Christopher y Rachel se habían ido del país junto con la Elite y la Bratva. Habían descubierto una organización que les ayudaba en gran parte a la mafia Italiana, si lograban acabarla, podrían estar unos pasos por delante de sus enemigos.
Llevaban cinco días fuera, se supone que regresarían esa noche para estar en la mañana ya con sus hijos.
Los mellizos estaban afuera en el patio siendo vigilados por varios hombres de su padre mientras su niñera les hacía algo de comer. Ambos se encontraban sentados uno frente al otro, mirándose fijamente... hasta que Milenka parpadeó.
—Gané. —se limitó a decir Owen.
—¡No! El viento sopló fuerte, eso no vale. —comenzó a quejarse su hermana— ¡Otra vez!
Estaban en una competencia de miradas, el que cerrara los ojos primero perdía y tendría que hacer lo que el otro quisiera por una semana.
—No hay viento.
—¡Otra vez, dije! —se cruzó de brazos— Soy tu hermana grande... debes respetarme.
—¿Quien dijo eso? —Owen preguntó confundido.
—Papá lo dijo. —Milenka imitó la voz de su padre— Hazle caso en lo que diga y no fastidies.
—Eso te lo dijo a ti. —le recordó su hermano.
—Pues yo no lo recuerdo así...
De repente, un ruido los hizo saltar. Cuando voltearon, uno de los hombres que los cuidaba cayó al suelo, un disparo en la cabeza le habían dado.
Todos se pusieron alerta, rodearon a los pequeños, sabían que si les pasaba algo, ellos no serían asesinados, serían torturados sin descanso por Christopher Morgan y Rachel James.
Varios hombres con trajes militares comenzaron a aparecer por los alrededores, apuntándoles a los hombres del ejército rojo. Mataron a varios soldados, pero los superaban en número, así que a los pocos minutos ya todos estaban muertos.
Milenka tomó la mano de su hermano y comenzaron a correr hacia el bosque, aprovechando que todos estaban distraídos. Habían intentado entrar a su casa, pero soldados cubrían las puertas.
Corrieron por un rato sin ningún rumbo, sólo tendrían que esconderse bien. Sus padres llegarían en cualquier momento, los buscarían y los encontrarían. ¿Pero donde se podía esconder? Solo había árboles demasiado grandes.
Escucharon pasos y voces. "¡Atrápenlos!" "¡No dejen que escapen!" Se pararon detrás de un árbol con grandes raíces. Ahí se sentaron en silencio.
Cuando los pasos se escuchaban más cerca, Milenka tomó algo de su espalda enseñándoselo a su hermano. Era un arma.
—Se le cayó a un hombre feo allá. —susurró tan bajo que apenas y fue escuchada por Owen.
—Vaya, vaya, vaya. —ambos niños se pusieron de pie cuando unas personas se posaron frente a ellos— Los mellizos Morgan. Un gusto conocerlos niños.
Bratt Lewis y su esposa los habían encontrado.
Sin que fuera vista, la niña escondió el arma detrás de su espalda y la tapó con su blusa. Había visto que su padre hacía eso a veces.
Fueron tomados por unos hombres, alzándolos y colocándolos en sus hombros.
—¡Suéltenme! —pataleaba Milenka. Ella comenzó a dar puños en la espalda del hombre que la retenía. Owen hacia lo mismo que su hermana.
Mientras eran llevados a unas camionetas, la niña tomó del cabello a su secuestrador y comenzó a jalar fuerte de él al mismo tiempo que lo mordía, causándole dolor y haciendo que la tirara al suelo.
Milenka aprovechó eso para sacar su arma y dispararle al sujeto como su padre le había enseñado. Hizo lo mismo con el hombre que tenía a su hermano. Cuando el cuerpo cayó, Owen se golpeó un poco, miró a su hermana con enfado.
—Ups... lo siento Owen.
La menor de los Morgan se volteó apuntándoles a los Lewis. Escondió a su hermano detrás de ella para protegerlo.
—Dame esa arma, niñita, no quieres empeorar esto. —habló Gema.
—Tú no me mandas, tonta.
Cuando iba a apretar el gatillo, un pinchazo en el cuello le hizo soltar el arma. Cayó al suelo desmayada a los pocos segundos.
—¿Se les dificulta acaso controlar a una simple niña de tres años? —Antoni Mascherano apareció.
Los hombres del italiano tomaron a la inconsciente niña, a su hermano, quien puso resistencia, y se los llevaron a ambos.
Y en otro lado, justo cuando se estaban subiendo al avión para regresar a la mansión, Christopher y Rachel recibieron la peor noticia por teléfono.
Sus hijos habían sido secuestrador por Antoni, Bratt y Gema.
Que se prepare el mundo, porque acababan de despertar a dos bestias que acabarían con todos los que habían tocado a sus hijos.
Que se prepare el mundo, porque los Morgan James ahora estaban más enojados, sangrientos y asesinos que nunca.
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Fanfics Morgan James
FanfictionDiferentes sucesos ChrisChel, Familia Morgan James, y los MM