Capítulo 47

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Las semanas en Hogwarts pasaban como arena en las manos, lo cual para ambos chicos significaba que estaban más cerca de empezar con los verdaderos ataques para causar aún más temor al mundo mágico

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Las semanas en Hogwarts pasaban como arena en las manos, lo cual para ambos chicos significaba que estaban más cerca de empezar con los verdaderos ataques para causar aún más temor al mundo mágico.

Luego que Tom estuviera de acuerdo de que Severus fue integrado a sus seguidores fieles, Maia lo busca para darle la noticia algo que el chico le agradeció y se atrevió a preguntarle como lo había hecho, pero únicamente le dijo que se iba a enterar a la primera reunión.

Cuando llegó la reunión Severus se llevó la sorpresa de ver a Maia con un aura diferente a la de siempre sentada a un lado de Tom Riddle, después que terminó la reunión Maia le pidió o más bien le ordenó a Snape que no le dijera nada a Regulus.

-Necesito un día en el Spa...

Los chicos se encontraban cenando mientras hablaban de cosas triviales, a excepción de Tom, quien sólo se limitaba a escuchar ya que si no fuera por Maia ya los hubiera mandado a volar a todos.

-Yo invito y tú pagas.- le dice Maia a Emely quien dejó caer su cabeza en la mesa.

-Muy graciosa.- murmura.

-A estado viendo el salón para la ceremonia.- susurro Regulus a su hermana quien lo miro.

-¿En serio?- cuestiona Narcissa.- Pero si falta casi medio año...

-Miren quien habla, Cissy vienes organizando tu boda desde que dieron el anuncio.- recrimina Emely mirándola.

-Uy pero que brava.- se burla Rabastan.

-Les va a llegar la invitación, pero quiero hacerlo personalmente, por lo que están invitados a la boda.- dice Emely viendo al pequeño grupo.- Eso te incluye... Sí a ti te estoy diciendo.- agrega al ver la expresión de Tom.

-¿Por qué debería ir a la boda?- cuestiona el pelinegro con un tono indiferente.

-Porque estas con Maia y de cierta forma eres parte de la familia.- le responde sin importancia.- Al menos que quieras que invite a otro chico para que sea...

-Lo voy a pensar.- la interrumpe sabiendo lo que iba a decir.

Emely tenía una sonrisa orgullosa en su rostro mientras que su prometido como el resto, la miraban sorprendidos por la forma en que le había hablado, como si fueran amigos de toda la vida.

Maia sólo escuchaban como hablaban sobre los preparativos y lo que les hacía falta, se sentía feliz que las únicas personas que ella amaba con total sinceridad eran felices...

LIMERENCIA [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora