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Había pasado un día muy tranquilo gracias a sus amigos, esa misma noche cuando ambos se fueron un pensamiento llegó a su mente.

Ellos dos habían estado a su lado todo el día, no se había movido de su departamento hasta que la noche cayó. Sin querer, fueron ese grupito de amigas que se reunían a consolar a la que su novio la había dejado. Esto lo hizo reír airosamente.

A la mañana siguiente Yibo bajaba de su auto para comenzar a caminar hacia el interior de la empresa. En el camino acomodó su saco y un poco su corbata, puesto que estaba un poco corto de tiempo y tenía una reunión muy temprano.

— Directo Wang, buenos días — saludó uno de sus empleados que había llegado a tomar el ascensor.

— Buenos días — respondió con seriedad.

Y no es porque en realidad fuera así, era todo lo contrario. Pero en algún momento de su vida la seriedad comenzó a jugar su parte desarrollando está apariencia fría y distante.

Al bajar del ascensor caminó hacia su oficina recibiendo una pequeña reverencia de quienes lo veían pasar.

— Director General — llamó una joven haciendo que Yibo gire su cabeza pero sin dejar de caminar. — La reunión se retrasará un poco, hace un momento el secretario del director Jan llamó debido a que hay un embotellamiento y se encuentran atrapado en él, pedía que si podíamos atrasar la reunión.

— Mhn. No hay problema, reprograma la reunión cuando salgan del embotellamiento, mientras tanto avancemos con lo programado. Pasa la reunión de la tarde con el equipo en una hora.

— Sí señor.

— Otra cosa más. No he desayunado, ¿podrías hacer que me traigan algo sencillo por favor?

— ¿Desea algo en específico?

Yibo negó abriendo la puerta de su oficina.

— Lo que sea está bien.

— Enseguida señor.

La mujer se alejó y Yibo terminó por ingresar a su oficina. Necesitaba ponerse a trabajar para no acumular nada, después de todo, eran contados los días en los que podía reunirse con sus dos amigos gracias a sus trabajos.

Tan solo un par de horas después, Wang Yibo se encontraba saliendo de una sala de reuniones con un diminuta sonrisa de triunfo en su rostro.

Nos fue bien director general — susurró la secretaria.

Nos fue más que bien — susurró.

Al ingresar a su oficina nuevamente, y al estar completamente solo, pudo soltar una pequeña carcajada.

Sentía una emoción comenzado a recorrer su cuerpo obligando a sonreír en demasía. Un trato muy grande acababa de cerrarse, un contrato que lo beneficiaría a él y ala empresa en demasía. A pesar de ser el hijo del dueño de aquella gran y prospera empresa, y ser el heredero, aún debía ganarse el respeto de todos los inversores, directores, y más autoridades a las que poco a poco había ido convenciendo de ser la mejor opción para el puesto de CEO, del que obviamente su padre aún no se jubilaba.

Unos minutos más tarde el teléfono en su escritorio comenzaba a sonar, no dudó y contestó.

Directo general. El CEO Xiao y su padre desean reunirse con usted.

— Diles que pasen, y trae algo de tomar por favor.

Sí, enseguida.

Yibo se levantó de su silla para acomodarse su corbata y colocarse su saco.

Without You  ▪︎ [ZhanYi]Where stories live. Discover now