Capítulo 8

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Una nueva tarde llegaba su fin y los miembros de la clase 2-A se encontraban ya en sus dormitorios. La noche había llegado trayendo consigo silencio y tranquilidad al edificio que constantemente estaba lleno de actividad por parte de los alumnos, ya sea jugando, conversando o por cualquier otro motivo. Los dormitorios tendían a ser un lugar animado. Una vez que las luces se apagaban todo se quedaba en silencio en la estancia. Dentro de las habitaciones era algo distinto ya que no faltaba quien se quedase hasta tarde haciendo los deberes que perfectamente pudo realizar al llegar de clases o quien simplemente se distraía hasta que le diera sueño. Este último era el caso de Momo quien justo ahora se encontraba en pijama sentada sobre su cama leyendo su última adquisición literaria mientras tomaba una taza de té la cual después de algunos capítulos terminaría por acabarse. La chica estaba tan metida en tu lectura que no se dio cuenta cuando intentó beber de su taza vacía. 'oh... se terminó. Es tarde. Suficiente lectura por hoy.' Cerró el libro y salió de la cama rumbo a su librero donde estaba por acomodar el ejemplar no sin antes observar la portada del mismo un momento. 'Definitivamente debo volver a cambiar libros con el' Dejó el libro en su lugar y tomó los trastes que había llevado a su habitación y salió de esta para llevarlos a la cocina. A pesar de la noche, el camino no era tan oscuro. Podía distinguirse bien lo que había en el camino hasta la planta baja por lo que avanzar hasta su destino no representaba un problema. El problema esa noche radicaba en lo que pasaba por su cabeza. 'Ayudar a Midoriya ¿Cómo lo hago?' Aún pensaba en lo que le había pedido su sensei. La chica recién había llegado a la planta baja y se dirigía a la cocina. La estancia parecía estar completamente vacía y no había ruido alguno. 'No lo he vuelto a ver desde que regresé del taller.' Al llegar abrió la puerta de esta, encendió la luz, avanzó hasta el fregadero y comenzó a lavar su taza. 'Y aún si lo hubiese visto ¿Qué le diría?' – Hola, Midoriya. Parece que tienes un problema con Uraraka y me gustaría ayudarte. - Habló para sí misma. 'Si... no puedo solo llegar y decir eso.'

- ¿C..Cómo lo sabes? -

Momo dejó de moverse. Sus ojos estaban completamente abiertos por la sorpresa generada dado lo que acababa de escuchar a sus espaldas. Lentamente dejó lo que estaba haciendo y procedió a voltear despacio solo para encontrar a un Izuku en un pijama con tema de All Might con la representación de su traje de la edad de plata, un vaso vacío en sus manos y una expresión igual a la de Momo. Si Momo quería ayudar a Midoriya tenía que entenderlo. Los nervios que estaba sintiendo ahora eran la mejor manera de empezar a entender. – Mi..Mi..Midoriya ¿Q..Qué estás haciendo a..a.aquí? -

- V..Vine a re..rellenar mi vaso con..con agua. – Mostrando el vaso que tenía en la mano. – P..pero ero eso no responde la pregunta ¿U..Uraraka te contó lo que pasó? - La sorpresa y los nervios sumado a que se encontraba solo con una chica podían representar una sentencia de muerte a la voz del chico, pero reunió el valor suficiente para hablar en voz baja. Lo suficientemente audible para que Momo lo escuchase. Esta respiró profundo calmándose un poco para poder hablar más tranquila. – No, no lo hizo. Ella no me ha dicho nada. - Momo secó sus manos con un trapo cercano al fregadero para luego acercarse un poco más a Izuku quien seguía algo impactado, pero con señales de estarse calmando. – El primer día, cuando hablamos, pude notar como tu actitud cambiaba al mencionarla, también cuando estabas cerca de ella y no soy la única que lo ha notado. - Haciendo referencia a su nueva sensei. –Sé que hemos comenzado a hablar más y te considero un buen amigo, por eso quiero que me dejes ayudarte a pasar por lo que sea que estés pasando. También sé que no soy la persona que esperarías para poder hablar de tus problemas personales porque no soy tan cercana contigo, pero como vicepresidenta, compañera y como amiga quiero que me permitas ayudarte. Aun así, quiero pedirte una disculpa por mi intromisión y por abordar el tema de esa forma. Lo siento, Midoriya. - Momo hizo una reverencia regresando la sorpresa al chico. – E..Espera Y.. Yaoyorozu. No tienes que disculparte por nada. De hecho, soy yo el que tendría que disculparse, no era mi intención preocuparte. Lo siento. - De igual manera que Momo, Izuku también hizo una reverencia. – No tienes que disculparte tampoco, Midoriya. - Ambos chicos se enderezaron y se vieron un momento. – Creo que a ambos nos hubiera gustado hacer las cosas de forma diferente, ya sabes, para no preocupar a alguien más. - Decía Momo ahora más tranquila a un visiblemente más tranquilo Izuku. – C..Creo que si... Está bien, Yaoyorozu, te lo contaré. -

Crearemos nuestro propio destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora