Amor al baile.

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Disclaimer: Naruto no me pertenece, todos sus derechos son de Masashi Kishimoto.

Amor al baile.

La noche era fría y oscura, el viento calaba a la gente fuera del recinto mientras que Neji no podía soportar el bochorno de tanta gente reunida. El calor corporal se hacía presente y pegaba su largo cabello castaño a su cara. No estaba feliz de estar ahí, podría estar en su casa leyendo el libro que le faltaba de Sherlock Holmes.

Pensó que salir con sus amigos un sábado iba a ser interesante. Su primer error de la noche. Cuando entraron a ese almacén abandonado, él creyó que entraban a peleas callejeras. Segundo strike.

Eran peleas callejeras, sí. Peleas callejeras... de baile. Demasiado gay para él ¿Por qué lo habían llevado a ese lugar? Y ahí estaba, aburriéndose como nunca antes mientras Naruto, Lee y Kiba se entretenían con los bailes, que a su vista, más parecían convulsiones y espasmos de los "bailarines".

El presentador comenzó a hablar sobre la siguiente pelea– ¡Señores! ¡Su atención al centro de la pista! –Grito– ¡Los siguientes contrincantes! ¡Tenten contra Temari!

Una serie de silbidos se escucharon mientras las dos chicas entraban al círculo. A Temari la conocía, era la hermana mayor de Gaara, un chico que iba en su clase, no había duda alguna y creía conocer a la otra chica, pero no sabía de dónde. El cabello de ambas estaba en unas coletas altas, Tenten vestía unos pantalones y camisa holgada para poder moverse mejor, mientras Temari tenía ropas más pegadas, un short spandex y una blusa del mismo material.

La batalla inicio, los movimientos de Temari eran fuertes, pero cuando Tenten empezó a moverse al compás del coro de gente que las veía, Neji no pudo quitar la mirada de ella, sus movimientos eran precisos, con gracia y elegancia; ella bailaba con una seguridad y talento innatos.

Y en un movimiento hecho por Tenten se dio cuenta de donde la había visto anteriormente. En un recital de ballet donde estudiaba su prima Hanabi, él recordó la gracia en ese giro hecho por Tenten, de tanta dificultad para alguien tan joven. Seguramente llevaba años en el ballet, entonces ¿Qué hacia ella en un lugar como ese?

Sin más, la batalla termino con Tenten como ganadora. Ambas competidoras se abrazaron, al parecer eran amigas cercanas.


El ADN es un pequeño dictador, pensó Tenten como cada vez que se ponía su leotardo y sus zapatillas de ballet para una práctica en el estudio de la academia. Dictaba que ella vería al mundo durante toda su vida con unos ojos color marrón, sus estrechas caderas limitarían sus movimientos en el baile, sus piernas eran demasiado cortas para ser gráciles, pero también su ADN le dictaba no obedecer a los pequeños dictadores.*

El olor a madera encerada con limón, su figura duplicándose por las paredes con espejo del estudio, las barras estaban perfectamente alineadas en la parte trasera del salón mientras los primeros agresivos compases de la canción empezaron. Se movió por inercia, siempre que escuchaba la sinfonía 9 de Dvořák algo le incitaba a moverse con la música, giraba y se movía en puntillas creando siempre una coreografía nueva, siempre violenta y destructiva como la melodía misma. Era la sinfonía del nuevo mundo y su nuevo mundo empezó con esa canción a los 8 años. Cuando empezó a bailar.

Al finalizar la canción alguien le aplaudió desde la puerta del estudio, no se había dado cuenta de que no estaba sola hasta ese momento, estaba demasiado concentrada con su baile que nada la podía distraer. Y se supone que ella no debería estar a esa hora de la mañana practicando en el estudio de baile.

– Disculpa, no sabía que había alguien más –Hablo Tenten, avergonzada de que la hubieran encontrado con la guardia baja.

– Descuida –Hablo el chico, de pelo largo y ojos lavanda. Vestido con un traje de oficina– Aunque debo decir que esto fue mejor que el baile de anoche.

Tenten se puso helada. Él sabía su secreto– D-Disculpa y-yo... no... –Trato de encontrar una excusa creíble "Esa no era yo, era mi gemela malvada" no la salvaría esta vez.

– Te vi anoche –Levanto su teléfono celular– Y tengo pruebas.

A la castaña se le fueron los colores al oír eso. La tenía a su merced. La familia de Tenten pasaba por unos malos momentos financieramente hablando, su hermano mayor había tenido un accidente que lo tenía en el hospital, la escuela de ballet aun con su beca era cara, habían hipotecado la casa y podrían perderla si no conseguían dinero pronto. Lo primero que se le ocurrió a su amiga Temari fue eso, el baile se le daba bien y si haces algo bien no lo haces gratis.

Se metió en las peleas solo por eso, pero si alguien de la escuela se enteraba podría perder la beca e incluso ser expulsada y ella no quería eso. Solo quedaba caer en la amenaza del chico que estaba frente a ella.

Suspiro resignada– ¿Qué es lo que quieres? –Hablo Tenten, mientras una sonrisa casi sádica se instalaba en la cara de Neji.

30 días, 30 momentosWhere stories live. Discover now