habla conmigo

424 51 2
                                    

|chapter five|

|chapter five|

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

856: Bulgaria

Bulgaria fue, entre tantas ciudades del antiguo mundo, un hogar para los eternos.

Antes del cristianismo, los Búlgaros le debían toda su fe a una joven de cabello castaño que proporcionaba su ayuda cada que alguien la necesitaban, sin poner un pero o pensar en las limitaciones.

Alesya era la luz de los días para aquel hermoso país, la persona que les generaba esperanza y los tenía con la seguridad de que, al despertar, las cosas estarían mejor que cuando se acostaron a dormir.

Entre los niños corría la leyenda de que si escuchabas los aullidos de los gatos por la noche y salías a tu ventana, podrías ver a la diosa Alesya alimentarlos desde el techo de las casas, y que al pedir un deseo, este se cumpliría a los 30 días, pero solo si tenías perseverancia, paciencia y disciplina.

Eran la clase de mitos que las madres creaban para que sus hijos fueran obedientes, pero rendía grandes frutos.

Por otra parte, y alejándonos de los humanos, Alesya recolectaba flores en el valle de las rosas luego de un pesado día combatiendo desviantes. Caminaba a paso lento y sin prisa mientras escuchaba las locas ideas de su amigo Kingo, quien iba detrás de ella y hablaba sin parar.

─Te lo digo en serio, Aly, podríamos hacer millones si decidieran vender tus coronas en vez de regalarlas.

Alesya sonrió con cansancio y elevó su mano levemente para cortar, con ayuda de su magia, otra pequeña flor, pero no sin antes darle una disculpa al rosal por invadirlo.

─Ya te lo dije, Kingo, los niños del pueblo no tienen dinero para gastarlo en coronas─se giró hacia el moreno, poniendo sus brazos detrás de su espalda de manera libre, pues la canasta flotaba a su lado. Kingo alzó sus pobladas cejas hacia ella─. Si vieras la felicidad en sus ojos cada vez que les doy un regalo, pensarías igual que yo.

─Entonces necesitarás esto─Kingo, deshaciéndose de la idea de cambiar la visión de Alesya, se agachó para cortar una flor blanca que había salido de un rosal rojo y la alzó hacia la eterna, postrándola frente a su rostro─. Es linda, se parece a ti.

─¿Soy una rosa blanca entre rojas?─levantó su brazo y tomó la flor para acercarla a su rostro y deleitarse con dulce aroma que desprendía─. Linda forma de decirme que soy la oveja negra de la familia─añadió, viéndole con sorna.

─En realidad quería decir que eras diferente a nosotros.

─Entonces estás equivocado.

Depositó la flor junto al resto y dio media vuelta─aún con su canasta llena de rosas flotando─, para seguir caminando tranquilamente, con la certeza de que Kingo iría tras de ella.

ETERNAL LOVE || DRUIG.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora