La vida la tienes, pero ¿de qué sirve si no eres parte del plano físico de este mundo? —bufó —la inmortalidad está sobrevalorada al parecer.

—Siempre he creído que es más una maldición —añadió Harry sin moverse de detrás del mayor —Si vives por siempre tu cuerpo se sigue descomponiendo. Creo que lo que ustedes buscaban, er... tú —miró a Voldemort —era la juventud eterna. Solo tendrías que tener cuidado con no morir y la verdad, si no fuera por la profecía y todo eso, estoy seguro que seguirías siendo el señor tenebroso en este momento. Quizá ya tendrías control del mundo mágico y me ofrecerías un puesto saliendo de la escuela —se encogió de hombros —sería mejor tenerme como empleado que como enemigo, supongo.

—Creo que leíste demasiada ficción —dijo Tom con voz seca, dando un paso a un lado para dejar a Harry a la vista.

—Se llaman historietas —Harry le enseñó la lengua —Y son americanas. Bastante utiles para lavarle el cerebro a los niños muggles. Los ingleses deberían inventar algo así.

—Basta —Voldemort gruñó sobando su sien —ya tengo un plan —miró a Harry con interés, con las palabras de su primer horrocrux aún en la mente "es tan importante como yo" —de hecho, ustedes son el plan —dijo con una pequeña sonrisa y un nuevo brillo en los ojos —qué mejor manera de entrar a Hogwarts que como estudiante, y no cualquier estudiante.

Harry se sintió como un insecto bajo la atenta mirada de un entomologo emocionado.

Harry Potter y el alma perdida - abandonadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora