PRÓLOGO

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7 Meses Después Del Primer Ataque

El ruido de unos pasos caminando por la cuidad se hacen presentes, se trataba de un soldado del Imperio Moniyan, quien se movía de una forma muy extraña. A pesar de que armadura que se le hacia difícil de ver, una joven pelirroja no dudaría en acercarse sigilosamente por su espada y clavarle un cuchillo por el cuello, derramando sangre en todas direcciones.

— Camino despejado, sigamos de frente.

Algunos poco metros atrás, otra persona más joven camina detrás de ella y la acompaña en total silencio, ambos cruzan las murallas de la Cuidad Lumina el cual estaban a poco de destruirse. Al entrar, se podían ver algunas casas en mal estado y un silencio bastante incómodo.

— ¿Por qué no hay nadie aquí? — dice ella empezando a preocuparse — No, no pudieron haberse ido... no pueden dejarnos aquí.

— Hermana, tranquila, seguramente el refugio debe estar más adentro, no perdamos la esperanza.

Ella asiente no muy convencida y siguen avanzando, no habían rastro de zombies cerca, eso era una buena señal para la mayor quien estaba cruzando los dedos, mientras susurraba que señales de vida aparezcan adelante, después de lo que ambos tuvieron que pasar para llegar hasta la capital de Moniyan, esta era su última posibilidad de estar a salvo.

La señal que escucharon fue muy clara, un campamento para sobrevivientes que aún seguia en pie y se hallaba en la Ciudad Lumina, fueron varios días de viaje hasta poder llegar, pero ahora, a medida que avanzaban, las esperanzas en ambos empezaban a decaer, hasta que al fin, la joven cae de rodillas, bastante rendida.

— Se han retirado, nos dejaron, no puedo creerlo...

— Hermana..., no creo que ellos hayan logrado escapar.

El pequeño apunta hacia adelante, la joven al mirar hacia aquel lado logra notar que, a lo lejos, se veía un grupo de personas caminado en una misma dirección, parecían ser demasiadas y por esa cantidad era obvio que se trataba de zombies.

— Mierda, esto debe ser una broma.

— ¿Que haremos ahora, Lesley? — pregunta su hermano algo temeroso.

— No tengo la menor idea, yo no estaba preparada para esto, ¿Por qué siempre tiene que ser así?

Lesley, sintiéndose muy agotada, se recuesta en la pared de una de las casa, Harley, su hermano menor, se sienta a su costado, entiende el dolor que ella debe estar sintiendo, últimamente nada les había salido bien, todos los grupos donde estuvieron siempre terminaban muriendo o separándose, quedando solo ellos dos, y justo ahora, lo que parecía ser una salida de este infierno, termino desapareciendo junto a sus ánimos. Parecía que ambos estaban obligados a morir.

— Hermana — comenta el menor — nosotros podemos sobrevivir en los bosques, como hemos estado haciendo siempre, no necesitamos la ayuda de alguien, nosotros dos saldremos adelante, juntos.

Los ánimos del pequeño la hacen sentir mejor y, dándole una pequeña sonrisa a su hermano, Lesley se levanta mejor humor , incluso, parecía más esperanzada.

— Esta bien, entonces vámonos de aquí antes que las cosas se pongan peor — ordena la mayor.

Agarrando la mano del otro, la joven da media vuelta hacia la salida, pero entonces logra notar como una silueta la estaba observando desde las sombras, por su forma parecía ser alguien un poco menor. Esta, al notarse descubierta, inmediatamente se esconde dentro de una casa.

— Hay alguien allí — exclama Lesley señalando a la casa que había visto.

— ¿Qué dices? Yo no veo nada — responde el menor algo confundido.

The Last Legends - ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora