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Zhan había despertado temprano para comenzar a hacer sus pendientes.
Ya bañado, cambiado y listo para salir, la puerta de su habitación se abrió dejando ver a la imponente figura de su padre, por inercia retrocedió unos pasos y se tragó su valentía.

— Pa-papá.

— ¿Tienes tiempo para hablar conmigo? — escuchó el serio tono de voz de su padre, temeroso, asintió.

El señor Xiao Wen cerró la puerta y caminó hasta sentarse en el filo de la cama del menor. Señaló con su mano un espacio a lado de él, indicándole al pelinegro que se sentara igual. A paso lento Zhan tomó asiento junto a su padre, y un suspiro se escuchó llenando el silencio de la habitación.

— Entonces... Te gustan los hombres... ¿Desde cuándo?

— Yo... N-no lo sé, no sé, en qué momento... Papá, s-si quieres puedo irme ahora mismo de la casa... Pero, por favor no me odies — pidió con las lágrimas comenzando a acumularse en sus ojos.

El hombre giró su rostro para mirar a su hijo, y vio las lágrimas que empezaban a mojar el rostro del menor. Era consciente de que su hijo estaba sufriendo en ese momento, era su hijo, desde que nació ambos habían sido muy unidos. Al ver sus ojos brillando a causa de las lágrimas, al ver su labio temblando con ligeresa, volvió a darse cuenta de que eso que dijo la noche anterior, fue lo peor que pudo haberle dicho.

— Por lo que dije anoche... Perdóname... No entiendo el hecho que te guste un hombre, pero no puedo odiarte por eso, y aunque no estoy cómodo con esto, no puedo hacer nada más que dejarte ser.

Zhan levantó su vista fijando su brillante mirada en el rostro de su padre, el cual ahora ya no mostraba un semblante serio y frío, había cambiando a calmado y algo cálido.

— Como lo dijo tu abuelo... De todos modos es tu vida y si a tu hermana le dimos la libertad de hacer lo que ella deseaba, si la dejé que se vaya a otro lugar a cumplir sus sueños... ¿Por qué... Por qué debería ser diferente contigo?... Zhan, haz lo que creas que está bien para ti, no me voy a meter en cualquiera que sea la decisión que tomes, si quieres irte a otro país, vete, yo no te detendré, pero... pero si necesitas un apoyo... tu familia siempre va a estar aquí esperándote

— Papá...

Estiró sus brazos atrayendo al menor en un abrazo, sintió como este se alegró a su cuerpo llorando sobre su hombro. Acariciaba delicadamente los cabellos del pelinegro, dejándole a entender que estaba bien.

— Sé que lo que el hecho de que me haya enojado contigo estuvo mal. Yo nunca pensé en la posibilidad de que a mi único hijo varón le gustara otro... y no es una excusa, de hecho no hay excusas. A diferencia de otros padres, tu madre y yo queremos que nuestros hijos sean felices con lo que elijan.. Sé feliz mi muchacho.

Zhan se separó del abrazo y limpió sus lágrimas.

— ¿N-no me odias? — preguntó temerosos lo cual hizo que el hombre riera débilmente.

— No te odio, pero estoy enojado, aunque no debería estar enojado por algo como esto, pero aún estoy tratando de procesar todo esto que está pasando de la manera correcta, y en parte creo que es por eso mi enojo, no sé cómo debo procesarlo, aunque la opinión ya fue dada y no me voy a retractar... Pero dame algo tiempo — habló soltando un suspiro.

— ¿Qué... qué te hizo cambiar de opinión?

— No lo sé Zhan... Tal vez fueron las palabras de tu abuelo, tal vez fueron las palabras que me gritó tu madre anoche — soltó un bufido en forma de risa. — Tal vez sea porque te escuché llorando en la madrugada por algo de lo que no tienes la culpa, o creo que todo a la vez.

Without You  ▪︎ [ZhanYi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora