𝟎𝟕

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El día de Yoon-Gi empezó escuchando las súplicas de sus deudores, los cuales ya habia matado a tres de ellos.

—¿Tienes lo que me debías?.

—Sí.— Rápidamente el Omega tomó el maletín y se lo entregó al alfa. —Puedes contarlo pero está todo.

Yoon-Gi lo contó rápidamente y asintió. —Me alegra hacer tratos contigo, ahora sí me disculpas tengo ir.

El alfa se dió la media vuelta y salió de aquella casa dejando que así el omega pueda respirar tranquilo pensó lo peor cuando vio a ese alfa llegar a su casa. Había juntado el dinero por varios meses hasta que al fin pudo tenerlo, lo guardó bien y luego espero hasta que ese alfa venga, aún así tenía el corazón en la mano, no sabía si ese alfa le haría algo debido al tiempo de espera el cual fue mucho y se pasaba del trato.

Yoon-Gi sonrío en grande cuando se estaba aproximando a la casa de la Omega la cual le debía mucho dinero. Bajó de la camioneta cuando uno de sus guardias le abrió la puerta.

Caminó a paso lento y cuando fue a golpear la puerta escuchó un ruido dentro de la casa. Sonrío y sacó su arma para luego sacarle el seguro y así dispararle al picaporte de la puerta, sonrío de lado cuando la puerta se abrió ante el.

Pasó a paso lento y miró por todos los alrededores. —¡Es inútil que te ocultes!, Puedo sentir tu aroma.— Le pidió a sus hombres una escopeta y empezó a dispararle al piso dejando agujeros en el piso de madera. —Traiganla.— Salió de la casa y caminó en dirección hacia el bosque.

Una vez que llegó a un lugar apartado esperó pacientemente a la omega, a la media hora sus hombres la habían traído tirándola a sus pies.

—Supongo que no tienes el dinero, ¿No?.— Preguntó mientras se prendía un cigarrillo.

—¡Puedo pagarte de otra manera, lo juro!.— Se arrastró y se aferró a la pierna izquierda del alfa.

—No, no quiero esos servicios, gracias.— Pateó a la omega y le dió una calada a su cigarrillo. —Pero si haré otra cosa.

Tomó a la omega del cuello y la ahorcó unos minutos hasta que luego la soltó viendo como tosía fuertemente. No la dejó recuperarse mucho porque rápidamente la tomó del cabello con una mano y con la otra tomó una navaja. La acercó lentamente al cuello de la Omega empezando a dejar profundas cortadas al igual que en sus mejillas y frente.

—Tenias hermoso rostro querida. Es lamentablemente.— Prosiguió cortando los brazos y piernas de la chica para luego seguir con su cabello.

—¿Por qué no me matas?.— Gritó desesperada.

—No, te haría un favor y yo no hago favores.— La tiró en el suelo y luego tomó nuevamente su arma. —No te mataré yo, pero los lobos salvajes sí.— Dos disparos se escucharon en el bosque y luego de eso vinieron los gritos desgarradores de la Omega.

El alfa le había disparado en ambas rodillas a la omega dejándola así sin alguna movilidad para así poder escapar. La dejó allí sola llorando y gritando del dolor, no le importaba, le importaba más el dinero.

(…)

—Eres muy cruel, alfa.— Habló Hoseok mirando a Yoon-Gi cocinar para el.

—Y eso porque no te conté que le hice a los otros.

—¿Te los comiste?...— Sonrío al ver negar al alfa.

Yoon-Gi rió y volteó hacia Hoseok. —Yo no, pero los tigres que tengo comerán bien esta noche.

Entré charla y charla cenaron y luego se sentaron en la sala a tomar café, Hoseok le contó acerca de su día y de como se sintió observado durante todo el día. Yoon-Gi rápidamente pensó en alguna manera discreta en ponerle protección al omega, pero no le diría hasta saber si estaba en peligro o no.

—¿Por qué no te quedas hoy aquí y mañana te llevo a casa?.— Tomó ambas tazas de café y las dejo en la pequeña mesita frente a ellos. —Dormimos juntos, abrazados, como me dijiste que te gusta.

—Mh.. tentador.— Sonrío y se subió a las piernas del alfa. —Está bien, me quedo.— Dejó pequeños besos en los finos labios rosas del alfa. —¿Te dije que me gustan tus labios?.

—Sí, ayer y yo te dije que son todos tuyos.— Sonrío con sus ojitos cerrados.

—Pero con anterioridad fueron de otra.— Al decir eso Yoon-Gi abrió sus ojos y elevó una ceja. —De la mamá de Jimin supongo.

—Ah... La amaba pero no teníamos eso de ella era mía y yo era suyo.— Eso dejó más tranquilo al omega.

Ambos subieron a la habitación del alfa entre besos y risas hasta llegar a la cama en donde se quitaron toda su ropa aunque no pasaron a más, no todo era sexo, también habían caricias subidas de tono que solo se quedaban así.

Además de que al día siguiente la madre de Hoseok iría a verlo el si departamento y si veía alguna marca en el cuello de su hijo se enloquecería.

El Omega se durmió antes que Yoon-Gi por lo que aprovechó para así poder apreciar el bonito rostro del omega que descansaba tranquilamente a su lado. Realmente le sorprendía como Hoseok podía estar tan tranquilo, ni siquiera la madre de Jimin estaba tan tranquila así como el, ella siempre dormía con algún arma debajo de su almohada.

Desafortunadamente falleció dando a luz o de lo contrario aún hubiera seguido con ella. Fue una buena compañera, había que aceptarlo y también le había dado el mejor regalo que nadie nunca le pudo haber dado.

No sabía si Hoseok quisiera tener un cachorro con el, pero si se lo pedía no se lo iba a negar, estaba dispuesto a tener un cachorro con tan bonito Omega, además de que Hoseok era joven, la mayoría de omegas jóvenes buscaban que un alfa los preñe y marque.

Dejó un beso en la frente del omega y cerró sus ojos tratando de descansar un poco.































































—LittleAgustD

¡Gracias por leer!

Ay siento que si muevo algo la cago ;)

𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 𝑴𝒊𝒏 | Yoonseok OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora