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La silueta de un esbelto joven peliplata seguido de un castaño apuesto de estilo clásico era todo lo que podía llamar la atención en ese lugar

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La silueta de un esbelto joven peliplata seguido de un castaño apuesto de estilo clásico era todo lo que podía llamar la atención en ese lugar. Jimin vestía una chaqueta de cuerina que se adhería a su cintura y muñecas, el cierre estaba abierto debido al calor que espesaba en el interior, por lo que se veía lucir su preciada remera blanca de cuello redondo con un estampado de Gucci, lo suficientemente holgada para dejar ver el inicio de su pecho. El final de la tela estaba oculta bajo su cinturón, el cual sostenía un pantalón de cuero delicado que se ceñía a sus muslos. El comienzo de su talón era resaltado por unos bonitos zapatos con tacón.

Por su lado, Taehyung vestía completamente de negro; camisa de aquel tono abierta, un saco que le sentaba perfectamente en los hombros y un pantalón del mismo material de cuero que su amigo, aunque el cinturón que lo sostenía era de corte clásico y con una brillante hebilla de plata. Los zapatos que llevaba eran igual a los de Jimin, lo que hacía a su silueta de modelo incluso más esbelta.

¿Cómo no podían llamar la atención de ese modo? Taehyung sin un accesorio en su cuerpo sólo hacía que su piel canela y su vestimenta oscura resaltaran con un poder increíble. Jimin llevaba una cadena a juego y sus lóbulos llenos de pendientes que colgaban y sonaban al movimiento.

Bajo los tenues focos violáceos del bar aquel dúo parecía irreal y mágico, casi enviados de una galaxia distinta. Tal vez por esa razón no habían tardado mucho en llamar la atención de los vampiros que buscaban. Jimin lo había logrado ver primero; ahí estaba Jungkook, yendo de una mesa a otra con su uniforme mientras tomaba los pedidos en su libreta. Seokjin no estaba en ningún lugar, ni siquiera en la barra.

Al verlo allí, Jungkook cerró su agenda y regresó adentro de la barra, perdiéndose en la sala de personal autorizado donde probablemente estaría su mayor.

—Tomemos los asientos de allí —le señaló Taehyung con una mano en su espalda—. Será mejor tomar distancia de las mesas del centro.

Jimin asintió, ambos se dirigieron a los taburetes, zona que afortunadamente estaba vacía. Las manos de Jimin sudaban, estaba notoriamente ansioso, y no sabía determinar cuál era su verdadero problema; si Jungkook o el hecho de que estaría develando su secreto a luz. Recordar a Yoongi era lo único que podía paliar su estado, se sentía en sosiego o quizá se llenaba de una fuerza inaudita; al menos unos escasos segundos fueron suficientes para recuperar su eje antes de que la presencia de Jungkook volviera a tomar lugar. Y por mucho que lo viera, todavía le seguiría pareciendo tan humano como la primera vez.

De fondo sonaba levemente un blues triste, Taehyung le seguía el ritmo con su pie.

—¿Jimin-ssi? ¿Taehyung-ssi? —el castaño parecía realmente sorprendido.

Tae lo saludó con un movimiento de cabeza, fingiendo su atención en el blues y en una carta de pedidos que estaba en un costado. Completamente metido en el papel que acordaron.

4 ᴏ' ᴄʟᴏᴄᴋ  - ʏᴍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora