Capítulo 9

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-México.- Lo llame en un tono seco.

-Ru-Rusia y-yo...- Tartamudeo.

-Lo escuchaste todo?- Estaba furioso y a la vez asustado, observé el rostro nervioso de mi amado, que se encontraba sentado en una de las esquinas de la cama.

-Solo llegue a escuchar tus gritos... no me gustan los gritos...- Me sentí aliviado al escuchar aquello, pero quién me podría asegurar que no me está mintiendo.- Rusia?

-Si cariño?- Me senté a su lado y coloque mi mano sobre su pierna.

-A donde se dirige el avión?- Aparte la mirada

-A mi país.

-Pense que iríamos a mi país o al de mi padre.- Lo volví a mirar, el solo quitó mi mano de su pierna y se dirigió gateando por la cama asta los cojínes.

Mire mi mano y jugué con el anillo que él me dio hace años, estaba estresado. Me sentía inseguro, tenía miedo de que me dejara, no soy estúpido, sé que el escucho todo, si no, no estaría tan nervioso a mi lado. Si Interpol dijo que hablaba como Canadá y el escucho todo, es muy evidente que este asustado, sé que el no quiere sufrir, pero yo no lo aria sufrir, en cambio, lo trataría como a un rei. Ahora mismo, por culpa de los nervios, no podía ni siquiera deleitarme con la vista de su trasero, cuando gateo por la cama. Necesitaba idear un plan para que México se quedara en mi país, al menos el tiempo necesario para que se enamore de mi a un punto en que no deje de pensar en mí y el mismo quiera estar a mi lado todo el tiempo.

-Mm ahora que lo pienso, no me quejo.

-¿Que?- Lo mire confundido.

-Digo, estando en tu país podremos estar más tiempo juntos, no?- Me sonrío.

-Cierto.- Le devolví la sonrisa, tal vez me hice ideas equivocadas, pero igual seguiré con mi plan actual.

***
Rusia se levantó y se dirigió al costado de la cama para sentarse. México observaba como apoyaba su espalda en el respaldo de la cama mientras esté miraba su móvil. México se acercó y apoyó su cuerpo en el de Rusia abrazándolo por la cintura y apoyo su cabeza en su pecho. El ruso solo lo miro y acarició su mejilla, haciendo suspiraba complacido a México por los mimos que le otorgaba el ruso.

-Mmm~.

-Te gusta angelito~?- Susurro en un tono grave que hacía estremecer al mexicano.

-Mucho~.

-Mm...te comprare un conejo de peluche.- Lo dicho por el ruso sorprendió y confundió al mexicano quién se sentó y lo miro.

-Qu-que quieres decir?

-No recuerdas cuando fui al país de tu padre a recogerlos a los dos?

-Si?

-Te enfadastes con tu padre por a ver me dicho que no dormías al no tener tu peluche con tigo.

-Tch pinche viejito.- Hablo con falsa molestia.- Oki, pues me compras un conejito de peluche de dos metros.

-Ja, claro mi amor~.- Dijo en un tono coqueto que provocó un leve sonrojo en el mexicano.-**Eres tan hermoso, tan puro...me encantaría hacerte mío, dejar tu lindo cuerpo marcado por mí y enseñar tu desnudo cuerpecito a todos para que sepan que eres mío.**- Pensó.-Mi hermoso ángel, si quieres también te puedo conseguir un peluche de ajolote.

-Uuuh~ puede ser rosita?- Pregunto haciendo un puchero que le pareció tierno al ruso.

-Claro mi amor.- Se acercó y le dio un suave beso en la frente, lo miro a la cara dándose cuenta de unas ojeras que se asomaban en la suave piel del mexicano.- Mm... Deberías dormir un rato, se te notan las ojeras.

Nunca nos separarán. (Rusmex) +18 (Libro 1)Onde histórias criam vida. Descubra agora