Un hombre viudo quien tiene siete hijos, debe casarse al final del mes, tras leer la carta de su tía o perderá su casa y hijos.
Siete adorables niños traviesos y sin control, quienes se deshacen de todas las nanas que su padre contrata.
Una cocine...
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Enfrentamiento
Llevaba varios días mirando como el amiguito y Ashley estaban molestando a Sidney, no aguante más aquello y una vez acompañe a Sid con sus amigas para que vaya con Nath a limpiarse su vestido de pintura. Fui hacia ellos quienes caminaban afuera del colegio ya que las clases habían terminado.
Caminé más rápido para alcanzarlo, escuchando sus risas o burlas. Me acerque y tomé el hombro del chico.
-Quiero que dejes a Sid en paz –lo apunte y este dejo salir una risa lo cual me enojo– te lo digo encerio tarado y tú Ashley –me dirigí hacía ella– llegué a creer que eras para mí, pero veo que no lo eres –le dije y ella borro su sonrisa- -No me digas esto –me dijo ella– yo te amo –me dijo acercándose para tomar mí brazo pero me aleje mirándola– -Ashley, no puedes lastimar a las personas que quiero solo por simple diversión –le comencé a decir– si quieres estar conmigo debes comenzar a tratar bien a mis amigos pero creo que ya haz perdido tu oportunidad–ella comenzó a llorar mientras todos los que todos los que nos rodean nos veían– -No puedes hacerme esto –me gritó y yo la mire confundido– -Yo no te estoy diciendo ni haciendo nada, solo te prohíbo que dejes a mí amiga –le dije– -Ya veo lo que te sucede –me dijo limpiando sus lágrimas y luego saco una sonrisa, que chica mas bipolar– la defiendes tantos de nosotros, la quieres mucho y de todo por ella, porque te gusta –todos me miraron y yo me quedé en silencio– ay te quedaste callado , porque sabes que tengo razón –se acercó pero yo la empuje a un lado y me fui de ahí– cobarde! –me gritó–
Llegué a casa tirando mí bolso a un lado de mí cama y sentándome en ella mientras colocaba mis manos en mí rostro frustrado. Solo quería defenderla para que no sufra y no que me digan esas clases de cosas.
Me acosté y me quedé pensando mientras colocaba una almohada en mí rostro gritando con enojo y frustración. Pasando los minutos me quedé completamente dormido. Un par de horas más tarde, me despierto y ya es de noche; Me giro a un lado y mis hermanos están durmiendo, decido cambiarme y luego ir a la cocina por algo de comer.
No hay nadie por lo que entro en sigilo para no hacer ruido, me encuentro galletas y voy rápidamente a comerlas. A un lado hay una vela prendida y es ahí cuando escucho un sollozo. Me asustó y giro para mirar en todas direcciones, encontrándome a un costado una sombra.
Me acerco con la vela para iluminar con miedo, doy un salto y me tapó la boca para no asustar a aquella persona que estaba sentada tapando su rostro. Rápidamente la reconozco y levanta su mirada para verme y tratar e limpiarse las lágrimas rápido para que no de cuenta que estaba llorando.
Me arrodilló frente suyo dejando la vela al suelo un lado de nosotros para iluminarlos.
-Sid, qué pasa? –le pregunto en susurro– -es que –dijo y su labio tembló tratando de no volver a sacar un sollozo– estoy muy triste por como me trata Ashley y su amiga Dash por sus comentarios de que nadie debería fijarse en mí y que Jason está conmigo por lástima –me explico– además toca el tema de mis padres diciendo que –lagrimas salieron de sus ojos junto a su voz rota– estaba mejor que yo hubiera tenido ese accidente y morirme –se tapó el rostro con sus manos y yo estaba maldiciendo mentalmente a ese par, pero me coloque a un lado de ella–
Me senté a su lado y la abrace mientras ellas seguía llorando, tocar ese tema de sus padres y decirle esas cosas crueles a alguien ya era pasarse de la raya. Eso no estaba bien, estaba pésimo. Siguió llorando mientras yo le acariciaba su cabello para que se tranquilizara.
-Sid, no tienen derecho a decirte esas horribles cosas, porque si tus padres estarían aquí y tú no, tus hermanos te extrañarían, no podrían abrazarte, sentir tu presencia, quererte y tú para protegerlos. Eres una persona maravillosa Sidney y tus padres estarían orgullosos de ti por la chica que te haz convertido y madurado tan rápido –le dije y ella poco a poco dejo de sacar lágrimas de sus ojos– además cualquier chico querría estar contigo y si Jason está contigo es porque de verdad te ama o sino no hubiera dejado un año una beca para estudiar en Europa para estar contigo y no te defendería tanto –le explique y ella levanto su rostro para mirarme– -Tú crees? –me pregunto– -Claro que lo creo y todos los demás –ella me dio una sonrisa y limpie sus lágrimas– quieres una galleta? –le dije con una galleta que había tenido conmigo en la mano, ella rió pero la tomó comiendola– -Gracias –me dijo y yo le sonreí y se acomodo en mí hombro a lo que yo coloque mí cabeza arriba de la suya–
Había logrado que dejara de llorar y desde esa noche me prometí a mí mismo que la cuidaría y protegería de cualquier comentario o pelea o lo que fuese. Después de que halla comido su galleta su respiración había sido más calmada por lo que la ví y estaba durmiendo y la tomé entre mis brazos para caminar hacia la nueva habitación que mí padre le dio para ella sola.
La recosté en la cama sacándole sus zapatos y la tape, me acerque a ella para darle un beso en la frente, luego de aquello fui hacia la puerta pero antes de irme voltié a verla y sonreí al verla tan tranquila e indefensa. Cerré la puerta detrás de mí y volví a acostarme con una sonrisa en mí rostro.
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