Nicole.
Dos semanas se suman a mi rehabilitación y aunque parezca fácil no lo es, el escándalo que se formó cuando los demás supieron de mi caso y tener un embarazo de un mes con dos semanas, no es nada fácil.
Últimamente me he sentido fatigada y sobre todo he perdido mucho peso. El doctor Park dice que ahora tengo un cuadro de anemia, sin embargo, mi bebé está sano y creciendo más de lo normal.
Acaricio el bulto que adorna mi antes plano abdomen.
—No recuerdo la vida que llevaba, pero quiero lo mejor para ti. —el tacto helado de mi mano hace me erice la piel, es como si alguien me abrazara. —Empezaremos una excelente vida junto a Kihyun.
— ¿Me llamabas? —veo entrar a Kihyun con una caja.
—Solamente hablaba con mi bebé.
Siento hundirse la camilla cuando él se sienta a un costado mío.
—Nuestro bebé—deja un pequeño beso en mi vientre. —Has estado perdiendo peso, así que te compre tu pastel favorito.
Destapa la caja y es un hermoso pastel de fresas. Los ojos se me llenan de lágrimas siendo inevitable llorar.
Jodido embarazo, me tiene sensible.
—No llores pequeña.—Kihyun limpia mis lagrimas—Dejare que comas todo el pastel si dejas de llorar.
Sorbo la nariz y tomo un pedazo enorme de pastel.
—Luces hermosa—acaricia una de mis piernas—Te amo.
Suelto de golpe el pedazo de pastel y lo observo mientras pienso que contestar.
—Kihyun. Estoy agradecida contigo por estas dos semanas que me has demostrado ser una increíble persona, sin embargo, no puedo recordarte y decir que te amo, sería injusto para ambos.
—Nic, no te pedí que me amaras. Yo te amo porque puedo recordar todo lo que siento por ti, sé que tu no recuerdas, pero haré hasta lo imposible porque tú y ese pequeño me amen sin importar el pasado.
—Gracias. —dejo escapar un gran suspiro.
—Prueba el pastel que esta delicioso—me anima.
De nuevo tomo el pedazo de pastel y me lo llevo a la boca. La sensación de las fresas en mis labios hace que tenga recuerdos lucidos de mi en un campo junto a un lago recogiendo fresas.
