POV MARÍA JOSÉ
He intentado dar por terminada la cena lo más rápido posible, pero tengo la sensación de que, a cada segundo que pasa, recibo otro punto negativo. O, peor todavía, lo recibe Mario. Cicatriz debe de estar esperando fuera. Se suponía que no iba a trabajar hasta tarde. Calle se va a enterar sí o sí. No soy tan ingenua como para creer que no tendrá el nombre, la dirección, el número de la seguridad social y una biografía completa de Mario para cuando Cicatriz me devuelva a mi jaula. Seguramente hasta sepa qué marca de condones usó Mario cuando me folló, fatal, por cierto, en el asiento trasero del Cadillac de su padre cuando yo tenía diecisiete años.
- Le echaré otro vistazo a la presentación que me mandó tu asistente y me esperaré a que nos digas cuándo estás preparada para empezar. Creo que podría ser algo estupendo, María José. Nos vendría bien otra atracción en Bourbon Street para la gente que no quiere ir de juerga. Sería algo educativo, y así podrán degustar el excelente whisky irlandés de la ciudad.
Levanta su vaso y yo me obligo a mantener la sonrisa cuando brindamos, aunque en silencio rezo para que Dios lo proteja mientras apuro la bebida.
- Detesto tener que ponerle fin a la cena, y a la conversación tan amena, pero tengo otro compromiso. Muchísimas gracias, Mario. Temperance se pondrá en contacto contigo en cuanto tengamos todos los detalles.
Me levanto y me aliso la falda, y Mario hace lo propio y da un paso hacia mí para abrazarme.
- Me alegro mucho de verte, María José. Ha pasado mucho tiempo. Ojalá que la próxima vez que nos veamos podamos ponernos al día y no solo hablar de negocios. - Asiento con la cabeza porque es lo único que puedo hacer mientras rezo para no estar firmando su sentencia de muerte. - Estaremos en contacto, no me cabe la menor duda. Deberías quedarte y beberte otra copa. Te invito. ¿No podrías cambiar ese compromiso y quedarte conmigo?
- Por desgracia, no puedo.
La sonrisa deslumbrante de Mario se apaga un poco, pero yo mantengo la mía antes de despedirme con otro gesto de cabeza. Me doy la vuelta y cruzo el restaurante, sonriéndoles a los demás comensales sin verlos realmente, pero no me detengo a charlar con nadie antes de pulsar el botón del ascensor. El trayecto hasta el sótano me parece una eternidad, y no dejo de golpear el suelo con un pie, cubierto por un zapato de tacón que Calle me ha dejado en el vestidor, unos taconazos que son un poco menos provocativos que los de ayer. Cuando por fin se abren las puertas, corro por el pasillo y abro la puerta de mi despacho, hablando sola:
- Solo tengo que coger el bolso, llegar hasta Calle y explicarla que...
- ¿Qué tienes que explicarme exactamente?
La voz ronca, tan familiar, brota de la oscuridad. El corazón me da un vuelco en el pecho, adonde me llevo una mano.
- Por el amor de Dios, me has dado un susto de muerte.
- Te lo mereces. Porque tienes treinta segundos para explicarme por qué estabas cenando con tu follamigo del instituto en vez de volver temprano como te ordené.
- No es como lo...
Calle enciende la lámpara de la mesa, recordándome a la primera vez que la vi ahí sentada, en mi sillón. En aquella ocasión, el pánico más atroz me corrió por las venas. Esta noche siento miedo, sin duda, pero no por mí. Sino por otra persona.
- Acércate.
Cruzo el suelo agrietado, y mis pasos resuenan en el silencio del despacho.
- No es...

YOU ARE READING
ME PERTENECES
Fanfiction"Nueva Orleans me pertenece. No conoces mi nombre pero controlo todo lo que ves y algunas cosas que no ves. Mí poder no conoce límites y logro todo lo que me propongo. Estás en deuda conmigo, todavía no lo sabes pero a llegado el momento de cobrár...