Un hombre viudo quien tiene siete hijos, debe casarse al final del mes, tras leer la carta de su tía o perderá su casa y hijos.
Siete adorables niños traviesos y sin control, quienes se deshacen de todas las nanas que su padre contrata.
Una cocine...
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El principio.
CUATRO niños dormían en un carruaje luego de estar llorando por horas e incluso noches de insomio y tristezas. La ocasión era porque sus padres habían fallecido hace tres días en un accidente ferroviario causado porque el tren se desvío de las vías, causando así que las vidas de sus padres que regresaban de un viaje se las arrebatarán. Era terrible para aquellos cuatro pequeños hermanos, ya que estuvieron al cuidado de una nana durante cinco meses y finalmente cuando estaban de regreso su familia pasará eso.
Los encargados y los que trabajaban en la casona de los señores Christopher y Amanda no tuvieron más remedio que renunciar y dejar a los niños huérfanos, que se vallan con su único familiar que les quedaba. La cual era su tía de parte de su padre. Quién no veían desde la navidad familiar cuando eran solo unos pequeñuelos que empezaban a caminar o hablar, de ese suceso han pasado años hasta el día que debían ir a reencontrarse.
[...]
Por otra parte se encontraba una nana abriendo las puertas bruscamente para salir corriendo en busca del señor Brown. Cuando llego a su destino y lo vió, gritó espantada. -Se han comido a la bebé! -grito muy asustada-
El señor Brown quien estaba trabajando de los más tranquilo si se podría decir, al escuchar eso, rápidamente salió corriendo de allí y fue en dirección a su casa. Cuando llego escucho varios murmullos o algunas risitas, abrió la puerta lentamente y miro a cada uno de sus hijos, quienes comían un pedazo de pollo con algunas prendas de su hija más pequeña.
Cuando pregunto por ella nadie le respondió aguantando la risa, volvió a llamar a la bebé y se escuchó un sonido proveniente de una especie de olla. Al abrirla se encontró a su pequeña hija haciendo sonar su sonajero que su esposa fallecida le había regalado, la tomó entre sus brazos y la olió, manchandose un poco su rostro
Luego de eso comenzó a llamar la atención de sus hijos, castigándolos sin cenar. Se dirigió a su escritorio y comenzó a escribir una carta de disculpa a la recepción de nanas. Pero luego fue allí en busca de otra lo cual no recibió ninguna por supuesto.
Cuando estaba por irse escucho que le decían que debía llamar a una tal "Nanny Mcphee", él al escuchar eso no dudo en tratar de localizarla y pedirla para sus hijos.
[...]
Una de los hermanos se despertó porque su cabeza choco contra la ventana del carruaje cuando esté piso una piedra. Al despertarse no era de impresionante que tuviera los ojos inchados y rojos de tanto llorar, debajo de ellos dejando y mostrando el cansancio que tenía al no dormir en los días anteriores. Se estiró un poco para luego despertar a su hermano de a lado quien dormía en su hombro.
Aquél niño despertó muy cansado de igual manera luego de llorar como sus demás hermanos.
-Qué pasa? -le pregunto medio adormilado y bostezando- -Tenemos que despertar a los demás y ya ha amanecido -le dijo-