No estoy listo.

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Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.

3. No estoy listo.

Hace 8 meses, cuando Tenten le había dicho que iba a ser padre no le creyó, un retraso en el periodo podía no ser nada. Y no supo cómo actuar. Porque la parte fácil siempre era terminar en un lugar a solas con su novia; después vino la parte difícil…

– Neji… –Se acercó Tenten notablemente nerviosa. Él estaba acostado en el sofá viendo la televisión.

– ¿Si?

Tenten suspiro, tratando de relajarse– Creo que estoy embarazada –Soltó sin más.

Neji la vio, como si de pronto se hubiera convertido en un alíen a punto de asesinarlo– ¿Es mío? –Estúpida pregunta. Estúpido Neji.

– No, del espíritu santo –Dijo sarcásticamente la chica que estaba visiblemente enojada– Si, genio. Es tuyo.

Paternidad. Y no podía decir que era un embarazo no planeado, ¿Qué iba a esperar después del sexo repetidas veces con Tenten? ¿Una motocicleta? Obvio no, él no era estúpido.

A los 7 meses acompaño a su novia al ginecólogo, cuando vio ese punto brillante en la pantalla creyó que solo era algo que no había podido digerir… tal vez un chicle. Cuando el abdomen de Tenten empezó a crecer con el tiempo, Neji pensó que solo era por la falta de ejercicio. Estaba en una etapa de negación por algo que el mismo no quería reconocer: miedo. Y cuando los dolores de parto comenzaron a atacarla en medio de la noche, ahí el empezó a tener pánico.

Pánico porque él no sabía cómo ser padre, un buen padre. El padre de Neji había muerto cuando él solo tenía 6 años, razón por la que su tío cuido de él y lo educo. Con educar se refería a mandarlo a un internado en el extranjero, por lo que nunca tuvo una figura paterna en realidad. Los Hyuga no eran cariñosos por naturaleza.

Era un genio. Bien, no se había comportado como un genio en todo el embarazo. Estaba en una fase de negación, no porque no quisiera un hijo o porque no amara a Tenten. Él siempre supo que ella sería la madre de sus hijos, tan solo tenía mucho miedo al creer que no estaba listo para ser padre. Pero al ver a Tenten cargando ese pequeño bulto rosa, supo en ese instante que iba a estar bien porque Tenten estaba a su lado y lo iba a apoyar siempre.

Cuando tuvo a su pequeña hija entre sus brazos pensó que no había visto algo tan hermoso y frágil en su vida, aun con esos ojos perla que él le había heredado pensó que era el vivo retrato de su madre con esa piel morena y el poco cabello color chocolate en su cabecita. Y se hizo la promesa de que alejaría a su princesa de cualquier maldito bastardo ponchador de hijas.

Con el tiempo su pequeña niña creció, 4 años volaron de la nada. La noche albergaba los sueños más hermosos para la familia, tranquila y silenciosa se posaba ante el mundo al final del día. Pero la imaginación a veces era amiga de la oscuridad que la noche conlleva.

Un grito agudo desgarro la noche, despertando al patriarca de la casa. Neji corrió acelerado hasta el origen del grito.

– ¡Akari! –Neji vio a su hija sentada en la cama con la respiración agitada y a punto de llorar- ¿Qué paso? –Se acercó, sentándose al filo de la cama.

– Tuve una pesadilla –Neji suspiro aliviado y trato de levantarse. La pequeña mano de Akari lo detuvo sujetando la manga de su pijama.

– Quédate… Por favor. –Y así como a Tenten no le podía negar nada, a Akari menos.

Por la mañana Tenten vio una escena que la conmovió y la hizo experimentar un cálido sentimiento dentro de ella. En la pequeña cama de su hija vio a Neji dormido, con los brazos sujetando fuertemente a Akari en un abrazo protector.

En algún momento Tenten volvió a quedar embarazada, esta vez de gemelos. Ahí Neji tuvo miedo aunque no tanto como la primera vez, pero como siempre Tenten estaba allí para apoyarlo. Porque a sus ojos no estaba listo para ser padre, pero a la vista de Tenten no existía un padre mejor que Neji.

30 días, 30 momentosWhere stories live. Discover now