Capítulo Veintidós

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Instinto Materno


Erin ya había vuelto de su viaje, por lo que Abigail se había vuelto a quedar sola con sus hermanos menores.

Aunque se le había dado vuelta el estómago en cuanto vió a la rubia, no la había conocido antes, pero sabiendo lo que le hacía a su preciado tío le fue suficiente para odiarla.

Cher seguía ahí, no pensaba dejar a su hija luego de tanto tiempo, sabía que ella no quería separarse de los pequeños y no pensaba permitir que eso pasara. Incluso estaba buscando un apartamento, planeaba quedarse lo más cerca posible de la joven.

— Tía Cher — hablo Sophie — ¿Es verdad que también eres actriz?

— ¡Si! — chilló la joven orgullosa de su madre — mamá incluso ganó un Oscar.

— Un Oscar y una nominación querida — respondió la aludida.

Los cuatro venían del cine, la joven había pedido permiso a su madrastra para salir con sus hermanos y su madre, aunque Shannon antes de irse ya le había dado su autorización para ese tipo de salidas Abby sintió miedo de que su padre se enfadara si salían con Cher.

A pesar de que los músicos no tenían una mala relación, habían terminado por las buenas supuestamente por el bien de Abigail.

Luego de la película pasaron por un gran salón de videojuegos dónde se detuvieron ya que los niños querían jugar un rato.

— Abby, has estado muy distante todo el día — habló la mujer cuando se quedaron solas — ¿Que te distrae bebé? — presentía que algo le preocupaba a la joven.

— No, no, no — contradijo rápidamente — no pasa nada — aseguró.

Cher la miró con sospecha, se había sonrojado y se notaba lo nerviosa que estaba, esa peculiar reacción le hizo darse cuenta de que tenía su hija en mente.

La muchacha trató de esconder su rostro y su nerviosismo de su madre, no había podido evitar sonrojarse cuando escucho la pregunta de su madre por qué sabía que había estado pensando en su tío.

No podía confesar eso, mucho menos a su madre, la película la había afectado, el filme tenía un toque de romanticismo y no pudo evitar que los recuerdos del beso con Paul la invadieran.

— Abby querida ¿Conociste a alguien interesante desde que llegaste de Alemania? — La mujer traba de sonsacar información.

— ¿Alguien? ¿Cómo quién? — cuestionó sin entender a qué se refería su madre.

— Oh ya sabes querida — comentó levantando las cejas — alguien capaz de hacerte suspirar.

— N-no se a que te refieres — habló con duda ya que en su mente la imagen de su tío apareció, él la hacía suspirar sin control.

Ese tartamudeo fue una confirmación para la madre, había alguien en el corazón de su hija.

Se sintió feliz y emocionada de que su hija estuviera viviendo un amor, se imaginaba que había conocido a algún jovencito de su edad y este la estaba pretendiendo, y ella una joven sin experiencia no sabía cómo responder correctamente.

Por eso la ayudaría a salir de ese cascarón y le enseñaría y guiaría todo lo necesario.

Ni en mil años hubiera imaginado que su dulce hija tenía los ojos puestos en el mejor amigo de su padre, y menos podría pensar que él también sentía cosas por una ingenua chiquilla como ella.

My Dear Uncle [Paul Stanley y tú] Where stories live. Discover now