babilonia.

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575 a

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575 a.C: Babilonia.

Alesya estaba sentada arriba del domo, que había sido resguardado en uno de los jardines colgantes del palacio de babilonia

Druig estaba acostado con la cabeza en su regazo, viéndola dibujar desde abajo mientras jugaba con la tela de su traje. Le gustaba la manera en la que ella se enfocaba en los colores del paisaje y hacía obras maestras con apenas y dos pinturas diferentes, las cuales eran hechas a base de plantas y frutos rojos.

─¿Qué estás pintando?─preguntó Druig sin dejar de jugar con el borde de la capa de Alesya, causándole pequeños escalofríos.

─El palacio─respondió con voz baja, pues estaba concentrada─. Pronto lo terminaré, solo me hacen falta un par de detalles.

─Podría verte dibujar durante toda mi vida, ¿sabías?

Alesya sonrió sonrojada. A pesar de que llevaban juntos bastantes siglos, no se acostumbraba a la manera tan despreocupada en que Druig le decía las cosas tan hermosas que le causaban sensaciones por las cuales el ser humano mataría.

─Y yo podría verte a ti durante toda mi vida─Alesya dejó su cuadro a un lado de ella y acunó la mejilla de Druig con su mano. El chico cerró los ojos al sentir como comenzaba a acariciar su piel con su pulgar izquierdo, y luego de unos segundos tomó su mano para dejar un suave beso en el dorso─. No sé cómo no te has aburrido de mí en tantos años.

Druig se enderezó al escucharla y la sujetó del rostro para que lo viera. Se mantuvieron en silencio por unos segundo y finalmente dijo con voz firme:

─Jamás vuelvas a decir eso. Tú eres la luz en mis días. Eres lo que me mantiene conectado con este mundo.

Alesya sonrió y en sus mejillas se formaron dos hermosos hoyuelos. Se inclinó un poco hacia enfrente y dejó un suave beso en la comisura del labio de Druig. Intentó levantar su rostro, pero el chico la tomó por la nuca antes de que se alejara más y regresó sus labios a él, fundiéndose en un suave pero más apasionado beso.

Mientras ellos tenían su momento, las jóvenes adolescentes que pasaban por el lugar sonreían con picardía y murmuraban entre ellas sobre lo mucho que ansiaban una relación como la de los dioses.

En sus ojos se podía notar lo mucho que se amaban. La manera en la que Druig miraba a Alesya era única, pura, llena de veneración.


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ETERNAL LOVE || DRUIG.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum